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Política antiinmigrante de EEUU no inició con Trump

  • A partir de 1990 dicho país endureció sus controles fronterizos, acción que se agudizó con los atentados del 11 de septiembre de 2001
  • Tal postura forma parte de un régimen global de fronteras establecido en el capitalismo contemporáneo

 

Blanca Laura Cordero Díaz

 

Carlos Hugo Hermida Rosales

12/06/18, Xalapa, Ver.- Blanca Laura Cordero Díaz, investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), afirmó que la política antiinmigrante de Estados Unidos no es exclusiva de Donald Trump, ya que a partir de 1990 este país endureció sus controles fronterizos, acción que se agudizó con los atentados del 11 de septiembre de 2001.

“Estas acciones no son propias de Donald Trump, ni tampoco privativas de Estados Unidos, ya que forman parte de un régimen global de fronteras establecido en el capitalismo contemporáneo”, enfatizó.

La investigadora impartió la conferencia “Política, cotidianidad y migración. México ante el régimen de deportabilidad”, el 8 de junio en el auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán”, del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de la Universidad Veracruzana (UV).

Este evento organizado por el Cuerpo Académico “Estudios socioculturales” del IIH-S, fue moderado por Rosío Córdova Plaza, investigadora de esta entidad académica.

Blanca Cordero mencionó que Donald Trump no tiene una política antiinmigrante distinta a la de los anteriores presidentes estadounidenses en cuanto al número de deportaciones, pero en su gobierno sí existe una mayor criminalización del inmigrante, mayores controles punitivos en contra de éste, así como una violación marcada a sus derechos humanos.

Comentó que este mandatario maneja una serie de discursos, acciones, políticas y leyes que favorecen el que la población inmigrante pueda ser arrancada de su contexto social sin importar su tiempo de estancia.

“La vida de los inmigrantes queda a disposición del Estado, ya que en cualquier momento pueden ser deportados a sus países de origen”, aseguró.

Enfatizó que estas medidas no implican que vaya a ocurrir una deportación masiva de inmigrantes, sino que más bien logran que las personas desistan de irse a radicar a Estados Unidos.

La investigadora relató que durante el actual gobierno estadounidense han proliferado los centros de detención especializados de inmigrantes, en donde éstos pueden pasar recluidos más de 6 meses.

Blanca Cordero detalló que el régimen de deportabilidad de algunos países tiene que ver con que las fronteras son importantes en el mundo contemporáneo global para contener la fuerza de trabajo.

“Las políticas migratorias son selectivas ya que dividen a migrantes en aquellos que pueden y merecen quedarse, de los que no”, enunció.

La investigadora explicó que esto se debe a que los países que seleccionan a sus migrantes quieren usarlos como fuerza de trabajo, pero sin darles acceso a derechos sociales y mantenerlos como ciudadanos que no le cuesten dinero al Estado.

Ella aseveró que pese a estos factores negativos los mexicanos que radican en Estados Unidos lo han conquistado con su trabajo y han echado raíces profundas en este país, con lo que desbordaron las necesidades de la fuerza de trabajo de esta nación.

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