Derechos Humanos

Violencia simbólica, discursos e ideología de género fueron abordados en la UV

 

  • La actividad fue organizada por el Observatorio de Igualdad de Género y la Coordinación Universitaria de Observatorios

 

El conversatorio está disponible en https://www.facebook.com/CUO.UV

 

Karina de la Paz Reyes Díaz

Fotos: Omar Portilla Palacios

04/04/2022, Xalapa, Ver.- Para la psicoanalista Guiehnashi Madrigal Chavero, la igualdad de género, de clase, entre otras categorías, consiste en la “aceptación de las diferencias” y que éstas no generen condición de subordinación, jerarquía ni violencia.

Con motivo del Día Naranja, que se celebra el 25 de cada mes, la Coordinación Universitaria de Observatorios (CUO) de la Universidad Veracruzana (UV) ha desarrollado una serie de actividades para sumarse a esta campaña propuesta por el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, cuyo objetivo es generar consciencia para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres y niñas.

El pasado 25 de marzo inició un ciclo de eventos en los que la CUO contará con la participación de los observatorios adscritos al mismo.

La primera colaboración fue con el Observatorio de Igualdad de Género y el conversatorio se tituló: “Violencia simbólica, discursos e ideología de género”; tuvo la participación de la propia Guiehnashi Madrigal, psicoanalista e integrante de la Sociedad Internacional de Investigación en Psicoanálisis, y Ricardo García Valdez, también psicoanalista, adscrito al Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UV.

Madrigal Chavero hizo un recuento histórico del género desde la Grecia antigua, cuando Aristóteles teorizó el ordenamiento de la polis: el amo era superior al esclavo, el adulto al niño y el varón a la mujer. Para ella, “seguimos teniendo una naturalización de esa jerarquía, se sigue pensando que por naturaleza tenemos un ordenamiento específico”.

Es a partir del siglo XIX (1887) cuando el término “sexualidad” aparece para determinar la identidad; anteriormente, las personas lo hacían a partir de otras categorías, como la religión, el oficio o el estrato social. Así, la sexualidad se volvió un elemento constitutivo del ser y por eso existen tantas categorías respecto a la identidad y orientación sexual.

En sus palabras: “Nos estamos permitiendo también descubrir otras formas de entendernos, que no son las únicas dos que se han venido imponiendo (hombre y mujer)”.

Ya en las décadas de 1960 y 1970 del siglo XX, feministas impulsaron el reconocimiento del género y el sexo no como categorías biológicas ni culturales, sino políticas.

Tras una minuciosa explicación al respecto, para ella el sexo-género ha sido una “tecnología de control de los cuerpos, pero también de las subjetividades (el cómo ser mujer y cómo ser hombre)”.

En este sentido, las prácticas violentas –y en específico las de género– están en muchas acciones; también se les llaman micromachismos porque la educación que generalmente se recibe es patriarcal. “Es el sistema en que nos crían”.

Pero, la violencia de género no significa que los hombres tienen un ADN de malicia u odio hacia la mujer, aunque muchas veces se les educa así, aclaró. Se trata de “una serie de tecnologías de control, de discursos dominantes que están orientados a subjetivar de determinada forma, para que esos cuerpos y roles embonen en lo que la sociedad espera”.

Es decir, los hombres tienen el poder, son los fuertes y los propietarios; mientras las mujeres son socializadas con el servir, callar, perdonar, cuidar. “No se diga de quienes intentan salirse de esas dos únicas categorías, porque la violencia con la que se les intenta ‘normalizar’ también puede ser despiadada”.

Por su parte, la vasta aportación del investigador Ricardo García Valdez dejó en claro que “el género supone, para que el psicoanálisis lo aborde de la manera más digna y decorosa, una restitución histórica. Es imperioso el contexto histórico, político, en el que la cuestión del género cobra sentido en las ciencias sociales antes de evocar esos despliegues que ha podido encontrar el lado del psicoanálisis”.

Desarrolló varios temas –con base en distintos teóricos y filósofos–, como la política de las identidades; la Revolución Reagan, del periodo presidencial en Estados Unidos de Ronald Wilson Reagan, que tuvo un referente para el mundo; así como el surgimiento del pensamiento emergente en la propia política de las identidades.

“La Revolución Reagan promueve, entre otras cosas, un monoculturalismo radical”, explicó; esto se define por una familia nuclear, heterosexual; también, contempla a la religión e ideología en torno a la patria.

El investigador dijo coincidir con su antecesora: “La diferencia va a estar siempre presente, va a estar siempre operando y, en todo caso, va a estar siempre convocando a nuevas formas –evidentemente, hay que pensar que sean cada vez más progresistas, más culturalmente aceptadas–”.

La bienvenida y moderación estuvieron a cargo de las integrantes de la CUO, Aline Román Morales y Jazmín García Méndez, respectivamente; también estuvo presente en el panel virtual, Karen Cuevas Castelán, coordinadora del Observatorio de Igualdad de Género.

El conversatorio se desarrolló en modalidad virtual, con transmisión por el Facebook Live de la CUO, donde está disponible para su consulta: https://www.facebook.com/CUO.UV

Categorías: Derechos Humanos, General