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Somos responsables de la extinción y también de evitarla

  • Rodolfo Dirzo, académico de la U. de Stanford, impartió la conferencia “El antropoceno: perspectivas desde la ecología evolutiva” en evento organizado por la UV, el Centro de Estudios “Vicente Lombardo Toledano” y la UNAM

 

Rodolfo Dirzo, académico de la Universidad de Stanford

 

David Sandoval Rodríguez

 

05/12/2017, Xalapa, Ver.- Científicos de diversas disciplinas han concluido que en nuestra época confluyen dos tendencias: una “explosión” de vida sobre el planeta, así como la posibilidad de una extinción ocasionada por una especie animal, el homo sapiens, planteó en conferencia Rodolfo Dirzo Minjarez, académico mexicano de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, especialista en el estudio de la interacción de especies en ecosistemas tropicales de Latinoamérica y África.

Su conferencia magistral “El antropoceno: perspectivas desde la ecología evolutiva”, sucedió en el marco del 2° Congreso Internacional Sobre Pensamiento Evolucionista “Intencionalidad y evolución: el impacto humano sobre la biodiversidad”, organizado por la Universidad Veracruzana (UV), el Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales “Vicente Lombardo Toledano” y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el jueves 30 de noviembre.

Dirzo Minjarez dijo que en cuatro mil millones de años que tiene la vida en la Tierra, durante los últimos 550 millones de años ha sucedió un crecimiento exponencial de especies.

“El momento de hoy es fascinante, porque nunca antes en los cuatro mil millones de años de la historia de vida en el planeta hubo tanta diversificación como la que existe en este momento, y a pesar de las grandes extinciones que han ocurrido –que son cinco– la vida tiene tal intensidad que regresa; es decir, hemos visto periodos de resiliencia porque el planeta ha tenido la capacidad de volver a albergar vida”, explicó.

Sin embargo, esto tampoco es mucho consuelo porque “esos procesos toman millones de años, o sea que ante los procesos de extinción actual no es mucho alivio decir que la vida va a volver”, recalcó el también miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NAS).

“Si bien el cambio climático está en el interés de todos, con excepción de un mandatario internacional, el cambio global más crítico es la extinción, es el único cambio que es totalmente irreversible”, aseguró el científico, porque “una vez que las especies se extinguen, y con ellas los ecosistemas, prácticamente no hay retorno y creo que el mayor impulso de extinción biológica lo tenemos ahora, después de aquella famosa en la que se fueron los dinosaurios durante el Cretácico”.

Para explicar el fenómeno utilizó el concepto de “defaunación”, similar a la deforestación, que ha sido resultado de sus investigaciones a lo largo de varios años y que comenzaron cuando fue responsable del área de investigación de la UNAM en la selva de Los Tuxtlas.

Estamos en un momento en el que la compañía biológica que tenemos como especie es la máxima posible que pudiéramos haber esperado en cuatro mil millones de años de evolución orgánica, dijo y lo calificó como “un privilegio cósmico, pero al mismo tiempo una responsabilidad que intencionalmente deberíamos tomar: qué hacer con un planeta tan rico en un momento en que nosotros tenemos tal impacto y tan marcado”.

Egresado de Biología en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, el ponente reconoció que “los biólogos, los taxónomos, no tenemos una idea clara de cuántas especies hay en el planeta; están bautizadas aproximadamente dos millones y hay estimaciones que llegan a 100 millones, pero un número conservador sería 30 millones de especies”.

Actualmente se hace referencia al concepto de antropoceno para definir una era de cambio global ocasionada por la actividad humana, planteado inicialmente en el año 2000 por el Premio Nobel de Química, Paul Crutzen, quien lo obtuvo con el mexicano Mario Molina por sus estudios del adelgazamiento de la capa de ozono, en 1995.

Relató que en un viaje a México, Crutzen dijo que deberíamos tener una nueva época: el fin de la vida en el planeta por el impacto de la huella humana, definiéndola como el antropoceno de antropos, que significa humanidad en griego.

Hay marcadores geológicos creados por el hombre, es decir, antropogénicos, afirmó Dirzo Minjarez, como son los incrementos exponenciales de concentraciones de nitrato, anomalías térmicas y las partes por millón de bióxido de carbono en la atmósfera.

Ejemplificó la escala de la contaminación señalando que solamente en México se ha calculado que anualmente se liberan 400 millones de toneladas de contaminantes que llegan al mar.

“Pero lo más crítico es la apropiación y el uso desigual de los recursos”, enfatizó; “hay sectores con una muy alta disponibilidad de recursos per cápita, hay otros con muy pocos recursos o sin disponibilidad alguna y hay un gran desperdicio global”.

Según estimaciones a nivel mundial “respecto a la cantidad de alimento que se produce por día, habría suficiente para alimentar a toda la población mundial y sobraría, pero no sucede por una desigualdad en la distribución”, comentó.

 

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