Ciencia

Pico de Orizaba, volcán activo en estado de reposo: investigadores

 

  • En alianza con otras instituciones, la UV ha logrado implementar una red de estaciones de monitoreo que permite generar datos precisos en torno a él 
  • Científicos del Centro de Ciencias de la Tierra (CTT) dialogaron acerca del tema en conversatorio virtual 

 

La actividad más reciente del volcán tuvo lugar entre los años 1600 y 1700

 

Texto y fotos: Carlos Hugo Hermida Rosales 

08/05/2025, Xalapa, Ver.- Investigadores del Centro de Ciencias de la Tierra (CTT) de la Universidad Veracruzana (UV) dialogaron sobre la importancia de vigilar al volcán Pico de Orizaba y a su glaciar norte, pues si bien puede volver a hacer erupción en el futuro, es imposible determinar cuándo ocurrirá. 

Rafael Torres Orozco, Francisco Córdoba Montiel, Ulices Que Salinas y Víctor Soto dieron a conocer sus percepciones a través del conversatorio virtual “Volcán Pico de Orizaba: historia eruptiva, estado actual de la actividad volcánica, condiciones glaciares y monitoreo”. 

El evento tuvo lugar en el marco del ciclo de conferencias “Divulgación de la ciencia y acceso universal al conocimiento”, organizado por el cuerpo académico (CA) Volcanes, Sismos y Sociedad, el Observatorio Sismológico y Vulcanológico (OSV), la Coordinación Universitaria de Observatorios y el CCT.  

Rafael Torres Orozco compartió que el Pico de Orizaba es un volcán con una edad aproximada de 650 mil años, que ha tenido al menos 36 erupciones. 

“Estos eventos fueron lo suficientemente grandes para almacenar rocas y depósitos de cenizas que se han conservado a lo largo del tiempo”, puntualizó.  

El experto comentó que su actividad más reciente tuvo lugar entre 1600 y 1700, y si bien puede volver a hacer erupción en el futuro, es imposible determinar cuándo, pues aún no existen evidencias que lo indiquen.

 

Los investigadores adscritos al CCT, participaron en el conversatorio

 

“Quizá pasen cientos o miles de años antes de ello, pero si esto ocurre la mayoría de los riesgos se distribuirían en Veracruz, y por eso al OSV le interesa el estudio del Pico de Orizaba”, enfatizó.  

  Por su parte, Francisco Córdoba Montiel comentó que en la actualidad el volcán presenta algunas manifestaciones que corroboran que está activo. 

“Gracias a alianzas con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y el Instituto de Geociencias de la UNAM, la UV ha logrado implementar una red de estaciones de monitoreo que permite generar datos más precisos”, mencionó. 

El investigador puntualizó que, con la finalidad de realizar un seguimiento detallado, anualmente se llevan a cabo monitoreos geoquímicos y geodésicos; los primeros abarcan el estudio de las aguas para analizar contenido que brinde evidencia de inicio de actividad. 

Los segundos se abocan a las deformaciones físicas del volcán, que se desarrollan por presiones internas y pueden medirse con aparatos de alta resolución.  

En su intervención, Ulices Que Salinas manifestó que es de suma importancia aumentar la vigilancia en el Pico de Orizaba, a fin de conocer cuál es su estado actual, lo que ocurre en su interior y su actividad. 

El experto afirmó que el uso de inteligencia artificial (IA) en el análisis de datos es de gran utilidad para identificar cambios o tendencias clave en diversos lapsos de tiempo. 

 

El uso de IA en el análisis de datos es de gran utilidad para identificar cambios en el Pico de Orizaba

 

Glaciar norte, fase crítica de conservación 

Víctor Soto declaró que el glaciar norte del Pico de Orizaba se encuentra en una fase crítica de conservación, e incluso en términos estrictos está en debate que sea considerado como tal. 

“Los glaciares son nombrados así cuando existe una dinámica de reptación –movimiento lento y gradual de la capa superficial– de hielo excedente en la parte superior”, puntualizó. 

En 1958 tenía una extensión de dos kilómetros cuadrados, la cual disminuyó a 0.46 en 2019 y a 0.37 en 2024, lo que indica que desde la primera fecha ha perdido anualmente 24 mil metros cuadrados de hielo, debido a la falta de acumulación de capas de nieve.  

El investigador mencionó que la oscilación térmica –diferencia entre los valores máximos y mínimos de temperatura– ha aumentado, lo que dificulta se forme el hielo, incluso pone en predicamentos a las docenas de comunidades rurales dependientes de sus escurrimientos de agua.  

“No hay respuesta de cuándo se va a extinguir el glaciar, pues en ello influyen varios factores, pero el panorama no es alentador y es primordial que los tomadores de decisiones y la sociedad en general reflexionen en torno a eso”, enfatizó.

 

La superficie del glaciar norte se redujo a 0.37 kilómetros cuadrados en 2024