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Periódico El Imparcial también padeció represión en el 68

  • En Xalapa, fue vocero del movimiento estudiantil
  • En su corta vida reseñó dos movimientos sociales de Veracruz
  • Su director, Fernando Lescieur Trujillo, fue perseguido por Fernando López Arias

Olivia Domínguez Pérez, investigadora del IIH-S, durante su conferencia

José Luis Couttolenc Soto

04/10/18, Xalapa, Ver.- En Xalapa sólo un medio de comunicación publicó los acontecimientos que originaron lo que hoy se conoce como el Movimiento estudiantil de 1968. Se trata de El Imparcial, medio que abrió un 29 de junio y lo cerraron el 27 de septiembre de este mismo año.

Lo anterior se desprende de la conferencia “El Imparcial de Xalapa, vocero del movimiento estudiantil de 1968”, que ofreció la investigadora Olivia Domínguez Pérez, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), el miércoles 3 de octubre en el Auditorio “Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán” de ese instituto.

El gobernante en turno del estado de Veracruz era Fernando López Arias, y el rector de la Universidad Veracruzana (UV), Fernando García Barna. El director del periódico El Imparcial, Fernando Lescieur Trujillo.

Olivia Domínguez describió cómo El Imparcial padeció la represión de López Arias, que para impedir que la publicación saliera, editada por Publicaciones del Golfo, solicitó a los proveedores no surtirles los insumos (sobre todo papel prensa), pero siempre hay aliados dentro del mismo gobierno: uno de ellos fue el profesor Ángel J. Hermida, que dirigía la editora estatal, y quien le mandaba el papel a Lescieur Trujillo.

Fue así que sobrevivió hasta el 27 de septiembre de 1968, día en el que su última portada preguntaba: “Sr. Gobernador, ¿por qué está detenido nuestro director?”. El 28 de septiembre el periódico dejó de publicarse y más tarde Fernando Lescieur Trujillo salió exiliado a Francia.

Sin embargo, su breve existencia es la única prueba fehaciente que fue el único periódico, de 10 que se publicaban en esta ciudad, “que no se sujetó a los lineamientos marcados por ambos gobiernos”, narró a los presentes la historiadora, quien aseveró que los otros nueve “manejaban su información muy tibia por el control que sobre ellos tenían los gobiernos federal y estatal”.

El Imparcial, que por su objetividad en el manejo de su información se convirtió en el vocero del movimiento estudiantil, adoptó una posición de apertura en el contenido de su información desde el primer número que salió a la luz pública.

Además, en el breve lapso de su publicación a El Imparcial le correspondió dar cobertura a dos movimientos sociales muy importantes para ese momento: en julio con el paro total al que convocó la coalición de maestros de la UV, al que más tarde se sumarían los alumnos, y el movimiento estudiantil que provocó los hechos del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.

La investigadora del IIH-S recordó que en junio de 1968 en Xalapa se inició un conflicto por demandas propias de la academia que presentaron un grupo de maestros de la UV, mismas que fueron desatendidas por el rector Fernando García Barna, quien tomó la decisión de despedir a los que estaban identificados como cabezas del movimiento, lo que provocó que se convocara a una huelga de maestros, a la que se sumaron los estudiantes de 18 facultades y 129 escuelas de Enseñanza Media.

En respuesta, el Gobernador y el Rector salieron a desestimar la medida adoptada por los maestros, argumentando que “únicamente se había despedido a empleados de confianza por desleales y faltistas”, actitud que agravó el conflicto y demostró la falta de solidaridad de García Barna con los maestros.

A todo esto le dio puntual seguimiento El Imparcial y más tarde haría lo mismo con el inicio de la movilización de estudiantes en la Ciudad de México, siendo apoyados tanto en Xalapa como en otras ciudades del país.

Lamentablemente “este proyecto periodístico llegó a su fin, como llegó a su fin el sueño de jóvenes universitarios de 1968”, concluyó Domínguez Pérez.