- El investigador impartió la conferencia “La ciencia en México: hoy y mañana”, dentro de la cátedra que lleva su nombre
- Aseguró que la sociedad organizada puede impulsar el crecimiento de la ciencia a nivel nacional
Carlos Hugo Hermida Rosales
Xalapa, Ver., 04/07/2017.- Ruy Pérez Tamayo, investigador y profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma Mexicana (UNAM) y miembro de El Colegio Nacional, aseguró que el futuro de la ciencia en México depende de la sociedad civil pues si ésta tiene una participación activa en el ámbito científico, ningún obstáculo podrá evitar su crecimiento.
Así lo planteó en la conferencia “La ciencia en México: hoy y mañana”, el 29 de junio en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), como parte de la Cátedra «Ruy Pérez Tamayo» realizada por la UV y El Colegio Nacional del 26 al 30 de junio.
El médico, especialista en patología e inmunología, brindó algunos datos sobre el estado de la ciencia en México a finales del siglo XX, además mostró predicciones a futuro para la comunidad científica dentro del territorio nacional.
Mencionó que a finales del siglo XX la comunidad científica mexicana apenas era de 65 investigadores por cada 10 mil habitantes, muy por debajo de las cifras de científicos en la misma cantidad de pobladores de países como Alemania con 42, Japón con 39 o Estados Unidos con 35, o incluso de otras naciones latinoamericanas como Chile y Cuba con tres y cuatro, respectivamente.
Detalló que en esa época la matrícula nacional de estudiantes inscritos en instituciones de educación superior era de dos millones, de los cuales tan sólo el 1.7 por ciento correspondían a carreras universitarias enfocadas al ámbito científico como Química y Biología.
En lo referente a estudiantes de doctorado, Pérez Tamayo compartió que en el año 2000 en México tan sólo mil 109 personas obtuvieron el grado de doctor, muy por debajo de otros países como Corea del Sur, en donde cinco mil 587 estudiantes lo lograron, o España, Brasil y Estados Unidos, donde cinco mil 980, seis mil 600 y 45 mil 481 personas –en este orden– obtuvieron este grado.
Igualmente, mencionó que el Producto Interno Bruto (PIB) en México destinado a ciencia y tecnología en el año 2000 sólo fue del .35 por ciento, muy por debajo de países latinoamericanos como Argentina, Chile y Cuba, con .39, .60 y .62 por ciento, en ese orden, y muy lejos de naciones industrializadas como Alemania, Japón y Suecia, con 2.52, 3.12 y 4.27 por ciento, respectivamente.
Pérez Tamayo comentó que el futuro de la ciencia en México enfrenta tres escenarios posibles, los cuales van del pesimista al optimista, y pasan por uno realista.
Explicó que dentro del escenario pesimista, la frágil economía mexicana que inició su debacle con la crisis de la década de los ochenta hará que el gobierno reduzca su inversión en ciencia y tecnología, bajo la premisa de que primero debe atenderse lo urgente y después lo importante. En este panorama se reduciría el programa de becas a estudiantes e investigadores, lo cual frenará el crecimiento de la comunidad científica.
El investigador aseguró que ante tal escenario el debilitamiento del espíritu científico sería un peligro para la sociedad mexicana, debido a que ésta quedaría sometida a las decisiones e intereses de quienes crean y explotan el conocimiento en el extranjero, así como a tendencias hegemónicas religiosas que no toleran la libertad de pensamiento.
Pérez Tamayo relató que en el escenario optimista, la recesión económica en los diferentes estados del país se reduce, aumentan las importaciones, se recupera el gasto público y mejora el presupuesto destinado a la educación, lo cual logra que la ciencia y la tecnología pasen a ocupar un lugar prioritario en el interés de la sociedad.
Para finalizar, el investigador narró que en un escenario realista, la sociedad puede potenciar a la ciencia a nivel nacional, aun en contra de circunstancias adversas como la crisis económica y la escalada de la violencia.
“No hay duda de que cuando la opinión pública se expresa con suficiente energía y compromiso puede decidir la marcha de los acontecimientos, aunque en ocasiones ésta puede ser manipulada por la demagogia que controla la información, la cual existirá mientras la sociedad sea ignorante”, manifestó.
El científico mexicano destacó que la indiferencia de las autoridades y las diversas crisis económicas no pudieron evitar el crecimiento de la ciencia en el país en la segunda mitad del siglo XX –época en la que tuvo un gran auge–, debido a la fuerza de la sociedad civil que la promovió, y que éste es el mejor ejemplo a seguir en la actualidad.
“Si la sociedad se une y trabaja en pro del crecimiento de la ciencia, ésta continuará su crecimiento en la primera mitad del siglo XXI, a pesar y en contra de circunstancias negativas, ya que los retos difíciles sólo son aquellos que cuestan más trabajo para ser superados”, concluyó.
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