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Oportunidades para discapacitados son escasas

  • En México, sólo una minoría concluye sus estudios o tiene una carrera profesional
  • La cultura y la sociedad mexicanas viiolentan e ignoran las leyes que los protegen

 

Laura Ramos Echavarri, de Pedagogía, realizó su trabajo recepcional sobre el tema

 

Claudia Peralta Vázquez

06/02/18, Xalapa, Ver.- En México, pese a la implementación de normas que promueven la igualdad y el respeto a personas con discapacidad, persiste la discriminación y obstrucción de oportunidades hacia los integrantes de este sector poblacional en los ámbitos laboral y educativo.

Laura Ramos Echavarri, alumna de la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana (UV), abordó en una monografía el tema “Políticas públicas de prevención de la discriminación laboral a personas con discapacidad en México”, durante la presentación de documentos recepcionales efectuada los días 30 y 31 de enero y 1 de febrero.

Entrevistada sobre la relevancia del estudio, hizo hincapié en que la discapacidad –ya sea motriz, sensorial, intelectual o por accidente– no representa un obstáculo para que las personas puedan superarse.

Destacó que nuestro país se ha apegado a normas oficiales como las de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para tratar de promover la igualdad, el respeto, la tolerancia, la responsabilidad y el compromiso social con este sector, con el afán de integrarlas a los ámbitos social, laboral y educativo.

No obstante, se sabe que sólo una minoría concluye sus estudios o tiene una carrera profesional: “México ha tenido un gran avance respecto a las reformas, leyes, y derechos hacia las personas con alguna discapacidad, el problema es que la cultura mexicana y la misma sociedad incurre en violentar, ignorar, obstaculizar o marginar esas leyes”, expresó.

Son demasiadas las leyes que están ahí y son para ayudar y protegerlos, el problema es que no se siguen y por consecuencia se cae en la discriminación hacia las personas con alguna discapacidad, enfatizó la universitaria.

Su investigación, dirigida por la académica María de los Ángeles Hernández González, puntualiza que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en su reporte de 2010, la población con discapacidad en México sumaba siete millones 751 mil 677 personas distribuidas de la siguiente manera: 51.4 por ciento, adultos mayores de 60 años; 33.7 por ciento, adultos entre 30 a 59 años; 7.9 por ciento, jóvenes de 15 a 29 años, y 7.3 por ciento, niños y niñas de 0 a 14 años.

En el tema educativo, subraya que el 27.9 por ciento de este sector no tiene estudios; el 45.5 por ciento terminó al menos un año de primaria; el 13.3 por ciento cuenta con un año de secundaria; el 5.2 por ciento han cursado al menos un año de nivel medio superior, y el 5.2 por ciento, un año de nivel superior.

En resumen, la mayoría sólo concluye sus estudios de primaria, mientras que en otros países desarrollados y mejor organizados, los discapacitados terminan una carrera y empiezan a buscar trabajo para valerse por sí mismos.

Laura Ramos también propuso que las instituciones educativas capaciten a maestros para no depender del todo de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER) o de los programas que brinda el Gobierno Federal.

Aunado a esto, llamó a las instancias gubernamentales a atender la situación de accesos para personas con discapacidad motriz y visual, pues les impide desarrollarse de forma individual.

Por esta razón, resaltó que es necesario analizar y hacer conciencia sobre una base legal para la defensa y no discriminación de los derechos internacionales y nacionales de este grupo poblacional.