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Música, elemento central durante y después de la Revolución: Alfonso Colorado 

 

  • En ese periodo la música popular se volvió más importante que la escuchada por las élites, explicó el investigador del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación 
  • “La labor de investigación es un trabajo colectivo y depende de una infraestructura que brindan las instituciones”, expresó 

 

Alfonso Colorado Hernández ha desarrollado líneas de investigación sobre literatura, arte, historia, música y nacionalismo en los siglos XIX y XX

 

Claudia Peralta Vázquez 

Foto: Luis Fernando Fernández Carrillo 

20/01/2022, Xalapa, Ver.- La Revolución Mexicana cambió al país más de lo que se pueda imaginar y, en lo que respecta a las artes, la música se volvió un elemento central durante y después de este periodo para la configuración política de la nación, explicó Alfonso Colorado Hernández, investigador del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV). 

Desde 2016, Colorado Hernández ha desarrollado varias líneas de investigación relacionadas con la literatura, el arte, la historia, la música y el nacionalismo en los siglos XIX y XX. 

Sin embargo, fue en 2014 que abordó el tema sobre música y política en México en la primera mitad del siglo XX, como una ponencia en la UPF. Al llegar al CECC-UV, en 2016, lo presentó dentro de un proyecto de investigación posdoctoral. 

Recientemente, lo impartió en el marco de un seminario de posgrado en la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

Subrayó que la idea ligada a que la música es únicamente entretenimiento, diversión, fiesta y expresión de sentimientos, queda totalmente cuestionada a partir del papel que cumplió en la construcción del nuevo Estado, desde un punto de vista ideológico. 

Narró que, durante la Revolución, la música europea, sobre todo la francesa, escuchada por los grupos de élite, tuvo una desventaja en comparación con la creada por los sectores populares y regionales, pues se volvió muy importante. 

“La Revolución cambió todo, a tal grado que las élites abrieron espacio a la música popular.” 

El corrido, cuya variante actual son los narcocorridos, llegó también a la música clásica entre las décadas de 1920 y 1940, y lo mismo ocurrió con varios géneros musicales que tomaron aspectos de la música popular. 

“En ese periodo, la música fue un arma muy fuerte y utilizada por todos los grupos para lograr ciertos fines, lo cual es válido y siempre se ha hecho.” 

El historiador criticó que el estudio de la música, tanto clásica como popular de aquella época, siempre se ha hecho a partir del género y desde un punto de vista estético. 

A su consideración, lo importante es hacerlo también desde el ámbito social, pues permitió que las clases subalternas introdujeran su ideología y demandas en la música cultural y urbana; y por otro lado, el Estado se aprovechó de ella para obtener legitimidad. 

Fue un proceso variado y complejo, dijo, por lo que el estudio intenta mostrar que no se puede continuar su análisis desde el género, sino tomar en cuenta otros parámetros. 

“Somos la UV, tenemos que estudiar la música y las manifestaciones artísticas, y cualquier otra cosa de acuerdo a las pautas y lineamientos.” 

Es por ello que géneros como el reguetón o el hip-hop tienen gran impacto social y por lo tanto deben estudiarse. “No podemos erigirnos en jueces, adaptando conceptos como el gusto o las preferencias personales para acercarnos a ellos”, puntualizó. 

Es decir, los científicos sociales deben estudiar el impacto de la música en los ámbitos histórico, político e ideológico. 

Alfonso Colorado, quien actualmente es Director General de Difusión Cultural (DGDC) de la UV, expresó que la música tiene un gran poder y presencia, es formativa, crea imaginarios, pautas de comportamiento, pero, por otro lado, espera verse a partir de categorías que son imitadas. 

Tanta es su importancia que incluso en México su peso es mayor que en otros países del mundo. “Es un país donde ciertas tensiones, problemas, procesos políticos, históricos, culturales, de tensión, lucha, encuentro, de unidad y armonía, dados por algunos periodos y coyunturas históricas, están en la música”. 

También refleja muy bien la tensión política y económica; es un campo de estudio que puede mostrar posibilidades nuevas y fascinantes de lo que es la realidad del país. 

El próximo año espera presentar el libro Música y política en México en la primera mitad del siglo XX, en el cual estudia relaciones diversas, intensas y complejas entre las diferentes clases sociales y los grupos sociales a través de la música. 

El investigador también centra sus estudios en la historia cultural, es decir, una visión de la importancia que tienen las artes en la historia. 

Sus líneas de investigación son: la Ilustración, el final del siglo XVIII y principios del XIX; cómo se dieron los orígenes del debate público y surgimiento de la opinión pública en el mundo hispánico a finales del XVIII, entre otros. 

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