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Los géneros literarios no requieren de especialización: David Olguín

  • Dictó conferencia magistral en el marco del Séptimo Curso de Creación Literaria para Jóvenes, promovido por la Fundación para las Letras Mexicanas y la UV

 

David Sandoval Rodríguez

La noción de género se relaciona de manera directa con una estructura de pensamiento, y asumir la idea de la no especialización es contemplar una serie de posibilidades, expresó el dramaturgo David Olguín en la conferencia “Fronteras y entrecruzamientos entre el teatro y el resto de los géneros, pasado y presente” en la Universidad Veracruzana (UV).

Con la presentación del autor en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades inició el Séptimo Curso de Creación Literaria para Jóvenes, que organiza la máxima casa de estudios de Veracruz en colaboración con la Fundación para las Letras Mexicanas (FLM).

David Olguín dictó conferencia en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades.

David Olguín dictó conferencia en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades.

“Lo que quiero pintar es un modelo de escritor, un modelo de dramaturgo, pintar a un modelo de poeta; es una serie de posibilidades que ofrece el asumir la idea de la no especialización, pero sí pensar que de fondo –en términos absolutamente concretos y prácticos– la noción de género obedece más bien a una estructura de pensamiento y a una manera de mirar el mundo”, afirmó el ponente.

Señaló que el escritor Marco Antonio de la Parra ha planteado que el dramaturgo tiene “una especie de herida psíquica, se le abren dentro muchas voces, se le abren dentro posibilidades diferentes de ser y esas distintas voces están en un mismo plano”.

Olguín mencionó que cuando se leen las obras de William Shakespeare es muy difícil saber qué es lo que realmente pensaba sobre la vida y sobre el mundo, “pensaba todo, todos los puntos de vista, voces y voces en el mismo nivel”.

La división académica y en términos de una visión idealista de los géneros literarios es operante y marca claramente las fronteras entre la poesía, la narrativa y la dramaturgia.

La división es operativa, pero no retrata en la realidad la división interna de los géneros, apuntó, “más cuando el que practica determinado género empieza a adherirse a sus zonas limítrofes donde comienzan a construirse estilos, variaciones de los géneros y, finalmente, lo que yo creo más importante e interesante en el hecho de la escritura, de la creación: la voz individual, es decir, la mirada particular que rebasa las ideas fijas”.

Comentó que del siglo XIX al XX ocurre un cambio; en el primero, la mayoría de los escritores reconocidos quieren escribir teatro, como el caso de Oscar Wilde, quien declaró: “No quiero ser inmortal, quiero ser popular”.

“Hay un gran cambio en el siglo XX, dice George Steiner en su teoría, a propósito del paso de un siglo a otro. En el siglo XIX vemos el ascenso de la novela como género literario y la despedida del teatro del sentido de comunidad, para el siglo XX se sube el individualismo y nos despedimos del espacio comunitario”, detalló.

Este cambio es evidente, dijo, en el tamaño de los teatros, pues a principios del siglo XX surgen los “teatros íntimos”, contrario a los espacios infinitos de tres mil butacas que eran los teatros burgueses, los cuales se vuelven obsoletos y “llegamos al punto en que el teatro es casi virtual”.

Vivimos en un mundo donde impera una “virtualidad del contacto humano, cuando es la esencia del teatro, y frente a las ideas de que desaparecerá, creo que justamente lo que lo hará sobrevivir al paso del tiempo es la capacidad que tiene del contacto entre personas”.

Una vasta línea de escritores comienza una “prosificación del teatro”, es decir, que comienza a escribirse como habla la gente en las calles y en ese proceso llegamos a mediados del siglo XX a una “absoluta banalización de la dialogación, casi la cero construcción, la cero selección de realidad”.

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