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Los biopolímeros sustituirán a los plásticos derivados del petróleo

  • Afirmó el Director del Instituto de Ciencias Básicas de la UV
  • “Sería muy conveniente reconvertir los ingenios de caña de azúcar en biorrefinerías”: Josué Cortés Zárate

 

Josué Cortés Zárate, director del Instituto de Ciencias Básicas

Josué Cortés Zárate, director del Instituto de Ciencias Básicas

 

Claudia Peralta Vázquez

 

Xalapa, Ver. 08/07/2016.- Josué Cortés Zárate, director del Instituto de Ciencias Básicas (ICB) de la Universidad Veracruzana (UV), resaltó que Veracruz podría ser una entidad altamente competitiva en la producción de biocombustibles y biopolímeros, que se pueden generar a partir del aprovechamiento de desechos como los de la caña de azúcar.

En su opinión, y ante la gran cantidad de ingenios que existen en territorio veracruzano, la administración estatal entrante debe considerar esta idea que se ha convertido en una tendencia mundial.

“Sería muy conveniente reconvertir los ingenios de caña de azúcar en biorrefinerías y producir tanto biocombustibles como biopolímeros, con procesos paralelos y económicamente complementarios.”

Mencionó que en los dos sexenios anteriores los esfuerzos en este sentido fueron fallidos y muy costosos, es decir, sin una visión de estado y sin liderazgo científico, sino político.

“No digo que con esto se resuelva el problema socioeconómico, pero ayudará y hará más competitivo al estado y al país en la producción de químicos de alto valor agregado y de biocombustibles.”

Actualmente, el Instituto de Ciencias Básicas de la UV desarrolla de manera incipiente un área enfocada al estudio de los biopolímeros, los cuales sustituirán a los polímeros o productos derivados del petróleo, toda vez que su futuro está visto como algo complejo y contaminante, además de ser un recurso no renovable.

Dicho proyecto se enfoca en la caña de azúcar y utilización de los desechos para la identificación de biopolímeros con fines biomédicos, y es complementario al que desarrollan otros grupos en el campo de los biocombustibles.

Cortés Zárate subrayó que hoy en día se busca emplear materiales amigables con el medio ambiente, biodegradables y que además cuenten con otras aplicaciones importantes como en la biomedicina.

En este sentido, algunas aplicaciones de los biopolímeros se dan en: reemplazo de huesos, sutura en operaciones de ojos, elaboración de lentes de contacto e intraoculares, pueden tener contacto con tejidos del cuerpo humano, reparar o ser soporte del crecimiento de algunas células, etcétera.

Entrevistado en las instalaciones del ICB, el funcionario universitario citó el caso de Italia, donde ya se han instalado biorrefinerías, aun cuando no tienen la producción ni la cantidad de desechos que hay en Veracruz.

Dijo que en México ya existe una mayor conciencia de la problemática y contaminación existente, por ello hay grupos de investigación dentro de las universidades que buscan soluciones en el ámbito de la bioeconomía.

Indicó que los biopolímeros son tan importantes que en la actualidad se construyen carrocerías para autos; dada su resistencia, sustituyen en casi todas las funciones a los derivados del petróleo pero con la ventaja de que son amigables con el medio ambiente.

Aún son caros, comentó, pero al realizarse cada vez más investigaciones en el mundo al respecto y con el aprovechamiento inteligente de los desechos, se piensa que avanzará a una velocidad que dentro de poco será competitiva con la petroquímica.

Al hablar de los avances que a nivel mundial se han conseguido en este rubro, Josué Cortés dio a conocer que ya se maneja un refrigerador “del futuro” hecho a base de un gel de biopolímero. Para utilizarlo, básicamente se introducen los alimentos en el gel –que no tiene olor ni es pegajoso– y allí quedan suspendidos y enfriándose.

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