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Investigadores analizaron transformaciones regionales

  • Dentro del Primer Encuentro Virtual de Egresados del Doctorado en Historia y Estudios Regionales 
  • En la mesa de discusión participaron expertos de la Universidad de Sonora, la Universidad de Guadalajara y la UV 
  • Dialogaron sobre la modernidad de Hermosillo, Sonora; pueblos mágicos, y las presas Yuribia y Platanillo, en Veracruz 
Gustavo Lorenzana Durán, investigador de la Unison

Gustavo Lorenzana Durán, investigador de la Unison

Claudia Peralta Vázquez 

30/06/2020, Xalapa, Ver.- Investigadores de las universidades de Sonora (Unison), de Guadalajara (UdeG) y Veracruzana (UV), discutieron el jueves 25 de junio en torno a la expansión y modernización de la ciudad de Hermosillo, Sonora, desde la década de los setenta; la transformación de una población de Jalisco considerada Pueblo Mágico, y sobre las problemáticas generadas debido a la construcción de las presas Yuribia y Platanillo, en el sur de Veracruz. 

 Gustavo Lorenzana Durán, de la Unison; Alida Genoveva Moreno Martínez, de la UdeG; y María Elena Roca Guzmán, académica de la Facultad de Antropología de la UV, participaron en el Primer Encuentro Virtual de Egresados del Doctorado en Historia y Estudios Regionales (DHER), adscrito al Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la UV, que se desarrolló los días 25 y 26 de junio, a través de Zoom. 

Como parte de la Mesa 2 “Transformaciones espaciales y regionales”, que fue moderada por Felipe Bustos González, también egresado de este posgrado, Gustavo Lorenzana Durán, quien labora en el Departamento de Historia y Antropología de la Unison, expuso el tema “Hermosillo, Sonora: de huertas y campos agrícolas a fraccionamientos residenciales y parques industriales. 1972-1978”. 

Indicó que este trabajo es producto de una de sus líneas de investigación relacionadas con la construcción de paisajes urbanos e industriales, así como de una revisión historiográfica realizada sobre el devenir histórico sonorense. 

En él se da cuenta del poco interés que han tenido los estudiosos sobre la historia urbana, lo cual lo llevó a trabajar sobre la expansión de la ciudad, específicamente durante la década de los setenta.

Alida Genoveva Moreno Martínez, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la UdeG

Alida Genoveva Moreno Martínez, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la UdeG

Dijo que, a pesar de que en 1972 se publicó la Ley 47 sobre Planificación y Urbanización del Estado de Sonora, lo cual garantizaría que la expansión de ciudades se haría bajo la línea de una planificación, la ciudad de Hermosillo se desarrolló sin importar que el lugar no es propicio para los asentamientos humanos ya que se encuentra al pie del cauce del río Sonora. 

Aunado a ello, la escasez de agua es una de las características climatológicas. Precisamente, el cauce de ese afluente ya no existe porque sobre él se contempló la construcción –como parte del proceso de modernización de una serie de edificios para albergar oficinas del gobierno federal, estatal y de la iniciativa privada. 

Gustavo Lorenzana comentó que en esa década Hermosillo ya era considerada una ciudad moderna donde la subordinación y el sometimiento de la naturaleza también la caracterizaban. 

Por otra parte, dentro de los lineamientos para llevar a cabo la planificación se autorizó la construcción de fraccionamientos residenciales y populares donde había huertos y cultivos de trigo. Los primeros, quedarían en manos de la iniciativa privada; y los segundos, los realizaría el gobierno federal. 

Por su parte Alida Genoveva Moreno, académica del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la UdeG, dio a conocer la investigación “De Real Minero a Pueblo Mágico: una reflexión sobre el pueblo de San Sebastián del Oeste, Jalisco”, que desarrolló dentro del DHER.

María Elena Roca Guzmán, académica de la Facultad de Antropología

María Elena Roca Guzmán, académica de la Facultad de Antropología

El sitio, que personalmente conoció en 1999, adquirió el título de Pueblo Mágico en 2011 y a partir de entonces se interesó por documentar las modificaciones y cambios ocurridos a lo largo de nueve años, así como su actividad minera y producción de plata que data del siglo XVIII. 

La investigadora comentó que el proyecto de Pueblo Mágico surgió en 2001 como iniciativa del gobierno federal para fomentar el turismo que no fuera de playa o de mar, dar a conocer atractivos de tipo histórico, colonial y prehispánico, y revitalizar la economía y patrimonio de las localidades. 

Actualmente, México tiene 121 pueblos mágicos, la mayoría ubicados en el centro del país. Señaló que un Pueblo Mágico es un sitio con símbolos y leyendas, poblados con historias, lugares que muestran la identidad nacional de México y contribuyen a revalorar zonas del país que han sido olvidadas. 

Para las poblaciones, lo anterior implica una serie de cambios para mantener cierta homogeneidad, unidad en construcciones, fachadas y atractivo. 

Otro de los propósitos de esta estrategia es propiciar la actividad económica, crear fuentes de empleo, mejorar condiciones de vida, vías de comunicación, conocer la riqueza cultural y material, atraer turismo y conservar el patrimonio cultural.

Felipe Bustos González moderó la Mesa 2 “Transformaciones espaciales y regionales”

Felipe Bustos González moderó la Mesa 2 “Transformaciones espaciales y regionales”

No obstante, San Sebastián del Oeste se ha caracterizado por tener poca población, toda vez que habitan alrededor de 700 personas; a pesar de la actividad minera, conserva gran parte de sus bosques y cultivos de café. 

María Elena Roca habló de “El Platanillo y Yuribia frente a los proyectos modernizadores. El caso de los trenes del Istmo y el Maya”. La investigación es producto de sus tesis de maestría y doctorado, respectivamente, donde detalla aspectos de ambos sistemas de agua, ubicados en la sierra de Santa Marta, al sur del estado de Veracruz, mismos que abastecen a gran parte de la población. 

Es decir, El Platanillo surte de agua a los municipios de Oluta, Soconusco y Acayucan; mientras que Yuribia a Minatitlán, Coatzacoalcos y algunas colonias conurbadas de Cosoleacaque. 

Desde su construcción, las dos generaron serios conflictos entre aquellos que son los depositarios de los mantos acuíferos y las autoridades municipales y estatales, pues estos proyectos se realizaron sin una consulta a los habitantes de los espacios en donde se encuentran, principalmente de pueblos originarios. 

El primero, obedece a una demanda ciudadana, sobre todo de mujeres; pero, en el caso de la presa Yuribia, algunos conflictos propiciados por varias organizaciones, debido a que los pozos existentes no suministraban suficiente agua, detonaron su construcción. 

Por tanto, los conflictos se han hecho evidentes con los cierres de válvulas. 

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