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El cambio climático está asociado a los modelos de producción: Universitarios

 

  • En el marco de la 5ta. Jornada de Innovación en Educación Superior, participaron académicos de las universidad Veracruzana, del Carmen y Autónoma de Chihuahua
  • Para que sean efectivos los programas se requiere del respaldo institucional al considerar la sustentabilidad en sus planes de trabajo

 

Cinthya Martínez, de la Unacar, habló sobre la realidad ambiental de su región y los programas educativos

 

David Sandoval Rodríguez

Fotos: Omar Portilla Palacios

27/05/2022, Xalapa, Ver.- Acciones para atender el cambio climático desde las universidades requieren del interés y del respaldo institucional en sus respectivos planes de trabajo, coincidieron en señalar académicos de las universidades Veracruzana (UV), del Carmen (Unacar) de Campeche y Autónoma de Chihuahua (Uach), durante su participación en la 5ta. Jornada de Innovación en Educación Superior, organizada por el Centro de Investigación e Innovación en Educación Superior (CIIES) de la UV.

El encuentro, que se realizó los días 24 y 25 de mayo con la temática “La universidad y la crisis ambiental”, finalizó con la mesa “Políticas y acciones universitarias frente al cambio climático”, con la participación de Cynthia Martínez Fernández, investigadora de la Unacar; Magaly Corona García, coordinadora del eje “Educación para la vida” de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoSustenta), y Miguel Ángel Flores Villalobos, académico de la Uach.

La moderación corrió a cargo de Karla Valencia González Romero, investigadora del CIIES y coordinadora del evento.

Martínez Fernández comentó que el cambio climático está asociado a los modelos de producción y consumo que se han desarrollado en el último siglo, y tanto gobiernos como instituciones han ejercido una acción tibia y superficial al respecto.

En igual sentido, mencionar estas carencias desde las universidades también “es un discurso incómodo para las instituciones en general y para las instituciones educativas en particular”, apuntó.

Dijo que la Unacar está situada en la Isla del Carmen, la más grande de México y que enfrenta problemas ambientales; según diversos modelos climáticos, puede llegar a desaparecer bajo el agua con el aumento de la temperatura de los océanos.

Reconoció que su universidad y las universidades en general han sido reproductoras de un modelo “que nos ha llevado a la crisis en la que estamos”.

Para ejemplificar cómo se mantienen prácticas que perpetúan este modelo nocivo al ambiente, comentó que en la región se sigue reproduciendo una “cultura del petróleo” basada en una imagen falsa de progreso, y en la que se considera que pérdidas de manglares o de la pesca tradicional son elementos prescindibles para llegar a la promesa del desarrollo que traerá el hidrocarburo.

 

Magaly Corona, responsable del eje “Educación para la vida” de CoSustenta, presentó acciones realizadas con la comunidad UV

 

Los programas educativos de su universidad son mayoritariamente de ingenierías, creados acordes a tal visión del progreso, subrayó.

Coincidió con lo expuesto por Carlos Welsh Rodríguez, investigador del Centro de Ciencias de la Tierra de la UV, respecto a que no es una respuesta adecuada de las universidades el integrar materias o asignaturas relacionadas con el cambio climático en todos los programas.

“La problemática ambiental en nuestro contexto es muy compleja y su comprensión requiere del tratamiento desde diversas disciplinas ya sean de ciencias naturales o ciencias sociales.”

Opinó que las universidades deberían abordar la complejidad ambiental y el cambio climático, pero las disciplinas no han logrado responder las preguntas que surgen sobre el tema y de manera muy sesgada se siguen atendiendo temas relacionados con la biósfera con acciones desarticuladas y poco sistematizadas.

Magaly Corona destacó que en la UV hay coincidencias en cuanto a estructura y acciones relacionadas con los temas ambientales y puso como ejemplo el Plan Maestro para la Sustentabilidad de 2010, que implicó la creación de una estructura, presupuesto y personalidad jurídica para su implementación.

Marcó un segundo momento en 2020, cuando se elaboró el segundo Plan Maestro para la Sustentabilidad que contempla un horizonte al año 2030; “a diferencia del primero, éste incorporó una consulta muy amplia a la comunidad universitaria, a todas las regiones y con diferentes técnicas que permitieron recoger inquietudes que había”.

El tercer momento es el actual, cuando el Programa de Trabajo 2021-2025 “Por una transformación integral” colocó como sus dos ejes transversales la sustentabilidad y los derechos humanos.

Relató que en materia de acciones universitarias, CoSustenta ha trabajado con un enfoque de la educación basada en el hacer y mencionó actividades como las Rodadas Universitarias, la Feria Anual de Sustentabilidad y la Red de Huertos Universitarios, entre otras.

Al exponer los resultados de un ejercicio diagnóstico sobre la percepción de la sustentabilidad entre la comunidad universitaria, Corona García advirtió que los estudiantes de las seis áreas académicas, el Sistema de Enseñanza Abierta (SEA) y la UV-Intercultural identifican en promedio una relación del 40 por ciento entre su área académica y la sustentabilidad, decreciendo de manera importante en el área de Artes.

 

Miguel Ángel Flores, de la Unach, expuso el estado actual del enfoque ambiental en las instituciones universitarias

 

Igualmente, los académicos manifestaron obstáculos para integrar la sustentabilidad en su práctica docente, siendo más evidente en las áreas Económico-Administrativa, Técnica y el SEA.

Recalcó que la comunidad docente de la UV “es el grupo medular porque impacta a la comunidad estudiantil y permanece y dialoga con sus compañeros, docentes y no docentes”, por tal razón deben ser los primeros capacitados en cómo sus disciplinas pueden relacionarse con la sustentabilidad.

Como parte de las acciones mencionó también la puesta en marcha de las Coordinaciones Regionales para la Sustentabilidad, lo que facilitará implementar y dar seguimiento a los programas en las cinco regiones de la UV.

Para concluir, Flores Villalobos, de la Unach, expuso las bases teóricas y documentos en que se basaron en su universidad para la incorporación del tema ambiental en su programa de trabajo, comenzando por el Objetivo 13 “Cambio climático” de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Los programas educativos y la educación en general que reciben los estudiantes se tienen que adecuar para afrontar éstos y otros riesgos que en el futuro pudieran surgir derivados del cambio climático, señaló.

Para ello, las instituciones deben aplicar un enfoque holístico y general para atender el problema y en la más reciente cumbre internacional de París, en 2021, las naciones reafirmaron el papel que juegan las instituciones de educación superior para abonar a las soluciones de los problemas ambientales.

Dijo también que, no obstante a que en la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) se agrupan 195 instituciones y se registran dos mil 917 proyectos relacionados al tema ambiental, la vinculación, tanto al interior como entre universidades, es el punto débil de los proyectos en general.

 

Magaly Corona, de CoSustenta, mencionó los ejes transversales de sustentabilidad y derechos humanos en el Programa de Trabajo 2021-2025 de la UV

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