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Desequilibrio del sueño afecta más a varones

 

  • Se le conoce como Jet lag social
  • Obtuvo tercer lugar en el XI Congreso Nacional Bienal de Medicina del Sueño, en la modalidad cartel
  • La disminución, alteración o desincronización del sueño son determinantes de obesidad

 

Claudia Peralta Vázquez

 

El jet lag social, fenómeno que se presenta cuando hay un desequilibrio en el reloj interno o biológico de una persona, afecta con mayor frecuencia a la población varonil universitaria, situación que también puede propiciar el desarrollo de sobrepeso u obesidad.

Así lo revela un estudio realizado por Emilio Aguilar Sánchez, estudiante de décimo semestre de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana (UV), quien obtuvo el tercer lugar en el XI Congreso Nacional Bienal de Medicina del Sueño, celebrado del 8 al 12 de diciembre de 2015 en la ciudad de Puebla.

“El jet lag social incrementa el Índice de Masa Corporal (IMC) en la población estudiantil universitaria”, es el nombre del trabajo premiado en la modalidad cartel en el evento organizado por la Sociedad Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño, A.C., en colaboración con la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Al dar a conocer este logro, el universitario expresó su satisfacción ya que gracias a esto se reconoció a la Facultad de Medicina de la UV como la única a nivel nacional que desarrolla investigación sobre la medicina del sueño.

Emilio Aguilar destacó que la inquietud por iniciar este estudio en 2014 –basado en una muestra de mil 545 estudiantes de nuevo ingreso– tuvo el propósito de conocer los factores relacionados con el sobrepeso y obesidad, toda vez que nuestro país ocupa los primeros lugares a nivel mundial, con altos índices entre la población adulta e infantil.

De esta forma, se tendrán mayores elementos para prevenir y atender la problemática de manera oportuna.

“Si conocemos estos factores lograremos un avance en el estado de salud de las personas y prevenir enfermedades crónico-degenerativas como diabetes mellitus tipo II, hipertensión arterial, síndrome metabólico, padecimientos cerebro-vasculares e infartos, entre otros.”

Señaló que el jet lag social es una discrepancia en los ritmos sociales y biológicos. Este desacoplamiento perjudica el estado de salud de las personas, pues disminuye la cantidad de sueño.

Al explicarlo de forma detallada, manifestó que durante los días sábado y domingo hay una alteración en este proceso, si se compara con el resto de la semana, cuando las personas mantienen un horario continuo de sueño que va de las cero horas a las seis de la madrugada.

“Los fines de semana pueden dormir a las dos de la madrugada o bien prolongar su descanso hasta más tarde, por consiguiente se da un despertar más tardío.”

Esta alteración se relaciona con una disminución crónica de sueño y alteraciones metabólicas a nivel de la leptina y grelina.

La primera es una hormona encargada de la saciedad en el organismo, liberada por el tejido adiposo o graso; la segunda, incrementa el hambre en las personas y hace que consuman más alimentos.

Emilio Aguilar Sánchez obtuvo tercer lugar en XI Congreso Nacional Bienal de Medicina del Sueño.

Emilio Aguilar Sánchez obtuvo tercer lugar en XI Congreso Nacional Bienal de Medicina del Sueño.

 

Resultados entre la población universitaria

Emilio Aguilar dio a conocer que para realizar su estudio tomó como base una muestra de mil 545 alumnos de nuevo ingreso de la carrera de Medicina, a quienes aplicó un cuestionario para evaluar sus hábitos de sueño.

Para ello, se apoyó del Examen de Salud Integral (ESI) que implica diversos análisis médicos, nutricionales, odontológicos y antropométricos que miden la calidad de vida de los estudiantes.

De esta manera, encontró que 52 por ciento de la población femenina presenta esa condición, y 62 por ciento de los varones sufren jet lag social.

Asimismo, este último grupo tiene 14 por ciento de probabilidad de padecer obesidad, mientras que las mujeres no tanto.

En Estados Unidos, por ejemplo, algunos estudios han demostrado que el jet lag social afecta más a mujeres que a hombres.

Otro estudio, dijo, revela que a las mujeres sí les afecta una deuda de sueño. Esto se presenta al dormir alrededor de seis horas diarias, de lunes a viernes, y ocho horas los fines de semana.

“Si tienen más de dos horas de deuda de sueño, hay una posibilidad de hasta 10 por ciento de presentar obesidad, mientras que en los hombres es de ocho por ciento.”

Relató que su experiencia en el XI Congreso Nacional Bienal de Medicina de Sueño fue muy compleja, ya que participaron estudiantes de pregrado, maestría y doctorado de las áreas de biología y medicina, quienes expusieron sus trabajos y explicaron los diferentes trastornos relacionados con el sueño, así como la afectación en la población.

Todos ellos de universidades como la Nacional Autónoma de México, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa.

“Esto me estimula a seguir trabajando y el resultado obtenido indica que la labor realizada al interior de la Facultad de Medicina de la UV es de calidad.”

Es una gran oportunidad para impulsar la investigación, no sólo en esta Facultad sino en toda la Universidad, resaltó el joven investigador, quien también tuvo la oportunidad de exponer su cartel en el Congreso Anual de la Society for Neuroscience, denominado Neuroscience 2015, efectuado en la ciudad de Chicago, Illinois, Estados Unidos, en octubre.

Por su parte, Monserrat Melgarejo Gutiérrez, investigadora de la Facultad de Medicina, aseveró que el jet lag social es un término nuevo. “En los ritmos de medicina del sueño aún no se conoce cómo se da este desfase”, incluso es fácil confundirlo porque normalmente ocurre cuando una persona viaja al extranjero donde hay un horario distinto. Sin embargo, se trata de un desfase de las horas de sueño por la actividad social o familiar, como su nombre lo indica.

Monserrat Melgarejo Gutiérrez, investigadora de la Facultad de Medicina de la UV.

Monserrat Melgarejo Gutiérrez, investigadora de la Facultad de Medicina de la UV.

“No solo debemos dormir ocho horas, sino en el horario adecuado, ya que hacerlo antes de las 11 de la noche es más reparador”. Este descontrol ocasiona incremento del IMC y también modifica los niveles de glucosa, aunque no al grado de padecer diabetes.

“Pensamos que la disminución, alteración o desincronización del sueño son determinantes de la obesidad en nuestro país, así como la inactividad física o la mala alimentación”. Si empezamos a corregir nuestros hábitos de sueño, también se pueden modificar otros desajustes metabólicos, agregó.

La académica puntualizó que éste fue un tema nuevo e interesante para la comunidad del sueño, y un comentario favorable se dio en torno al tamaño de la muestra, ya que el de los otros trabajos era máximo de 100.

Finalmente, dijo que el actual análisis es poblacional para observar su comportamiento ante este fenómeno. El paso siguiente es determinar cuáles son los mecanismos moleculares y fisiológicos que están detrás de este desfase.

Por tanto, el objetivo actual es participar en las convocatorias del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y obtener recursos para llevar a cabo la próxima etapa.

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