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Biofertilizante, alternativa ante el desabasto de fósforo: Jacobo Bañuelos 

  • El académico de la Facultad de Ciencias Agrícolas participó en “Tardes de Ciencia” 

 

 

El trabajo de Bañuelos Trejo se centra en las interacciones entre microorganismos benéficos del suelo y plantas

 

Karina de la Paz Reyes Díaz 

11/10/2021, Xalapa, Ver.- Jacob Isaías Bañuelos Trejo, académico de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana (UV), impartió la charla “Fósforo, el próximo desabasto mundial”, como parte de la serie “Tardes de Ciencia” impulsada por la Dirección General de Investigaciones (DGI), el programa “Sábados en la Ciencia” y la Academia Mexicana de Ciencias. 

Habló detalladamente de la importancia de este mineral en la agricultura (tanto la orgánica como la tradicional, pues en ambas se utiliza). A la par, expuso el riesgo de su desabasto en los próximos años, al tratarse de un recurso no renovable, y lo hizo con datos científicos del Centro de Resiliencia de Estocolmo. Precisó que el principal yacimiento está en Marruecos y que en 2030 las reservas empezarán a decaer. 

“No va a ser tan fácil llegar a esas rocas de fósforo en el futuro, vamos a necesitar mucho equipo especializado, lo cual va a incrementar el costo”; en consecuencia, también incrementará el precio de los alimentos. 

Pese al panorama, que se vislumbra complicado, hay alternativas y el académico habló de una: el biofertilizante con base en microorganismos capaces de producir suelos fértiles y bien estructurados. 

Explicó que del total del fertilizante de fósforo aplicado a una planta, sólo el 10 por ciento es aprovechado por ella, mientras el resto se acumula en el suelo, de formas en las que a la planta se le imposibilita acceder. Afortunadamente, hay microrganismos que pueden ayudarle a aprovechar el mineral. 

Si se trata de un suelo de cultivo que por 10 años han fertilizado con fósforo, significa que ahí está, de alguna manera, el 90 por ciento del mineral y la planta podría aprovecharlo a través de microorganismos, específicamente un grupo de hongos que forman micorrizas. 

“Son hongos que viven en las raíces y forman una simbiosis que les permite llevar todo ese fósforo hacia las plantas”, explicó el académico. Además, estos hongos tienen la capacidad de expandir el área de absorción de una planta, es decir, mientras ésta tiene un metro cuadrado de expansión, los hongos asociados forman estructuras y las expanden hacia diversas partes de la tierra y pueden abarcar hasta 350 metros cuadrados, sin que las raíces crezcan. 

De ahí lo valioso de aplicar estos biofertilizantes, por ello aprovechó la oportunidad para recordar que en la UV se produce a gran escala y con los más altos estándares de calidad. Recordó que el desarrollo del biofertilizante elaborado con base en hongos micorrícicos estuvo a cargo de la académica Dora Trejo Aguilar y la planta productora está muy cerca de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de esta región, en el Campus para la Cultura, las Artes y el Deporte. 

Cabe recordar que el trabajo de Bañuelos Trejo se centra en las interacciones entre microorganismos benéficos del suelo y plantas; en los últimos años se ha enfocado en el efecto que los biofertilizantes tienen en la calidad de nutrientes, rendimiento y expresión génica en ellas. Estudió en la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, y actualmente tiene un proyecto de la Fundación Borlaug para la agricultura sustentable. 

La charla se desarrolló el 28 de septiembre y fue moderada por Rodrigo López Sánchez y Gladis Yáñez Garrido, de la DGI. 

También se transmiten por el Facebook Live @SabadosenlaCienciaXal. 

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