- Participaron en el 1er Coloquio Internacional sobre Migrantes de Retorno en Contextos Educativos
- Abordaron las experiencias de exclusión vividas por estudiantes que retornaron a México y cursan la universidad

El Pamir UV realizó panel sobre las experiencias de exclusión de estudiantes migrantes de retorno
Texto e imágenes: David Sandoval Rodríguez
12/06/2025, Xalapa, Ver.- El Programa de Atención a Migrantes de Retorno (Pamir) de la Universidad Veracruzana (UV) puede considerarse un referente a nivel nacional en la materia, coincidieron en señalar académicas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), durante su participación en el 1er Coloquio Internacional sobre Migrantes de Retorno en Contextos Educativos.
En el panel virtual “Lengua, identidad y exclusión en las experiencias universitarias de estudiantes migrantes de retorno en México”, organizado por el Pamir, Colette Ilse Despagne Broxner, investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSyH) de la BUAP, presentó la ponencia “Ideologías lingüísticas e identidades: el caso de migrantes de retorno que estudian en la Universidad Veracruzana”.
Su estudio, realizado con 15 estudiantes de la UV, se enfocó en analizar los alcances del bilingüismo y las implicaciones que ha tenido para las y los jóvenes universitarios en esta situación migratoria.
Dijo que en Estados Unidos (EE. UU.) el inglés y el español lo hablan y aprenden en casa, pero al llegar a México se enfrentan con muchos estereotipos basados en la ideología del mestizaje.
“Es una idea racista que excluye a los que no son considerados mestizos y al regresar a México no son considerados como mexicanos verdaderos porque no conocen la historia y la cultura, tampoco se expresan como tal y siguen siendo percibidos como una amenaza a la nación.”
Esta ideología de Estado se sustenta en un concepto de identidad y lengua única existente en México desde 1921 y son consideradas por los especialistas como una ideología raciolingüística –al incluir el concepto de racismo– que va a impactar en la conformación de la identidad de estos jóvenes.
La investigadora hizo un llamado al sistema educativo en general para “alejarnos de la perspectiva monolítica y monolingüística que priva en las aulas, y cambiar a una perspectiva plurilingüística que podrá ajustar su posición identitaria y el translenguaje, su repertorio lingüístico, y dar sentido a sus procesos de aprendizaje”.

Colette Ilse Despagne Broxner, investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP
Aseguró que persiste un discurso en el sistema educativo nacional y en la UV que no les permite hablar inglés en sus contextos cotidianos, tampoco aceptar el uso del spanglish en el sentido que “se escucha como si le faltara una parte al lenguaje y sigue percibiéndose al inglés como un lenguaje elitista, que proyecta la ideología que debe ser de blancos y lo moreno está asociado a los pobres, quienes no pueden tener un alto nivel de competencia en inglés”.
Muchos de los migrantes de retorno en la UV buscan volverse mestizos para no ser diferentes y eso conlleva a la pérdida del uso del inglés, apuntó.
Mónica Liliana Jacobo Suárez, docente del Departamento de Política y Cultura en la Universidad Autónoma Metropolitana, expuso “Schooling accross borders: El rol de la lengua y la identificación nacional en las trayectorias educativas de jóvenes migrantes de retorno”.
Compartió que su caso de estudio también fue con alumnos de la UV y la BUAP, analizando cómo impacta la edad de emigración y la de retorno sobre la lengua y la identidad.
Se debe dimensionar el impacto del regreso a México y por ello propuso que su retorno durante la adolescencia y juventud implicaría dominar la lecto-escritura en español y consolidar una identidad monocultural es su mayor desafío.
No obstante, señaló que “la alta competencia en una lengua no se corresponde necesariamente con lograr una identificación nacional que esté asociada a dicha lengua”.
Dijo además que la trayectoria migratoria no define el dominio de una lengua porque puede haber comunidades y estrategias de aprendizaje que permiten la práctica tanto del inglés como del español.

Mónica Liliana Jacobo, académica del Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana
“Estudiantes de retorno: momentos de exclusión e inclusión en el ámbito educativo superior”, fue la ponencia que impartió María Cristina Manzano-Munguía, del ICSyH de la BUAP.
Como parte del proyecto que dirige Despangne Boxner, aportó en su participación el sustento teórico que visibiliza la problemática compleja que enfrentan estos alumnos.
Los Estados modernos tienden a la homogeneización de grupos para generar intervenciones legibles como las prácticas de salud y los programas educativos, puntualizó.
Por otro lado, dijo que “hay una relación directa en beneficio a los estudiantes a través del Pamir de la UV, porque está pensado desde abajo”.
Para los estudiantes migrantes de retorno el proceso no es fácil, el ingreso a un nuevo barrio, una nueva escuela, y un nuevo bullying que se hacen presentes; por tal razón, el apoyo que brinda el programa se materializa en los cursos que les ofrecen y con los amigos de la universidad que les brindan su apoyo.
Finalmente, Ángel Augusto Landa Alemán, catedrático de la Facultad de Idiomas de la UV, presentó “Inseguridad y discriminación lingüística: experiencias de estudiantes migrantes de retorno en la educación superior en México”.
Analizó la inseguridad y discriminación lingüística a partir de entrevistas con diversos estudiantes para su investigación doctoral que analiza las trayectorias escolares en la UV.

Ángel Augusto Landa Alemán, profesor de la Facultad de Idiomas de la UV
Dijo que a la fecha más de 400 alumnos de las cinco regiones de la UV se autorreconocen como estudiantes de retorno y enfrentan un doble desafío: adaptación social y adaptación lingüística, en donde el entorno educativo puede ser fuente de frustración o rechazo a partir del recibimiento y la discriminación que sufren.
La inseguridad lingüística que surgió en ellos al tener que aprender inglés se define como una evaluación negativa sobre la forma propia de hablar ante una lengua legítima, que en su caso era el inglés y se agrava cuando hay presión institucional para una integración acelerada.
Por otra parte, a su regreso a México y durante su trayectoria escolar se les generaron sentimientos de frustración, tristeza, inferioridad y vergüenza; en sus diferentes niveles, desde la secundaria hasta la universidad, se siguieron manifestando estas emociones.
“La lengua se convierte en una frontera simbólica que puede alienar a los jóvenes, pero es una doble discriminación porque a su regreso también sienten rechazo, entre otras cosas, y el racismo intensifica esta exclusión escolar”, observó el académico.
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