- Posgraduados participaron en evento organizado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV
- Expusieron sus resultados en el Foro “Crisis del agua y proyectos de muerte. Resistencias, estrategias y experiencias”

En el IIH-S se celebró el Foro “Crisis del agua y proyectos de muerte. Resistencias, estrategias y experiencias”
David Sandoval Rodríguez
Fotos: César Pisil Ramos
24/04/2025, Xalapa, Ver.- Comunidad académica de la Universidad Veracruzana (UV) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que también realiza activismo, coincidió en la importancia de crear redes de colaboración para proteger regiones amenazadas por la contaminación, muchas veces producto de la depredación ambiental generada por empresas internacionales.
Así lo plantearon en la mesa redonda del Foro “Crisis del agua y proyectos de muerte. Resistencias, estrategias y experiencias”, en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV).
Académicos, investigadores, activistas y estudiantes de posgrado se congregaron en el Auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán” para escuchar la participación de cuatro personas dedicadas a investigar el daño causado al ambiente, como también al aporte de soluciones y estrategias de resistencia organizada ante la depredación.
Al inaugurar formalmente el evento, Ernesto Treviño Ronzón, director del IIH-S, afirmó que “todos somos conscientes del problema del agua” y la realización del foro sirve para levantar la voz en el espacio público, denunciar la problemática y entablar un diálogo interdisciplinar.
En el mismo sentido, Virginie Thiébaut, investigadora del IIH-S, dijo que la finalidad del encuentro es combinar las actividades de la academia con el activismo, buscando entablar una comunicación entre ambos.

Andrés Barreda, catedrático de la UNAM, dijo que existen varias regiones de emergencia ambiental en México
La primera participación de la mesa estuvo a cargo de Andrés Barreda Marín, docente de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien impartió “El capitalismo actual y sus implicaciones en la devastación ambiental de México”.
El investigador fungió como coordinador del Programa Nacional Estratégico (Pronaces) –del entonces Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)– “Agentes tóxicos y procesos contaminantes”, el cual mapeó las principales regiones del país donde se ha generado contaminación excesiva, definiéndolas como “regiones de emergencia”.
Estas áreas abarcan miles de kilómetros cuadrados y tienen varios factores de contaminación, como zonas donde se utilizan diversos agroquímicos tóxicos y sin un manejo adecuado, a lo que se suman las descargas de desechos de regiones urbanas a ríos, lagos y mantos acuíferos.
Ocurre que en estas regiones las aguas fluyen “brutalmente contaminadas” desde los centros urbanos hasta los campos de cultivo, a las que se suma la contaminación ocasionada por la minería a cielo abierto, generando enfermedades como leucemia, padecimientos renales, oculares y otros tipos de cáncer.
Entre las regiones de emergencia que Barreda Marín mencionó está la cuenca Libres-Oriental, entre los límites de Veracruz, Puebla y Tlaxcala, donde las granjas porcícolas y otras industrias acaparan el agua potable y luego la vierten contaminada a los mantos freáticos.

Gerardo Romero, doctorante en Geografía por la UNAM, relató la problemática de contaminación que existe en la cuenca Libres-Oriental
En ello coincidió Gerardo Romero Bartolo, doctorante en Geografía por la UNAM, quien expuso “Densidad territorial y disputas campesinas por el agua en la cuenca Libres-Oriental durante el neoliberalismo”.
Ambos denunciaron que las autoridades han permitido a las grandes empresas y terratenientes el acaparamiento del agua, a lo que se suma una inadecuada supervisión para el manejo de los desechos tóxicos desde hace más de diez años.
Por su parte, Gerardo Romero, quien también es oriundo de una familia campesina de la región e integrante del colectivo Diente de León, dijo que los agricultores dependen del agua de lluvia, dado que no hay ríos en esta cuenca y las industrias asentadas ahí cuentan con cañones antigranizo –prohibidos por la ley– para disipar las nubes, situación que han registrado y denunciado, sin sanciones para los infractores.
Con la ponencia “Defensa territorial en Jalcomulco, Veracruz. Narrativas de su estrategia colectiva y legal”, Ananta Mazadiego Cruz, egresada del Doctorado en Historia y Estudios Regionales del IIH-S, narró los principales acontecimientos en torno al intento de la empresa Oderbrecht, con el apoyo del gobierno estatal, para desecar el río Jalcomulco e instalar una generadora de energía eléctrica.
Recalcó que la situación generó preocupación entre los pobladores de la cuenca del rio La Antigua que comenzaron a organizarse en 2014, creando el colectivo Pueblos Unidos de la Cuenca Antigua por Ríos Libres.

Ananta Mazadiego, egresada del Doctorado en Historia y Estudios Regionales del IIH-S, expuso la defensa territorial implementada por los pobladores de Jalcomulco
Este cumple funciones de vocería entre los representantes de las comunidades, quienes concentraron esfuerzos para buscar el fallo de un juez que en 2018 emitió un amparo colectivo ante la instalación de reservas de agua propuestas por la misma Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para generar energía eléctrica.
Parte de su labor como investigadora en formación e integrante del colectivo fue realizar un peritaje antropológico entre los habitantes, demostrando la importancia del río en sus prácticas sociales, culturales y económicas; este trabajo, incluido en la documentación presentada ante las autoridades, les permitió ganar en 2022 un amparo que validó el veredicto favorable para reimponer una veda al río y el cese de la actividad de esta empresa.
Finalmente, Adriana Ronquillo Vásquez, animadora, ilustradora, directora de cortometrajes y actualmente alumna del Doctorado en Artes por la UNAM, impartió la conferencia “Arte en los movimientos ecosociales”, enfatizando la importancia de combinar el impacto emocional que generan las disciplinas artísticas con la necesidad del cuidado ambiental.
Planteó el concepto de arte ecosocial, inspirado en la propuesta de “ecosocialismo” de Michael Löwy, corriente política “basada en la certeza de que la salvaguarda del equilibrio ecológico del planeta, es decir, favorable a todas las especies, incluida la humana, es incompatible con la lógica expansiva y destructiva del sistema capitalista”.
Dijo que su propuesta se fundamenta en que el arte puede enfatizar, a través de elementos simbólicos, el hecho de que “no existe un dualismo sociedad-naturaleza, sino que en cuanto somos animales humanos somos naturaleza y como tal constituimos un conjunto interrelacionado” que se opone de manera crítica al concepto de “capitalismo verde”, impulsado por las corporaciones y apoyado por gobiernos de corte neoliberal.

Adriana Ronquillo, directora de cortometrajes y alumna del Doctorado en Artes por la UNAM, impartió la conferencia “Arte en los movimientos ecosociales”
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