- El tipo de alimentación que la madre adopte durante el embarazo impactará en la microbiota intestinal del infante o neonato, informó investigadora del CIB-UV
- Rubí Viveros Contreras dictó la ponencia “Microbiota infantil y dieta”, en el marco de la celebración del Día Mundial del Microbioma, en la Facultad de Biología
Claudia Peralta Vázquez
Fotos: César Pisil Ramos
03/07/2024, Xalapa, Ver.- Rubí Viveros Contreras, investigadora del Centro de Investigaciones Biomédicas (CIB) de la Universidad Veracruzana (UV), aseveró que durante el periodo de embarazo la dieta juega un papel importante tanto en la salud de la madre como del recién nacido o neonato, pues su deficiencia podría originar diversas enfermedades.
Lo anterior como parte de la serie de conferencias organizadas por el Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB), el Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) y la Facultad de Biología de esta casa de estudios, para dar a conocer que la microbiota intestinal es clave para la salud del ser humano, y en los infantes, los primeros mil días de vida son una ventana de oportunidad para lograr que sea saludable.
Factores como la dieta materna, modo de parto, edad gestacional, ingesta de lecha materna e introducción de alimentos sólidos, juegan un papel importante en el establecimiento adecuado de la misma.
“Más tarde, no es que no sea posible, pero la eficacia es menor, como en la adolescencia”, señaló la investigadora.
En la ponencia “Microbiota infantil y dieta”, que tuvo lugar en el Auditorio de la Facultad de Biología, Viveros Contreras expuso que la formación de la microbiota inicia desde antes del nacimiento, donde se transfieren algunos microorganismos a través de la dieta materna, vía uterina, de la placenta, líquido amniótico y el cordón umbilical.
La microbiota del niño dependerá de lo que coma la mamá, ya que podrían desencadenarse múltiples enfermedades de tipo cardiovascular, alergias, obesidad, problemas intestinales, desórdenes metabólicos y trastornos de origen neurológico.
“A veces, la mamá no tiene una educación adecuada sobre la importancia de una alimentación nutritiva durante el embarazo, desconocen que corren riesgo de padecer diabetes estacional por el desequilibrio de la microbiota, y no sólo eso, sino que también hay muchos partos pretérmino.”
Explicó que dicha situación ocasiona una gran cantidad de morbi-mortalidad infantil y la atención de las mismas en las unidades de cuidados intensivos neonatales.
En este sentido, la dieta materna juega un papel muy importante y es una estrategia efectiva para prevenir enfermedades en el infante o neonato.
El modo de parto también condiciona la microbiota intestinal del bebé, pues quienes nacen por cesárea no entran en contacto con el canal vaginal ni con la microbiota materna, rica en bifidobacterias y lactobacillus. Los antibióticos, de igual forma, impactarán en un perfil no saludable de la microbiota intestinal.
Por tanto, la alimentación del recién nacido durante los primeros días de vida es fundamental para la composición de su flora intestinal, ejemplo de ello es la leche materna exclusiva.
Ante los asistentes a la conferencia, en su mayoría integrantes de la comunidad universitaria, indicó que si este aspecto se considera durante los primeros mil días de nacido, alrededor de los tres años se logrará una microbiota similar a la de un adulto.
“Posteriormente sí es posible modularla, pero esa huella que vamos a tener es clave que sea adecuada desde los primeros mil días de vida.”
Por tanto, si los alimentos ricos en prebióticos como las frutas, vegetales y proteínas, se sustituyen por alimentos ultraprocesados, traerá como consecuencia un desequilibrio de la microbiota intestinal.
La especialista subrayó que la alteración de la microbiota causa muchos daños a la salud de los niños y niñas. Puede ser visible en su neurodesarrollo, con cólicos intensos, enfermedades autoinmunes, atópicas y diabetes tipo 1.
Por eso, los infantes deben llevar una dieta equilibrada, variada y balanceada, que incluya todos los grupos de alimentos y evitar azúcares, porque un niño menor de dos años no debe consumirlos, sobre todo aquellos que contienen los refrescos.
“Hay que considerar todos estos factores para que el niño establezca una microbiota saludable y en su adultez no padezca enfermedades con alta prevalencia en México, como la diabetes y obesidad.”
Cabe destacar que desde 2021, el 27 de junio se celebra el Día Mundial del Microbioma, evento para discutir y dar a conocer información relacionada con los microbios que habitan en el planeta.
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