Entrevista

La música da fuerza en momentos difíciles: Cristina García

  • A los seis años empezó a tomar clases de piano para resolver algunos problemas de coordinación motriz
  • “Al pasar de los años, me di cuenta que tenía la necesidad de expresarme, así que empece a escribir pequeñas melodías”

 

Cristina García incursionó en la música a la edad de seis años y siempre supo que su vocación era la composición

 

Paola Cortés Pérez

 

12/10/2017, Xalapa, Ver.- Desde su niñez, Cristina García Islas sabía que quería dedicarse a la composición musical, deseo que se concretó el pasado 29 de septiembre en el concierto Una Travesía Musical por cuatro siglos, gracias a la convocatoria que la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX) realizó a jóvenes músicos y compositores.

Cristina relató que a los seis años empezó a tomar clases de música, en particular de piano, porque sus padres querían resolver el problema de coordinación motriz fina que padecía. Al pasar de los años se dio cuenta que sentía la necesidad de expresarse, así que empezó a escribir pequeños extractos de melodías.

Sin embargo, comentó que al llegar a la juventud tomó la decisión de abandonar la música para emprender sus estudios en Psicología, pero durante el corto tiempo que lo hizo se sintió incompleta.

“Fueron pasando los años y me di cuenta que para mí era muy importante escribir melodías. Al estudiar Psicología pretendía entenderme como ser humano, pero después entendí que sentía la necesidad de regresar a la música.”

Pero esto no le fue fácil y tuvo que afrontar varios obstáculos. Contó que al retomar de manera abrupta sus estudios de música, permaneció como oyente durante un año en la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), para poder presentar el examen de ingreso.

Durante este lapso, sufrió de problemas en ambas manos, pero esto no la hizo desistir, pese a que la intervención quirúrgica para mejorarlas estaba programada para dos días antes de que fuera el examen de admisión.

“Recuerdo que le pedí amablemente al doctor que pospusiera la cirugía para poder asistir al examen; así sucedió, lo presenté y lo aprobé”. La operación no pudo esperar y durante un año acudió a la escuela con una mano enyesada y con la otra vendada.

“El hecho de sentir que mis manos no funcionaban y no podía lograr lo que quería con ellas, me hizo cuestionarme la vida, qué haría con mis manos, y esto me hizo pensar en que debía crear. Ahora la creación es una parte importante para mí.”

Toda esta situación adversa, expresó Cristina, le ayudó a reafirmar su vocación y amor por la música, en especial por la composición musical, porque considera que la música es una manera de acercarse a los demás.

Al concluir sus estudios de nivel medio superior en composición en la Escuela Superior de Música del INBA, se le presentó la oportunidad de continuar su formación en el Conservatorio de Música de Montreal, Canadá.

“Cuando se me presentó esta oportunidad estaba muy desilusionada, al grado de querer abandonar la música porque no tenía maestro de composición. De pronto llegó un profesor de Canadá y me habló de la oportunidad de estudiar en el Conservatorio de Música de Montreal, la verdad no estaba muy convencida pero una maestra me impulsó a enviar mi documentación, así lo hice y al final fui aceptada.”

Tras cursar su licenciatura en dicha institución, estudio la Maestría y Doctorado en Composición en la Universidad de Montreal McGill. En Canadá vivió por más de 12 años, tiempo en el que compuso varias melodías, entre ellas La piedra solar, conformada por cinco movimientos.

“Está basada en el Calendario Azteca, los cinco movimientos representan a los cinco soles, que son los cinco cataclismos según las creencias de los aztecas.”

Ahora, unos meses después de haber regresado a México, su composición fue interpretada por primera vez en este país por la OSX. Para ello, Cristina tuvo que recortar la obra y adaptarla a lo solicitado en la convocatoria, así que sólo se presentaron tres movimientos, “me hubiera gustado que se tocara toda, pero fue una oportunidad para que la gente me conociera y conocieran lo que hago”.

Cabe mencionar que en Canadá fue tocada completa en dos ocasiones. La pieza original dura 13 minutos, mientras que la presentada por la OSX duró seis minutos y medio; fue subtitulada Fusiones y explosiones, al estar inspirada en el timbre de los instrumentos prehispánicos.

Dijo que la interpretación de esta obra le trajo sentimientos encontrados, ya que por un lado está contenta de que la OSX toque su composición, y por otro, se siente un poco desconcertada de que haya coincidido con los sismos que dejó grandes pérdidas en el país.

“Esta obra la escribí hace siete años y nunca imagine que se estrenaría en un contexto tan difícil para nuestro país, pues la obra simboliza uno de estos eventos catastróficos de la tierra que es el terremoto o el Nahui Ollin.

”Para mí representa una oportunidad de estar viva y presentar algo que escribí, que todavía puedo contarlo y expresarlo, que la gente podrá comunicar un hecho que nos marcó a todos y que nos da esperanza, por medio de la música podemos dar fuerza y nos puede unir.”

Actualmente, Cristina García Islas es profesora en la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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