Cultura

Urge relevo generacional en carnavales afromestizos

  • Indicó Lorena Acosta Vázquez al disertar sobre el tema, en el Centro de Estudios de Jazz de la UV
  • Estos festejos son una forma de organización comunitaria, comentó la investigadora

 

Lorena Acosta Vázquez

 

Jorge Vázquez Pacheco

 

20/10/2017, Xalapa, Ver.- Al disertar en torno del tema “Los otros carnavales; los afromestizos de las cañadas del Barlovento veracruzano”, la antropóloga social con especialidad en etnomusicología, Lorena Acosta Vázquez, comentó que es necesario un relevo generacional y la formación de nuevos músicos con propuestas acordes con la tradición en estos festejos.

Como parte del Foro Académico “Aportaciones de las culturas africanas y caribeñas a la identidad de la música veracruzana y el jazz”, Lorena Acosta señaló que el carnaval es “la oportunidad de jugar con la vida y el tiempo en un desenfreno previo al severo acatamiento de las normas cristianas”.

Agregó que sus elementos distintivos son el trastoque de la realidad y ocultamiento de la identidad, el desplazamiento de los roles de autoridad y la libertad para expresar movimientos que en otros momentos serían reprobables.

Posteriormente, consideró los rasgos distintivos de estos festejos en poblaciones del Barlovento veracruzano. Aclaró que “sotavento” y “barlovento” son términos marineros que indican respectivamente procedencia y dirección del viento.

La especialista señaló las microrregiones propias del Barlovento veracruzano: costa-ríos, sierra, Ruta de la Niebla y Valle de Perote. En cada una de esas zonas se ubican municipios que ni siquiera escuchamos con frecuencia. Los carnavales afromestizos de esta región se localizan en Almolonga y Espinal, municipio de Naolinco; Coyolillo y Chicuasen, municipio de Actopan; Blanca Espuma, Providencia y Cerrillo de Díaz, en Alto Lucero, y Alto Tío Diego, municipio de Tepetlán.

En cada una de esas zonas se identifica el festejo como una forma de organización comunitaria, con sus semejanzas y diferencias que van desde la denominación para algunos rasgos, hasta los tocados, máscaras y adornos para los participantes.

En conclusión, el carnaval mantiene su vigencia en el imaginario colectivo, aunque en términos de política cultural falta mucho por trabajar en las medidas para contribuir a la sensibilización. La ponente señaló también la necesidad de vincular el patrimonio cultural inmaterial con el desarrollo sostenible y la descentralización de su carácter folklorizante.

“Como expresión dancística persiste, no así en términos musicales. Es urgente el relevo por parte de las nuevas generaciones, así como la formación de instrumentistas con propuestas acordes con su tradición y con una refuncionalización expresiva”, concluyó Acosta Vázquez.

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