Cultura

Se presentó en el Festival Jazzuv The American Slave Coast

  • Es una reflexión sobre la esclavitud en Estados Unidos de Norteamérica combinando música y lectura dramatizada
  • Participaron integrantes de la Orteuv y el quinteto de Donald Harrison

 

El quinteto de Donald Harrison y el elenco de la Orteuv durante la presentación de The American Slave Coast

 

David Sandoval Rodríguez

 

29/10/2017, Xalapa, Ver.- La noche del jueves 26 de octubre fue el estreno en Latinoamérica, dentro del 8° Festival Internacional Jazzuv, de la puesta en escena The American Slave Coast, obra de corte histórico que combina música y lectura dramatizada y propone una reflexión sobre la historia de la esclavitud en los Estados Unidos.

La Sala “Emilio Carballido” del Teatro del Estado fue la sede en donde el quinteto de Donald Harrison compartió escenario con siete integrantes de la Organización Teatral de la Universidad Veracruzana (Orteuv), quienes dirigidos por Luis Mario Moncada dieron vida al guión escrito por Constance y Ned Sublette.

Rafael Alcalá, director del Centro de Estudios de Jazz de la UV (Jazzuv), reconoció la colaboración de la Orteuv para este montaje y destacó que la diversidad, eje de la octava edición del festival, se hizo patente con esta vinculación.

“Esta edición del Festival Jazzuv se caracteriza por la multiculturalidad y la multidisciplinariedad”, dijo y resaltó se trataba de una lectura musicalizada que se ha presentado solamente en Nueva York por nada más y nada menos que el Donald Harrison Quintet.

Detalló que los autores son musicólogos e historiadores, y reconoció el trabajo de dirección teatral de Luis Mario Moncada.

“Esta es una historia hiriente”, advirtió al iniciar el actor Carlos Ortega, para dar paso a una serie de testimonios recabados de los escasos libros escritos por esclavos que sobrevivieron a los maltratos y explotación durante el siglo XIX.

El montaje cuenta las experiencias de Louis Hughes, autor de Treinta años como esclavo, quien fue vendido cuatro veces antes de los 15 años y observó las extensas filas, de hasta mil esclavos, que recorrían los estados de Virginia, Alabama y Carolina del Sur, tierras pródigas en cuanto al mercado y tráfico de esclavos.

Mientras el elenco integrado por Karina Meneses, Angélica Chong, Esther Castro, Brisei Guerrero, Enrique Vásquez y Rogerio Baruch daban vida a los testimonios presentes en los libros de Charles Ball y Hariett Ann Jacobs, la única mujer que pudo escribir sobre sus experiencias como esclava y posteriormente como abolicionista, Donald Harrison, en el saxofón alto, era acompañado por su grupo.

La obra destaca la participación en el mercado de esclavos de varios de los “padres fundadores” de los Estados Unidos de Norteamérica, aquellos que redactaron su primera constitución proclamando la independencia del Reino Unido en 1776, entre ellos Thomas Jefferson, George Washington y Andrew Jackson.

De este presidente en particular, narraron que es el único de quien se tiene un registro de haber llevado una cáfila –conjunto o multitud de personas, animales o cosas, que están en movimiento y van unas tras otras– de regreso del puerto de Natchez a su hacienda particular en Carolina del Sur.

Durante la narración, que fue acompañada por piezas creadas ex profeso para la representación, al igual que canciones populares en la época de la guerra de secesión, se mostraron también imágenes de anuncios de ocasión para venta de esclavos, párrafos de la correspondencia de los presidentes haciendo referencia al capital a futuro que significa tener esclavas embarazadas e imágenes y grabados sobre el comercio de esclavos.

En el momento que el gobierno de las 13 colonias anexiona Louisiana y en particular el puerto de Nueva Orleans, que pertenecía a los franceses, ocurrirá un hecho que cambia la historia musical del continente, al imbricarse las influencias musicales del norte del país con los ritmos franceses y africanos presentes en la región del delta del río Mississippi, conocido como el estilo creole o criollo que evolucionará hasta lo que conocemos ahora como jazz.

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