Ciencia

Semana Mundial del Cerebro se consolida como foro de divulgación científica 

 

  • El trabajo realizado por el Instituto de Investigaciones Cerebrales ha impactado en un público diverso, integrado por niños, jóvenes y adultos, afirmó Luis García Hernández 

 

Luis García Hernández, director del Iice, inauguró la Semana Mundial del Cerebro 2022

 

José Luis Couttolenc Soto 

Fotos: Omar Portilla Palacios 

 14/03/2022, Xalapa, Ver.- Al inaugurar la Semana Mundial del Cerebro 2022, Luis García Hernández, director del Instituto de Investigaciones Cerebrales (Iice) de la Universidad Veracruzana (UV), aseguró este lunes que el evento académico que año con año reúne a destacados investigadores del país y el extranjero se ha consolidado como un foro de divulgación de la ciencia que ha impactado a un público diverso, conformado por niños, jóvenes y adultos. 

Nuestra labor como investigadores, dijo, es llevar a la sociedad y público no especializado el conocimiento científico que estudiantes e investigadores desarrollan en los laboratorios; por ello, nuestra tarea no sólo se enfoca en la investigación, también en la divulgación científica. 

La mente humana, producto de una evolución biológica 

Antonio Diéguez Lucena, profesor de la Universidad de Málaga, España, ofreció la primera conferencia magistral “Adalberto Fox” con el tema “Evolución de la cognición”, en la que señaló que la mente humana es el producto de una evolución biológica, un rasgo que puede ser explicado por la acción de la selección natural como adaptación al manejo de la complejidad natural y/o social. 

Refirió que nuestra mente comparte diversas características con la de otros primates, aunque difieran en el grado que alcanzan y en los resultados finales dado que no constituye una excepción, sino el punto máximo de un camino ya iniciado en otras especies. 

El investigador español apuntó que entender la historia evolutiva de la mente humana tiene consecuencias filosóficas, ayuda a entender sus límites y funciones epistémicas, y a situar al ser humano en el seno de la naturaleza. 

Afirmó que las representaciones mentales en seres vivos son un tipo especial de representaciones internas en las que la base de los estados internos representacionales es neural, o si se quiere, son patrones de activación neuronal. 

Subrayó que no todo organismo que posea neuronas tiene, por ese hecho, representaciones mentales, ni toda activación neuronal está ligada a éstas. 

Investigaciones realizadas por especialistas arrojan que algunas aves, como el cuervo y el pinzón carpintero, son capaces de fabricar y utilizar instrumentos, algo que durante mucho tiempo se había considerado privilegio exclusivo de los primates, como los orangutanes y chimpancés en estado salvaje, que uno de sus rasgos cognitivos es el uso de herramientas, habilidades que se transmiten bajo el aprendizaje social (cultura). 

Se ha documentado también en los primates (chimpancés), principalmente hembras o individuos jóvenes, el uso de herramientas (palos a modo de punzón) para la caza de gálagos (pequeño primate nocturno). En Tanzania se documentó la caza de una ardilla por parte de un chimpancé hembra. 

Se supone que la capacidad de inferencia causal de los chimpancés va más lejos, puesto que dan muestras de prever algunos acontecimientos futuros y poseer cierto grado de planificación; se ha comprobado que algunos simios guardan herramientas para utilizarlas posteriormente, y son capaces de discriminar a partir de propiedades funcionales, distinguiendo entre un objeto que es una herramienta de otro que no lo es. 

En cuanto a la evolución de las capacidades cognitivas humanas, Diéguez Lucena expuso que surgieron como una adaptación evolutiva a un medio físico variable y complejo, en el que la obtención de alimentos requería de una ardua tarea de localización y/o de procesamiento. 

Desde el punto de vista genético, la mayor diferencia entre el cerebro humano y el de otros primates no está en el número de genes diferentes que se expresan en el cerebro, sino en relación al incremento de la expresión genética, que va del dos al cuatro por ciento de los genes que se expresan en el córtex cerebral, esto tiene una mayor expresión en el ser humano que en el chimpancé. 

Comentó que en análisis recientes han localizado al menos 35 genes específicamente humanos y 35 genes que tienen ortólogos en primates, pero con expresión enriquecida en humanos que han podido tener un papel central en la expansión del neocórtex. 

 

Antonio Diéguez Lucena, de la Universidad de Málaga, España, ofreció la conferencia magistral “Evolución de la cognición”

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