Ciencia

Monitoreo de contaminantes no está fortalecido: Carlos Welsh

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Las consecuencias de un incendio afectan tanto a poblaciones cercanas como a las muy alejadas

Las consecuencias de un incendio afectan tanto a poblaciones cercanas como a las muy alejadas

 

Karina de la Paz Reyes Díaz

31/05/19, Xalapa, Ver.- Los incendios forestales que se han presentado en los últimos meses en Veracruz y en diversos puntos del territorio mexicano han provocado afectaciones a la salud y revelado que el monitoreo de los contaminantes derivados de estos sucesos no está “tan fortalecido y consolidado en el país”, dijo Carlos Manuel Welsh Rodríguez, investigador del Centro de Ciencias de la Tierra de la Universidad Veracruzana (UV). 

“Por ejemplo, en la ciudad de Xalapa sólo tenemos una estación de monitoreo ubicada en la Avenida Ávila Camacho con la Avenida Orizaba–, pero deberíamos tener al menos dos o tres estaciones que nos den la información en tiempo real de lo que está pasando, sobre las condiciones atmosféricas y la calidad del aire.” 

En su momento, la Comisión Nacional Forestal informó que del 1 de enero al 4 de abril de este año se han registrado dos mil 97 incendios forestales en 29 entidades federativas, con una superficie afectada de 43 mil 88 hectáreas (https://bit.ly/2IkZkmz). 

“Las entidades con mayor número de incendios son Estado de México, Ciudad de México, Puebla y Michoacán, en tanto que los que tienen mayor superficie afectada a causa de estos eventos son Puebla, Guerrero, Oaxaca y Chiapas”, añade el reporte semanal. 

Pero Veracruz no ha estado exento, basta recordar los incendios de la Reserva Natural “San Juan del Monte”, en el municipio de Las Vigas de Ramírez, y el de Pedrera-Cerro Roca de Oro, en el municipio de Alto Lucero, que consumieron cientos de hectáreas arboladas. 

Welsh Rodríguez explicó que los incendios forestales son favorecidos con las condiciones climáticas que se tienen actualmente –baja humedad, alta radiación, entre otras– y se propagan muy rápido ante la poca humedad que hay en la atmósfera; en consecuencia, el impacto es alto y afecta directamente la salud de las personas. 

 “En Xalapa, en los últimos meses, hemos estamos respirando muy mal aire, con una calidad muy baja”, dijo el científico y añadió que hemos tenido en particular dos contaminantes que han estado presentes tanto el año pasado como éste. Uno de ellos es el ozono, el año pasado rebasamos prácticamente 12 semanas la Norma Oficial Mexicana NOM-020-SSA1-2014 “Salud ambiental. Valor límite permisible para la concentración de ozono (O3) en el aire ambiente y criterios para su evaluación. 

Añadió que como consecuencia de los incendios y del material particulado que se ha presentado en la atmósfera, hemos estado casi en las mismas condiciones ambientales que en la Ciudad de México, por partículas de 2.5 micras, éstas son tan pequeñas que las respiramos y no se quedan en las vías respiratorias altas, sino que bajan al sistema pulmonar y se quedan ahí. 

“Ha sido un problema que en las últimas semanas se ha rebasado, al menos en tres ocasiones, la NOM. Si estuviéramos aplicando la norma europea o la americana, hubiéramos tenido que suspender actividades al aire libre. La NOM es más laxa y entonces, eso no hace que tengamos una contingencia, pero estamos muy cercanos.” 

Aclaró que las consecuencias de un incendio afectan a poblaciones cercanas, pero también a las muy alejadas, toda vez que las partículas viajan conforme se mueven los vientos. Para ilustrar, recordó que hace varios años la UV desarrolló un estudio para saber hasta dónde viajaban los derivados quemados de cloro que se hacían en Coatzacoalcos-Minatitlán, y encontraron evidencia incluso en el Valle de Perote. 

“Hicimos una campaña de monitoreo durante tres años y encontramos dioxinas y furanos que estaban presentes en el Cofre Perote, pero que se generaron en el sur del estado y viajaron con los vientos. Entonces, sabemos que hay algo que está ocurriendo. Y en la atmósfera el viento que corre es cada vez más intenso –menos nubosidad, más desplazamiento de masas de aire y eso favorece que las partículas también se muevan. 

De acuerdo con el entrevistado, es necesario encontrar una estrategia para reforestar a la brevedad las áreas dañadas, pero también las ciudades. “Los parques y jardines urbanos deben recuperar su esplendor y funcionalidad”. 

Citó que es lamentable que en Xalapa haya parques muy viejos, como Los Berros, que en lugar de capturar carbono lo están emitiendo, pues terminó su periodo de funcionamiento metabólico. “Ya terminó su ciclo funcional y necesitan una repoblación de inmediato”. 

La reforestación, aunada a una política pública en materia de transporte, contribuiría de manera considerable ante la situación ya planteada. 

“En Xalapa tenemos una alta densidad vehicular y un transporte público en muy malas condiciones”, lo cual no favorece la calidad del aire; es necesaria una medida integral para tener un transporte público eficiente y eficaz, quizá con biocombustible –de baja emisión. 

“Para eso se necesita que el Estado y los permisionarios lleguen a un acuerdo y sustituyan esas unidades, ésa será la manera de incentivar que dejemos de utilizar el vehículo particular y transitemos a un modelo de transporte público.” 

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