Ciencia

Los algoritmos son una máquina cultural: Joan Campás

 

  • El profesor de la Universidad Abierta de Cataluña dictó ponencia en el Coloquio “Algoritmos: del control a la creatividad” de la UV
  • A invitación de las facultades de Ingeniería Civil e Ingeniería Mecánica Eléctrica, región Poza Rica-Tuxpan

 

Joan Campás Montaner durante su participación en el Coloquio “Algoritmos: del control a la creatividad”

 

Claudia Peralta Vázquez

17/03/2022, Poza Rica, Ver.- Joan Campás Montaner, docente de la Universidad Abierta de Cataluña, con sede en Barcelona, España, planteó que los algoritmos, más que una herramienta informática, son una máquina cultural y tienen la capacidad de alterar las pautas del comportamiento humano.

El Doctor en Historia Contemporánea y especialista en el estudio del paradigma hipertextual y del arte digital, participó dentro del Coloquio “Algoritmos: del control a la creatividad”, realizado a iniciativa de los cuerpos académicos (CA) Estructuras, e Ingeniería y Sustentabilidad, de las facultades de Ingeniería Civil e Ingeniería Mecánica Eléctrica, respectivamente, el pasado 18 de febrero.

En el evento virtual, al que asistieron estudiantes, académicos y autoridades universitarias, Campás Montaner dio su punto de vista humanístico y subrayó que los algoritmos tienen que ver con todo: economía, política, sistema capitalista, comportamiento humano, género, emociones, creatividad, comunicación y la cultura del ocio.

“Como máquina cultural, a los humanistas nos interesa trabajarlo, ver cómo funciona, qué hay detrás, porque hoy en día los ordenadores y las máquinas en general son ubicuas, prácticamente.”

Por este motivo, resulta interesante estudiar la relación existente entre lo humano y la máquina.

Detalló que un algoritmo es un conjunto ordenado y finito de operaciones que permite encontrar la solución de un problema, una serie de instrucciones lógicas que muestran cómo realizar una tarea de principio a fin.

Ejemplo de lo anterior es una receta; o bien, una secuencia de operaciones matemáticas traducidas en código informático.

Algunos algoritmos son resultado del trabajo colectivo, de cientos, incluso miles de desarrolladores que incorporan paulatinamente sus propios pasos al proceso, y pueden llegar a costar centenares de millones de dólares.

“De ahí que sean el secreto mejor guardado de todas las empresas como: Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft.”

 

Comunidad universitaria de la región Poza Rica-Tuxpan presenció la ponencia virtual

 

Esto explica cómo los directivos de dichos organismos tecnológicos son los más ricos del mundo, cuando todo lo que ofrecen es gratuito, aparentemente.

El ponente, quien además es autor de libros sobre arte, historia, culturas de la alimentación, estética y edición electrónica, aseveró que tal es la ubicuidad de los algoritmos que se caracterizan por: inmediatez, principio de placer por encima del de realidad, personalización, y creación de pertenencia e identidad.

También por la persuasión y seducción, ya que selecciona la música, películas e imágenes adecuadas en cada momento; y optimización de la toma de decisiones mediante la detección de patrones.

Este último es un elemento importante para los humanistas, dijo, pues durante mucho tiempo la psicología ha investigado la conducta, por qué se produce, qué problema plantea y cómo estudiarla.

“Ahora las redes sociales y los algoritmos, el big data, la inmensa cantidad de datos que circulan por la nube, nos dicen que no somos tan especiales ni tan originales, tampoco tan individuales, sólo existen patrones.”

Es decir, a los algoritmos les interesa poder sistematizar estos patrones de conducta, porque si lo consiguen podrán anticiparse a las decisiones de las personas y manipularlas.

“Estamos cediendo a las plataformas, a las empresas, nos controlan a través de la información que proporcionamos, generalmente sobre gustos, deseos, fantasías, ideas políticas, religiosas, miedos y experiencia.”

En el marco de esta cultura algorítmica, lo que se consigue es controlar nuestro futuro, agregó.

“Si saben a dónde vamos, con quién estamos, qué compramos, qué hacemos, qué pensamos y deseamos, y más si la información no es individual sino de millones de personas, es más fácil controlar y manipular a la sociedad.”

Por tanto, el objetivo de los algoritmos es anticiparse a las decisiones.

Durante su participación, comentó que la información es lo más valioso que puede tener una organización, por lo que tratan de obtenerla de los usuarios para predecir sus decisiones.

“Los algoritmos ya son capaces de alterar las pautas de comportamiento”; sin embargo, para ello es necesario conocer cómo funciona el cerebro. De ahí que algoritmos y la neurociencia vayan de la mano.

“Cuando la gente ignora que está siendo manipulada tiende a creer que ha adoptado voluntariamente la nueva forma de pensar, y lo único que hace es creer.”

No se trata de juzgar, indicó, sino de explicar cómo funciona la inteligencia artificial a través de los algoritmos

Por ello, consideró importante analizar los algoritmos desde la perspectiva humanística, pues éstos son realizados por individuos, y detrás de ellos hay personas con ideas y mentalidades que penetran en dichos cálculos.

 

El especialista de la Universidad Abierta de Cataluña dijo que los algoritmos son una máquina cultural

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