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En Veracruz, el otomí tiene que competir con otras lenguas: Enriqueta Cerón 

  • De 1995 a 2010 se han registrado decrementos e incrementos en sus hablantes 
  • La problemática sociolingüística debe ser estudiada y explorada, afirmó la investigadora 

 

La investigadora María Enriqueta Cerón Velásquez fue homenajeada en el XXII Coloquio Internacional sobre Otopames

 

 

José Luis Couttolenc Soto 

21/10/2020, Xalapa, Ver.- De acuerdo al conteo de población y vivienda de 1995, realizado por Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de ese año a 2010 el comportamiento del uso de las lenguas en Veracruz, entre ellos el otomí, registró un incremento y decremento en varios periodos, haciéndolo competir con otras lenguas originarias y el español, señaló María Enriqueta Cerón Velásquez, investigadora de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV). 

La académica ofreció una conferencia en el XXII Coloquio Internacional sobre Otopames, en el que se rindió homenaje a la ponente junto con Félix Báez-Jorge. 

Cerón Velásquez presentó un análisis de la diversidad sociolingüística otopame en Veracruz, principalmente en el municipio de Ixhuatlán de Madero, que “presenta interesantes fenómenos sociolingüísticos como el multilingüismo, en donde coexisten lenguas minoritarias como el otomí, náhuatl, tepehua y totonaco, que conviven con la lengua mayoritaria, el español”. 

Dijo que en esa interacción de lenguas se reconoce una serie de problemáticas sociolingüísticas que son dignas de ser estudiadas y consecuentemente exploradas, puesto que todas en una sociedad multilingüe tienen funciones distintivas. Resaltó el impacto que ha tenido la reproducción de representaciones ideológicas en las épocas colonial, poscolonial y neocolonial, y el efecto que han tenido en el mantenimiento o desaparición de las lenguas menores. 

Consideró que en un país como México, el estudio de la diversidad sociolingüística es un tema obligado para los lingüistas, dado que representa una riqueza importante no obstante que existen lenguas que se encuentran amenazadas. De acuerdo a reportes del Inegi, actualmente en el país existen seis millones 695 mil 228 personas que hablan alguna lengua indígena, siendo el otomí una de las de mayor presencia en la zona centro (Hidalgo, Estado de México, Querétaro, Veracruz y Ciudad de México). 

En el caso particular del estado de Veracruz, además del municipio de Ixhuatlán de Madero, en el de Texcatepec se registra el mayor porcentaje de población monolingüe con 9.3 por ciento de los hombres y 17.7 en mujeres. 

Tras señalar que el estudio de la diversidad lingüística se preocupa y ocupa de los objetivos y métodos para buscar diferencias entre las lenguas, la ponente refirió que éste es un punto de partida que establece la diferencia entre los objetivos y métodos para realizar estudios descriptivos y prescriptivos de las lenguas, y los objetivos y métodos que usan los estudiosos de diversidad lingüística. 

“La diversidad lingüística en México es por sí evidente; sin embargo, son todavía pocos los estudios que se inscriben en un campo nuevo de lo que se considera como diversidad sociolingüística, un campo interdisciplinario que contribuye a un enfoque de la relación entre lengua y sociedad, y lengua y cultura, como lo es la antropología lingüística”, sostuvo la investigadora. 

Agregó que esta nueva perspectiva requiere de un enfoque interdisciplinario, en el que la relación con otras disciplinas como la antropología, geografía, política e identidad, puedan dar cuenta de una serie de problemas de investigación sociolingüística. 

Enriqueta Cerón opinó que la coexistencia del otomí con otras lenguas minoritarias y el español en un mismo espacio geográfico y político tiene efectos de diversa índole, en donde no se puede estudiar únicamente el uso del otomí sin hacer alusión a la relación que guarda con las otras lenguas, cuya coexistencia produce fenómenos sociolingüísticos como el estudio etnográfico del uso de cambios de códigos, la elección lingüística, la percepción de la diversidad del uso de las lenguas y los efectos del comportamiento lingüístico de los hablantes, entre otras cosas. 

Indicó que los otomíes conviven en un mismo espacio y tiempo; es decir, en la misma comunidad lingüística en la que también se usan otras lenguas, en donde la común es el español, por lo que conforman una misma comunidad lingüística multilingüe, y debido a la continua interacción con los hablantes de náhuatl, tepehua y totonaco, en la cotidianidad se llegan a establecer relaciones de parentesco, matrimonios mixtos, amistad, comercial y relaciones interétnicas. 

 

El uso del español frente a lenguas minoritarias 

El idioma español es hablado por 559 millones de personas en el mundo y cada día va en aumento, debido a su importancia como lengua internacional (ocupa el cuarto lugar antecedido por el inglés, francés y chino). México es el país que contribuye en mayor medida al habla de este idioma. 

Ante el peso económico, político, demográfico e ideológico que tiene el uso del español frente a las lenguas minoritarias, la investigadora universitaria consideró como “una misión imposible” la supervivencia del otomí, puesto que cada vez se aprecia una disminución de su uso en los municipios en los que se habla esta lengua, sumado esto a la baja transmisión intergeneracional de padres a hijos». 

Para concluir, recordó que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) menciona que el mantenimiento, la promoción o el abandono de lenguas no dominantes pueden estar dictados por la cultura lingüística dominante, sea ésta regional o nacional. La ideología lingüística del Estado puede inspirar a las minorías lingüísticas a movilizar a sus poblaciones hacia el mantenimiento de sus lenguas, o puede obligarlas a abandonarlas. Estas actitudes lingüísticas pueden ser una fuerza poderosa para la promoción de una lengua o, por lo contrario, para su desaparición”. 

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