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Calentamiento global, problema ético y político: Cecilia Conde 

 

  • “Es cierto que el cambio climático es un problema atmosférico y un problema ambiental, pero también se deriva de una gran desigualdad social”, enfatizó la investigadora de la UNAM 
  • “Debemos entender que no es una brecha la que hay entre política y clima, sino lenguajes diferentes”: Carlos Welsh 

 

 

Paola Cortés Pérez 

06/12/2021, Xalapa, Ver.- “El cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo muestran que nuestra idea de desarrollo tiene que cambiar hacia un desarrollo más sostenible”, mencionó Ana Cecilia Conde, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) 

La especialista participó en la conferencia “Reflexiones de la COP26”, organizada por el Programa de Estudios de Cambio Climático (PECC) de la Universidad Veracruzana (UV). 

En la misma sesión realizada la tarde del jueves 2 de diciembre a través de la plataforma digital ZoomUV, también participó Carlos Manuel Welsh Rodríguez, coordinador del Centro de Ciencias de la Tierra de la UV. 

Es verdad que China es el país con mayores emisiones de CO2, pero Conde Álvarez dijo que si se realiza una investigación de emisiones de CO2 por habitante, Estados Unidos ocuparía el primer lugar, seguido del país asiático. Además, el uno por ciento de la población más rica emite 70 veces más CO2 que el 50 por ciento de los más pobres. 

“Es cierto que el cambio climático es un problema atmosférico y un problema ambiental, pero también se deriva de una gran desigualdad social”, enfatizó. 

Los eventos críticos, como la pandemia que vivimos, aumentan la desigualdad entre las personas, de ahí que ya se discuta el concepto de justicia climática para desarrollar estudios no sólo en términos del clima, sino en términos éticos y políticos, para ello son necesarios científicos sociales que le entren a la discusión, dijo la investigadora de la UNAM. 

“El calentamiento global es un problema ético y político, no únicamente ambiental y físico de la naturaleza. Enfrentar el cambio climático requiere de una sinergia ciencia-política, en el contexto de la justicia climática.” 

Los investigadores concluyeron que la sinergia entre políticos y científicos es necesaria para detener los cambios en el clima y el aumento más rápido en la temperatura global pues cada vez serán más extremos, se concluyó en la conferencia “Reflexiones de la COP26”. 

Las siglas COP significan Conferencia de las Partes y se trata de una cumbre anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC); el número “26” corresponde a que fue la vigésima sexta ocasión en la que los 197 países se adhirieron a ella para combatir los efectos de la actividad humana en el sistema climático. 

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) está integrado por representantes de 195 países y fue establecido para facilitar a las instancias normativas evaluaciones periódicas sobre la base científica del cambio climático, sus repercusiones y futuros riesgos, así como las opciones que existen para adaptarse al mismo y atenuar sus efectos. 

El 9 de agosto de este año, el IPCC presentó el último informe en el que muestra claramente que el clima tiene cambios y el aumento de la temperatura será más rápido, con eventos más extremos (olas de calor, inundaciones y sequías). 

Asimismo, hay mayor confianza en que esos cambios están relacionados a la quema de combustibles fósiles, a la deforestación y la afectación de océanos. 

 

Política y clima, lenguajes diferentes 

Después del informe del IPCC, sabemos que los seres humanos estamos en el justo límite del no retorno, eso significa que los pequeños estados insulares, las zonas costeras del continente americano y latitudes tropicales, enfrentarán amenazas que están multiplicándose y están relacionadas con el mantenimiento del sistema económico. 

Carlos Welsh, investigador de la UV, lamentó que hay un grupo en la política que señala que no hay evidencia suficiente y necesaria para justificar que atravesamos un periodo de cambio climático de amenaza constante para la gente; y que la política internacional es más lenta de lo que el sistema climático demanda con relación a lo que se padece en la actualidad. 

“Debemos entender que no es una brecha la que hay entre política y clima, sino lenguajes diferentes, porque difícilmente encontraremos un líder global que abandere la situación de enfrentar la crisis climática con acciones que lo respalden desde la ciudadanía y además tenga la posibilidad de que la cámara de representantes –o aparato legislativo– le dé la posibilidad de hacer lo posible para que esto se cumpla.” 

Puntualizó que la educación puede ser un gran catalizador y los estudiantes pueden ser un agente de cambio desde lo local; agregó que las universidades están fallando porque no han asumido la responsabilidad que les corresponde en temas de cambio climático, lo cual es fundamental para transitar hacia la transformación.

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