Abstract
Si algo es cierto respecto a Internet, es que ha venido a cambiar nuestra manera de comunicarnos brindandonos cada día nuevas herramientas para compartir información. Hoy en día, se le llama nube informática a todos esos servicios informáticos que consumimos desde nuestros dispositivos de cómputo. Como es natural, los servicios más sencillos de utilizar fueron los primeras en llegar a un amplio público de personas. Servicios de correo electrónico y almacenamiento de archivos en la nube fueron los primeros en hacerse muy populares. Servicios como Google Drive, One Drive o DropBox para el almacenamiento remoto de documentos, fotografías y música son sencillos de utilizar y al alcance de cualquier persona sin necesidad de algún conocimiento especializado en materia informática. Por otro lado, otros de estos servicios en la nube más complejos como el hospedaje de sitios web o contratación de servidores de cómputo, solo estaban disponibles para personal especializado. Hoy en día, esto ya no es así.
Con servicios en la nube como Microsoft Azure o Google Cloud, un usuario no especializado puede rentar un equipo de cómputo remoto por días, horas o incluso minutos, con tan solo unos cuantos clics en una página web. Lo anterior pagando unicamente por los minutos de consumo, sin tener que realizar algún contrato anual o semestral como se realizaba en los inicios. Algo así como los nuevos planes de minutos de ceulares, donde se puede contratar el servicio de datos por solo un par de días sin ningún compromiso a largo plazo.
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