Universidad Veracruzana

 

 

Somos 7,800 millones de personas en el planeta. Si bien, mientras lees este enunciado, hubo nacimientos y defunciones en todo el mundo, lo cierto es que los nacimientos van ganando. Se espera que la población mundial aumente en 2,000 millones de personas en los próximos 30 años, alcanzando los 9,700 millones en 2050.

Y aunque usted y yo, ya no estemos, la población seguirá creciendo hasta llegar a un pico de cercano a los 11,000 millones para el año 2100. Y entonces quizás la población se estabilice.

En las notas pasadas platicamos sobre problemas poco visibles, como el agotamiento de los nutrientes del suelo. Principalmente del fosforo, un elemento indispensable para los cultivos.

Garantizar la seguridad alimentaria y nutricional ha sido durante mucho tiempo uno de los mayores desafíos para la humanidad y, dados los escenarios actuales de crecimiento de la población y cambio climático, esta es una tarea cada vez más desafiante.

Algunas de las últimas estimaciones predicen la necesidad de aumentar la productividad agrícola en al menos un 70% para 2050. Por lo que las miradas se enfocan cada vez más hacia el papel de la biodiversidad del suelo en general y, en particular, los hongos micorrízicos arbusculares.

Estos seres, son la esperanza más real para lograrlo de manera sostenible.

Además, la productividad agrícola debe volverse más resistente y resiliente a los eventos climáticos extremos cada vez más comunes y severos. Así que los medios que conocemos para producir alimentos están a prueba en un planeta cambiante.

Los hongos micorrízicos arbusculares son un grupo de hongos que forman una relación mutualista con la mayoría de las plantas terrestres, incluidos muchos cultivos agrícolas.

 

Son conocidos por su capacidad para aumentar la absorción y la productividad de los nutrientes de las plantas. Además, se sabe que influyen en una amplia gama de procesos del ecosistema.

Tanto la abundancia de estos hongos, el número de esporas y hasta donde pueden llegar sus filamentos o hifas (algo parecido a las raíces de las plantas) disminuyen con el aumento de la profundidad del suelo.

Su lugar favorito se encuentra cerca de los 30 cm de profundidad de tierra. Aunque se han encontrado a una profundidad de hasta 8 m.

Esta parte del suelo también es la más útil en la agricultura. Los 20 a 30 cm contribuye con ente el 10 y el 80%, con una importante contribución de los hongos micorrízicos. Esta contribución aumenta cuando capa superficial del suelo esté seca o se han agotado los nutrientes del suelo. Algo cada vez más frecuentes en nuestros días.

A diferencia de la fertilización artificial, que puede quedarse en la superficie o escurrirse con el agua, los hongos mantienen su lugar.

No solo dan nutrientes a la planta, tiene un papel fundamental en la oportunidad de restauración del suelo, en la reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero, en la captura del carbono en el suelo, en el control de emisiones de óxido nitroso y mucho más.

Lograr la seguridad alimentaria a escala mundial es una tarea compleja que requiere múltiples enfoques ¿Te gustaría saber más sobre el papel de los hongos en esta gran empresa? Entonces acompáñanos en la charla “El maravilloso mundo de los hongos en la agricultura” donde la Dra. Dora Trejo Aguilar, académica de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana, nos compartirá sobre los avances en el conocimiento y aplicación de estos organismos en la producción de alimentos.

Acompáñanos el martes 19 de octubre a las 5 de la tarde en Facebook @SabadosenlaCienciaXal o directamente en la sala virtual.

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Gladis Yañez de Sábados en la Ciencia de la Universidad Veracruzana.