Universidad Veracruzana

Skip to main content

Nota: El maravilloso mundo de los hongos en la agricultura

💡 #InformaciónConCiencia El maravilloso mundo de los hongos en la agricultura 🍄

➡️ https://cutt.ly/pEVIXzN
Sábados En La Ciencia #OlivaNoticias #Multimedios

Publicado por Oliva Noticias en Miércoles, 6 de octubre de 2021

 

Durante la mayor parte de nuestra existencia, la humanidad cazo y recolectó. Nuestros pueblos eran nómadas, moviéndose con las estaciones para seguir el suministro de alimentos.

A medida que los glaciares se retiraron y aprendimos a conocer los patrones de vida de las plantas, la necesidad de moverse con tanta frecuencia se volvió menos esencial. Incluso, mucho antes de quedarse quietas, las sociedades de cazadores-recolectores habrían sabido qué cultivos eran los mejores para aprovechar en cada temporada.

Ninguna sociedad decidió, repentinamente, un día dejar de moverse y establecer asentamientos permanentes. Aún existen sociedades nómadas en el mundo. No se sabe bien que fue lo que nos llevó a asentarnos en un territorio, quizás la necesidad de proteger los recursos almacenados para la subsistencia quizás fue la invención de la agricultura.

Los arqueólogos y paleontólogos han rastreado los orígenes de la agricultura hasta hace unos 10, 000 años, en el valle del Indo, y posiblemente como un desarrollo separado en China a lo largo del río Yangtzé.  Se sabe que primero se domesticó el cultivo y luego se inventó la ganadería extensiva.

Alrededor del año 5,500 a. C., la civilización sumeria en Medio Oriente y otras civilizaciones pre-grecorromanas comprendieron la necesidad especializar la mano de obra agrícola para que sus sociedades prosperasen. Se inventó el riego y el enfoque en la tecnología agrícola permitió el desarrollo de las primeras ciudades.

A su vez, estos impulsaron las primeras leyes escritas y llevaron al desarrollo de sociedades complejas. Desde este punto de vista, la agricultura impulsa la civilización: incluidas las prácticas religiosas, las actitudes sociales y los códigos legales.

El antiguo Egipto, del río Nilo dependía en gran medida de las estaciones y cada año, el río inundaba sus orillas y parte del campo circundante. Lo que nutría la tierra y los cultivos prosperaban en esta pequeña área en medio del desierto.

Durante siglos y siglos, una agricultura lo suficientemente eficiente como para sostener las grandes ciudades ha sido una industria necesaria.

En las áreas donde los cultivos no crecen en grandes cantidades, vemos la ingeniería agrícola a una escala sin precedentes. Se drenaron las llanuras aluviales, los bosques silvestres se convirtieron en llanuras y los pantanos se secaron para dar paso a los pastos, las áreas con baja fertilidad fueron reconvertidas o alteradas para hacer uso de ellas en todo el planeta.

Pero nada que se compare con lo que observamos a partir del Siglo XVIII, cuando se realizaron avances y cambios en la agricultura en un corto tiempo, que resultaron en incrementos masivos en el rendimiento y producción de alimentos.

Los cambios ocurridos en este siglo permitieron la revolución industrial y una concentración aún mayor del desarrollo urbano. Consecuentemente, lo que era una labor social se fue convirtiendo en una industria privada, más cultivos para menos trabajadores, mejores métodos para mantener y reemplazar los nutrientes en el suelo. Y la desigualdad entre los que tenían acceso a estos mejores métodos se fue incrementando.

Se desarrolló la agricultura intensiva y la producción mundial de cereales se cuadruplicó. Los nuevos plásticos, así como el desarrollo de fertilizantes, permitieron una vez más, rendimientos mayores. A través de este sistema, vigente desde hace casi un siglo, ha permitido un mayor acceso a los alimentos de forma mucho más barata.

Sin embargo, el medio ambiente ha pagado un precio que algunos científicos y científicas agrícolas han tratado de abordar. Por ejemplo, sabías qué el uso de fertilizantes sin control provoca agotamiento de recursos y daños al ambiente.

El desarrollo de estrategias para optimizar la sostenibilidad y el rendimiento de los cultivos es un gran reto para el futuro. Un futuro en el que se tendrá que corregir muchas de las prácticas insostenibles adoptadas en los últimos dos siglos.

Entre las estrategias que se están desarrollando, algunas integran a los hongos, quienes tienen una larga historia asistiendo a las plantas.

Junto con otros microorganismos del suelo, tienen una función indispensable en el ciclo de los nutrientes, el mantenimiento de la fertilidad, el secuestro de carbono y en la dinámica de la vegetación. Los hongos han probado ser de gran utilidad en la producción agrícola desde diferentes aspectos: la mineralización, control biológico y como biofertilizantes.

A propósito del tema, la Dra. Dora Trejo Aguilar, académica de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana, nos compartirá la charla “El maravilloso mundo de los hongos en la agricultura”. Ella nos contó que los hongos que forman asociaciones mutualistas con las plantas se llaman, hongos micorrícicos. Y que el 90% de las plantas vasculares pueden colaborar con ellos.  Lo que convierte a estos hongos, principalmente un grupo conocido como “arbusculares”, en uno de los grupos microbianos más importantes para el desarrollo sostenible de la agricultura.

¿Te gustaría saber más de los hongos arbusculares? Acompáñanos el martes 19 de octubre a las 5 de la tarde en Facebook @SabadosenlaCienciaXal o directamente en la sala virtual.

 

#InformaciónConCiencia para Oliva Noticias Multimedios

Gladis Yañez de Sábados en la Ciencia de la Universidad Veracruzana

 

 

Enlaces de pie de página