Se trata de ese sinfín de aplicaciones nativas que algunos fabricantes pre-instalan en el teléfono y que rara vez llegamos a usar, con lo que nos encontramos con que tenemos aplicaciones que no empleamos ocupando espacio que necesitamos o bien consumiendo recursos (RAM, batería, procesador) y ralentizando el sistema.

Por suerte, no hay mal que cien años dure y este pequeño problema es fácilmente solventable, aunque para ellodebemos contar con acceso root a nuestro dispositivo Android. Si queréis rootear vuestro terminal, pasaos porReady2Root y buscadlo en la lista.

AVISO: hacedlo bajo vuestra cuenta y riesgo. Desde iMasD no nos hacemos responsables de los fallos que puedan surgir en caso de que no se hayan seguido las instrucciones correctamente.

Una vez rooteado, nos descargaremos la aplicación «Removedor de aplicaciones» desde Google Play Store, la cual filtrará las aplicaciones que causan problemas o que no son necesarias en el sistema para que podamos eliminarlas sin que esto nos suponga perjuicio alguno.

Al ejecutarla, nos pedirá si queremos concederle acceso root a la aplicación, lo cual deberemos validar en la ventana emergente que nos aparecerá, ya que de no hacerlo, no podremos desinstalar las apps que no nos sirven.

Una vez hecho, ya pasamos a la lista de aplicaciones, en la cual veremos que hay avisos del tipo «Puede eliminarse«, «Debería conservarse» y «Aplicación de sistema«. Es aconsejable que os centréis sólo en el primer tipo, ya que las dos últimas pueden causar inestabilidad en el sistema operativo o, directamente, que deje de funcionar.

Para aquellos que seáis usuarios de Clean Master, también podéis desinstalar estas molestas aplicaciones, ya que con acceso root, nos permite hacerlo, aunque su filtrado de apps no es tan atinado como el de «Removedor de aplicaciones«.