Abril-Junio 2007, Nueva época Núm.102
Xalapa • Veracruz • México
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En 2008, cumple 20 años de existencia
La Ciencia y el Hombre, órgano de divulgación científica de la UV


Rafael Bullé-Goyri Minter 1

En 30 años, una de cada tres personas en el mundo habitará en asentamientos clandestinos sin servicios, a menos de que los gobiernos implementen políticas

 

Ante las incuestionables insuficiencias que la actividad científica tiene en nuestro país, la divulgación de la ciencia y la tecnología ha adquirido en los últimos años una considerable importancia al ser un medio privilegiado para impulsar el interés y la vocación entre los jóvenes por aquéllas.

Así, por iniciativa de numerosos investigadores y académicos que consideraron necesario dar a conocer los avances científicos y tecnológicos de la actualidad, de una manera amena, llana y precisa, y divulgar el pensamiento científico en beneficio de la sociedad, la Universidad Veracruzana (UV) creó en 1988 la revista La Ciencia y el Hombre, durante el rectorado de Salvador Valencia Carmona y siendo director general de Investigaciones José Velasco Toro. La pretensión fue disponer de un órgano que complementara en el campo de la ciencia lo que La Palabra y el Hombre había hecho en el terreno de las humanidades durante las tres décadas anteriores.

El primer director de la revista fue Marco Tulio Aguilera Garramuño, quien tuvo esa responsabilidad hasta 1999, y el primer número apareció en enero de 1988. Durante tres años se publicó semestralmente, pero desde 1991, cada cuatro meses. A lo largo de ese lapso, nuestra revista, un tanto a contrapelo de la intención original de ser un órgano de divulgación, dio cabida a valiosos artículos especializados, aunque muy heterogéneos, por lo que en 1999 su Comité Editorial acordó rescatar su propósito inicial y convertirla en un órgano de divulgación científica y tecnológica –como es hasta la fecha–, con lo cual logró aumentar considerablemente su aceptación entre el público lector.

Congruentemente con este propósito, en el año 2000, La Ciencia y el Hombre cambió su formato y las características editoriales por decisión del Comité Editorial, para estar en consonancia con la mayoría de las revistas de este corte; además, desde entonces, se incluyeron ilustraciones en sus 80 páginas, que enriquecieron de manera sustancial su presentación y que permiten difundir la obra plástica de los artistas de la entidad.

De igual modo, por iniciativa del propio Comité Editorial, se comenzó a trabajar en el diseño de la revista electrónica, misma que apareció a partir de 2001 en la página web de la Universidad Veracruzana. En ella se encuentran los lineamientos bajo los que se regirán los colaboradores de la revista, el catálogo de colaboradores en el anterior formato, el catálogo del nuevo y la ficha de suscripción.

Por consiguiente, actualmente se publica tanto en fascículo como en versión electrónica.

Hasta 1999 se habían publicado 33 números. A partir de entonces, coincidiendo con el nuevo formato, se modificó la nomenclatura editorial, de modo que la numeración secuencial se transformó en otra por número y volumen. Así, a cada año corresponde un volumen, conformado por tres números (enero-abril, mayo-agosto y septiembre-diciembre); de este modo, a los 33 números publicados de 1988 a 1999 en el formato anterior se han sumado 22 números más, de enero de 2000 a agosto de 2007.

Los textos que se reciben se seleccionan, revisan y corrigen en primera instancia, para verificra que cumplan con los requisitos. Hecho esto, se turnan para su diseño y formación. Ya formados y corregidos los contenidos, se envía el número a la Dirección General Editorial para el proceso administrativo de publicación y para el envío de los originales a la imprenta seleccionada. Una vez concluida la impresión, la imprenta remite los ejemplares a la misma dependencia para su distribución y venta.

El cuerpo editorial de la revista –que está considerada en Latindex, que es una base de datos iberoamericana, pese a que es una revista de divulgación y que, como tal, no puede ingresar a los índices de revistas especializadas– está conformado por un director, un secretario técnico, dos editores, un formador y un diseñador, y desde 1999 no ha tenido retrasos en su publicación, de modo que los autores encuentran en esta publicación un espacio confiable para dar a conocer su trabajo pues se publica regularmente.

Los integrantes del Comité Editorial de la revista, todos ellos distinguidos académicos en los diversos campos de la ciencia, ejercen sus funciones comprometida y responsablemente.

Hay algunos que pertenecen a él desde hace varios años, así como otros que lo son desde hace algunos meses, pues su permanencia está en función de las actividades en que se involucran o de otras responsabilidades que asumen.
Actualmente, conforman a este cuerpo colegiado los siguientes académicos, que representan diferentes campos del saber: Alma de los Ángeles Cruz Juárez, Ángel Trigos Landa, Angélica Salmerón Jiménez, Beatriz Torres Flores, Dora Trejo Aguilar, Gerónimo Reyes Hernández, Gilberto Silva López, Heriberto G. Garibay, Iñigo Verdalet Guzmán, Irma Aída Torres Fermán, José Antonio Hernanz Moral, Julio Solís Fuentes, Leticia Garibay Pardo, Lourdes Beauregard García, Manuel Martínez Morales, Mario Caba Vinagre, Mario Miguel Ojeda Islas, Ramón Zulueta Rodríguez, María del Socorro Fernández, Stefan Waliszewki Kubiak y Verónica Angélica García Vega.

Los artículos que integran La Ciencia y el Hombre son dictaminados internamente –salvo en aquellos casos en que el o los artículos enviados abunden en tecnicismos y otras cuestiones especializadas–, debido a que se trata de un órgano de divulgación y que los propios autores son los responsables de los textos. Se dispone de artículos misceláneos y de dos secciones fijas: "Distintas y distantes: mujeres en la ciencia", a cargo de la Angélica Salmerón, y "Curiosidades científicas", coordinada por Heriberto G. Contreras y Leticia Garibay Pardo. A éstas hay que sumar una entrevista que hacen a un distinguido investigador las editoras adjuntas Liliana Calatayud Duhalt y Aída Pozos Villanueva.

En la primera de dichas secciones, su autora rescata con gran conocimiento el papel, muchas veces ignorado o soslayado, que han desempeñado las mujeres en el desarrollo de la ciencia, en cuyo trayecto aparecen nombres como los de María la Hebrea, Hipatia, Oliva Sabuco o Mary Séller, entre muchas otras. Así, el recorrido histórico que Salmerón hace dota al lector de ese conocimiento y lo lleva a sopesar de una nueva manera un terreno considerado privativo de los varones. La sección de "Curiosidades científicas" aporta siempre la nota extraña o interesante sobre los entretelones de la actividad científica; así, trata del nombre de Plutón o de la edición perdida de la obra de un hombre de ciencia, del significado de los escudos de las entidades o de mil cosas más, siempre en un matiz placentero. En tanto, la entrevista, que invariablemente se puede leer en las páginas de la revista, presenta los intereses personales y profesionales de destacados científicos y académicos, así como el origen de su vocación científica, lo cual, al servir de modelo, alienta a los jóvenes lectores a emprender un camino semejante.

Pero La Ciencia y el Hombre, a lo largo de los 20 años que lleva publicándose, ha dado cuenta de la variadísima gama de actividades que implica el campo científico. Así, ha incluido en sus páginas artículos que van de la biología a la matemática, de la inteligencia artificial a la antropología, de la psicología a la física, de la etología a la nutrición.

No hay, por consiguiente, un área de la ciencia que no haya sido integrada en sus contenidos en ese ya largo itinerario. Así como se ha tratado el tema de las partículas elementales, también se ha abordado el de los murciélagos frugívoros; del mismo modo en que se ha podido leer algunos aspectos relevantes sobre el ADN, también los lectores han podido calibrar los avances de la robótica. En fin, el recuento sería demasiado extenso para ofrecerlo aquí.

La revista aspira a llegar a un número considerable de lectores muy heterogéneos (académicos, estudiantes, profesionistas y público en general), por lo que se cuida que sus contenidos sean accesibles a todos ellos. Ello ha significado para los autores un considerable reto, dado que están acostumbrados al artículo especializado dirigido a sus pares. Y es que el artículo de divulgación se basa en otros supuestos, más formativos que informativos, pues el divulgador es, ante todo, un maestro que vierte sus complejos conocimientos de un modo accesible a los lectores legos. Es esta transformación un camino que aún no acabamos de recorrer de la manera deseada, y a veces se cuelan todavía en las páginas de la revista textos de difícil, aunque no imposible, comprensión.

Gracias a la versión electrónica, los autores han podido establecer diversos contactos con muy variados lectores de otros países, quienes escriben con frecuencia para acordar o discordar con lo asentado en un artículo dado. Esta capacidad de comunicación, ya no limitada al fascículo de difícil acceso, ha llevado a La Ciencia y el Hombre a otras y muy lejanas latitudes.

Para concluir, cabe decir que esta revista se ha mantenido a lo largo de casi 20 años y que tiene una periodicidad envidiable, sobre todo ahora, cuando se cuenta con un acervo permanente de artículos que garantizan esa permanencia y periodicidad. Su presentación editorial le ha valido numerosos elogios, y puede decirse que es una publicación que agrada, sin duda, a quienes tienen acceso a ella. Aún falta mucho por hacer. Debemos crear nuevas formas de llegar a más lectores, así como los mecanismos que nos permitan cumplir los objetivos para los que fue creada esta publicación que forma una parte importante del quehacer editorial de la Universidad Veracruzana.

1 Director de La Ciencia y el Hombre.


En el año 2000, La Ciencia y el Hombre cambió su formato para estar en consonancia con la mayoría de las revistas de este corte.