Enero-Marzo 2007, Nueva época Núm.101
Xalapa • Veracruz • México
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Promueve IAP producción plástica e investigación

Gina Sotelo

Luego de un trabajo de investigación fue editado Instituto de Artes Plásticas 1977-2007. 30 años de vanguardia, un testimonio de la labor creativa realizada en el IAP

Son tangibles los frutos que, desde hace más de tres décadas, se han cosechado en el Instituto de Artes Plásticas (IAP) de la Universidad Veracruzana (UV), el cual fue fundado por el fotógrafo Carlos Jurado en la década de los años setenta, y en el que no sólo la escultura, la pintura, el grabado o la fotografía tienen lugar, sino también la teorización de la estética.

Un ejemplo de ello es la investigación que dio como resultado el catálogo Instituto de Artes Plásticas 1977-2007. 30 años de vanguardia, un compendio de imágenes y textos que dan cuenta del trabajo artístico de numerosos creadores que han pasado por este instituto y han dejado una huella visible a través de su obra. Este volumen es ya un testimonio de la labor creativa realizada en el IAP, de la experimentación en variadas técnicas y estilos, de las visiones diversas de los maestros del pincel, del cincel o de la lente, quienes a través del arte comparten su visión del mundo.

El catálogo, que fue editado por la UV, con apoyo del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), es el resultado de un arduo trabajo realizado por María Teresa González Linaje, investigadora del IAP, quien narra también el proceso de transformación de la Escuela de Pintura a Escuela de Artes Plásticas, misma que se convertiría, más tarde, en la Facultad de Artes Plásticas, de la cual deriva el IAP.
En Instituto de Artes Plásticas 1977-2007. 30 años de vanguardia –que fue presentado recientemente por Carlos Jurado; Javier Puchetta, director del IAP; Ahtziri Molina, experta en cultura, y la propia autora en la Feria del Libro del Palacio de Minería– se cataloga la obra plástica de los 21 investigadores del IAP y se presenta información que acerca al público a la razón de ser del trabajo de cada investigador a nivel de plástica y de estética.

González Linaje afirmó que uno de los objetivos de la investigación era conocer el movimiento plástico de nuestro estado: "Me interesaba descubrir, artísticamente, qué es lo que ha pasado en Veracruz en las últimas décadas; saber quiénes han sido los motores, los grandes partícipes de este camino tan largo que se lleva recorrido. Ha sido una investigación fundamental en mi desarrollo como investigadora y como persona".

Comentó que el hecho de no conocer directamente las vivencias de sus compañeros le dificultó un poco la labor de investigación, pues por esa razón las horas de trabajo y el número de entrevistas se multiplicaron; no obstante, esto de alguna manera tuvo su lado positivo: "Porque me permitió abordar la investigación desde una perspectiva muy neutra sin implicarme emocionalmente en la historia del instituto, y lo que hice fue presentarle al público mi propia experiencia".

María Teresa González Linaje es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y del IAP-UV. Su labor se centra, desde 1994, en la investigación comparativa entre la estética de la pintura de paisaje china y la occidental. Su tesis doctoral está publicada por la Universidad Complutense de Madrid con el título La pintura de paisaje: del Taoísmo chino al Romanticismo europeo. Paralelismos plásticos y estéticos.

Actualmente, imparte el seminario Estética e Interculturalidad: Oriente y Occidente, dentro de la línea en Estética, del doctorado en Filosofía de la UV. Además, está incluida como investigadora en el proyecto "Transculturalidad, mestizaje y globalización en el arte de la época contemporánea. Oriente Occidente", dirigido por Eva Fernández del Campo, de la Universidad Complutense de Madrid.

Luces de raíz negra, una investigación hecha imagen
Otro ejemplo de investigación llevada a la fotografía es la que hace Manuel González de la Parra en Luces de raíz negra, una serie de imágenes hecha libro que rinde homenaje a las mujeres y hombres de raza negra que habitan en Coyolillo, Veracruz, y en Cartagena de Indias, Colombia. Esta colección también fue presentada en una exposición realizada en el Latino Arts de Milwakee, el pasado 16 de marzo.

Con textos de Álvaro Mutis y Odile Hoffmann, Luces de raíz negra es un registro de la vida en la comunidad negra veracruzana, la cual comparte rasgos, actitudes y costumbres con los habitantes de Tumaco, Colombia.

Lejos de ser el fotógrafo que interviene en los escenarios, que manipula la escena o provoca el gesto, González de la Parra se ha convertido en un compadre, un amigo, un integrante más de la comunidad que se mezcla de manera cariñosa con los campesinos, fusión de esclavos africanos e indígenas, con los niños descalzos y las mujeres de frondosos cuerpos.

Los textos de Odile Hoffmann y Adriana Naveda pretenden aclarar algunas diferencias, sin negar el origen común de la esclavización y deportación de millones de individuos desde África, pero resaltando los procesos originales de creación cultural y social en cada país. Pero las fotos no están para demostrar una tesis. De manera mucho más sencilla, nos presentan vivencias y cotidianidades de la gente negra dispersa en América desde hace siglos. Sin más mensaje que el de la vida misma, diversa, múltiple y cambiante, las imágenes dan cuenta de la belleza, pero también de los dolores del trabajo y la pobreza.

El intercambio entre México y Colombia, a través de estas fotos, se dio gracias a la buena disposición de la Universidad Veracruzana, en México; de la Universidad del Valle (UNIVALLE), en Colombia, y del Institut de Recherche pour le Développement (IRD) de Francia. La iniciativa se inscribió en un proyecto de investigación sobre identidades, urbanización y migración de las poblaciones afrocolombianas del Pacífico suroccidental, llevado a cabo entre 1996 y 2001 por la UNIVALLE y el IRD. En las estancias en Coyolillo, en Cali y en el Pacífico participaron habitantes y compañeros de organizaciones negras, vecinos y amigos, entusiastas todos con el trabajo de Manuel González y sin quienes no se hubiera podido llevar a cabo el proyecto.
 

Egresado de la Facultad de Artes Plásticas de la UV, Manuel González estudió fotografía con los maestros Carlos Jurado, Adrián Mendieta y Nacho López. Después de su aprendizaje, viajó a Paris, Francia, para tomar el curso Cine Directo, en el Centro de Formación en Cine. Asimismo ha estudiado diferentes técnicas de fotografía con Lourdes Almeida, Julio Galindo, Oweena Fogarty, Humberto Chávez, Juan Carlos Valdés y Byron Brauchli.

La fotografía, medio de expresión y forma de conocimiento
Adrián Mendieta es otro miembro del Instituto de Artes Plásticas que indaga, investiga y busca entre la naturaleza los elementos que le permitan rendirle un homenaje a la misma –particularmente a los lugares que rodean la nebulosa Xalapa– a través de la fotografía. El ritual que sigue el fotógrafo poblano es sencillo: peregrinar siguiendo el llamado de la luz, voz que se escucha mejor con las primeras horas del alba.

"La fotografía para mí es un medio de expresión y también una forma de conocimiento. Mis intereses creativos están entre lo que contemplo y lo que imagino, entre lo que documento y la invención, y sólo quiero seguir fotografiando con los ojos bien abiertos y hablando en voz baja", explicó Mendieta, quien economiza las palabras, pues con sus imágenes lo dice todo.

Un ejemplo claro de ese discurso que se pronuncia no con palabras, sino con imágenes es el libro titulado Hojas sueltas, que recientemente fue editado por Artes de México y que nace de la conjunción de las dos grandes pasiones del artista: la fotografía y la naturaleza. En esta publicación –en la que David Martín del Campo participa con un texto– es posible observar el diálogo que un fotógrafo mantiene con la luz y la sombra. Y es que, en las faldas del Cofre de Perote, el bosque pareciera estar habitado por un mundo de claroscuros.

Hojas sueltas, presentado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y en el Centro de la Imagen de la Ciudad de México, forma parte de una colección de cinco ejemplares más: El bosque erotizado, con fotos de Alicia Ahumada y texto de Alberto Ruy Sánchez; Lugares prometidos, con imágenes de Gabriel Figueroa y texto de Alberto Ruy Sánchez; Mar Urbe, con fotografías de Jorge Lépez Vela y palabras de Oscar de la Borbolla; El ser y la nada, con imágenes de Pedro Tzontémoc y texto de David Huerta, y Cielo y tierra, con fotos de Jorge Vértiz y textos de Alberto Blanco y Elsa Cross.

Trabajador incansable, Adrián Mendieta realizó hace meses una estancia en Japón, donde, además de exponer su trabajo, impartió tres conferencias en prestigiadas universidades niponas. Fue en junio cuando compartió sus conocimientos y experiencia en la Residencia de Artistas Contemporáneos de Kanazawa con la griega Christina Dimitriadi, los japoneses Motoi Yamamoto y Takashi Ishida, y el alemán Fred Ziegler. Todo esto con motivo del Japan Fest, que por segundo año reunió a destacados creadores contemporáneos –Mendieta el único mexicano– en un sin fin de actividades culturales y artísticas.
Adrián Mendieta ha dedicado gran parte de su vida a la fotografía. Es investigador del Instituto de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana. Ha mostrado su trabajo en numerosas exposiciones individuales y colectivas realizadas en Suecia, Nicaragua, España, Estados Unidos, Japón y, por supuesto, México.