Julio-Septiembre 2006, Nueva época Núm.99 Xalapa • Veracruz • México
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La osadía es el motor de la inquietud
científica e intelectual: José Negrete


Fernanda Melchor

Doctorado Honoris Causa de la UV al pionero de la Inteligencia Artificial; la UV reafirma, de esta manera, su compromiso con la ciencia y el humanismo: Arias Lovillo
A “inducir la osadía, incitar al lactante, al párvulo, al adolescen te temprano, al estudiante universitario y al colaborador a construir y destruir, adiestrarse, percibir, razonar y abducir, con el fin de desarrollar las capacidades intelectuales de las nuevas generaciones”, exhortó José Negrete Martínez, pionero de la Inteligencia Artificial en nuestro país, durante la ceremonia en que la Universidad Veracruzana (UV) le otorgó su máxima distinción académica, el doctorado Honoris Causa.

En sesión solemne del Consejo Universitario General (CUG) de la UV, a la que asistió el gobernador del estado, Fidel Herrera Beltrán, en calidad de invitado de honor, el rector de esta casa de estudios, Raúl Arias Lovillo, destacó que la condecoración de Negrete Martínez es una muestra que reafirma el compromiso de la UV “con la labor científica y los valores del humanismo, que son los que animan y consagran el espíritu de transformación que predomina en el seno de nuestra comunidad universitaria”.

Tras recibir el grado de doctor Honoris Causa, Negrete afirmó que reforzar acciones de permanente búsqueda deja “un hábito de actitud, y la actitud es osar, atreverse a pensar”. Esto con la finalidad de despertar, en cada de una de las etapas de la vida, las capacidades intelectuales y de razonamiento que puedan servir para el desarrollo del país y el avance de las ciencias.

Tras recibir el grado de doctor Honoris Causa, José Negrete destacó la importancia de desarrollar las capacidades intelectuales y de razonamiento que puedan servir para impulsar al país y las ciencias.
En presencia de los consejeros universitarios de cada una de las facultades de la UV y de Juan Pedro Laclette, presidente de la Academia Nacional de Ciencias (ANC) y director del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, Arias Lovillo afirmó que la institución está empeñada en la consolidación de un proyecto académico que incluye la investigación, la enseñanza, la vinculación y la difusión de la cultura. “Acoger al científico José Negrete Martínez fue un acierto; el hecho de que forme parte de nuestro elenco de investigadores nos fortalece como institución de excelencia y constituye un estímulo para profesores, investigadores y estudiantes”.

Crear robots que aprendan a aprender, el sueño de la robótica
En entrevista, el galardonado informó que su línea de investigación busca comprender qué es un cerebro robot, con el objeto de construir uno físicamente. “Yo ya abandoné los robots ‘de mentiritas’, simulados por computadora, pues para mí el robot es siempre una cosa material, y cuanto menos computación le pueda yo poner adentro, mejor”.

Tras 50 años de la aparición de la Inteligencia Artificial como disciplina, José Negrete continúa trabajando en la creación de un robot que “aprenda a aprender”, con el fin de comprender la naturaleza de nuestro propio cerebro.

“Si nosotros llegamos a construir un robot que, de manera presencial, pudiera ayudar a una persona el difícil arte de ‘aprender a aprender’, estaríamos en camino de crear una nueva especie, que yo llamaría Robot sapiens”, dijo. De hecho, la aspiración de la robótica como ciencia es crear robots humanoides, no imitando la forma humana, sino su estructura cognitiva.

La creación de tal robot, señaló, no sería un intento de “humanizar” a las máquinas: “No me gusta usar la palabra ‘humanizar’, sólo en el caso de que ésta se tradujera como aquello que tiene ciertas capacidades de racionalización, que incluso los humanos no hemos alcanzado todavía, como el proceso de abducción”. Según el investigador, la abducción es el proceso de creación de un concepto que funcione como la mejor explicación de un fenómeno. “No es una actividad lógica, porque para abducir, el ser humano debe completar un vacío de información que no se posee, y en este proceso radica la percepción de las cosas”.

Explicó que, en los seres humanos, la abducción nos hace ver los objetos tal como los imaginamos, y este mismo proceso perceptivo es el que se pretende introducir al cerebro de los robots “y el que algún día haremos aquí, aunque a largo plazo, porque primero debemos hacer cosas muy elementales”, como mejorar los prototipos ya realizados.

Destacada trayectoria en las ciencias
Egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM en 1952, José Negrete Martínez llamó la atención internacional con su tesis Influencia de la Corteza Suprarrenal sobre el Sistema Exterofector, pues versaba sobre un tema cuya importancia aún no estaba establecida en aquel entonces: el papel modulador que las hormonas juegan en el funcionamiento de la sinapsis en general.

El descubrimiento del papel crucial que las hormonas desempeñan en el funcionamiento sináptico, la posibilidad de destruir selectivamente módulos del sistema nervioso central tan pequeños como las vesículas sinápticas y la autonomía que exhibían aquellos módulos de sistema nervioso creados artificialmente por las lesiones, generaron la brújula fisiológica que orientó su futuro trabajo en la construcción de cerebros robóticos.


El rector Raúl Arias Lovillo, el gobernador Fidel Herrera Beltrán y el investigador José Negrete, durante la ceremonia en que éste fue condecorado con el doctorado Honoris Causa.
Fundador del Departamento de Biofísica y Biomatemática de la UNAM, Negrete Martínez realizó una estancia en el reconocido Massachussets Institute of Techonology (MIT), donde trabajó con científicos de la talla de Warren McCulloch, Guillermina Yankelevich y Lawrence Stark, colaborando con una importante idea de la Neurocibernética: la naturaleza del cifrado de información de los trenes de pulsos nerviosos. A su regreso a México, fue miembro fundador del Laboratorio de Biocibernética del CIMASS (Centro de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas, Sistemas y Servicios). Posteriormente, realizó dos residencias, a principios de los setenta, en el Instituto Hertz de Berlín, en Alemania, y en el Instituto de Neurobiología de la Universidad de Puerto Rico.

Diseñador y director de la licenciatura, la maestría y el doctorado en Investigación Biomédica Básica de la UNAM, el investigador contribuyó a la exposición de estudiantes al ambiente científico y no escolarizante en la investigación biomédica.

Su gran experiencia en el ramo de las ciencias le valió fundar la Sociedad Mexicana de Inteligencia Artificial, donde fungió como presidente. En 1994, colaboró en la inauguración de la maestría en Inteligencia Artificial de la Universidad Veracruzana y decidió permanecer en Xalapa; no obstante, siguió al mando de la Unidad Periférica del Instituto de Investigaciones Biomédica de la UNAM. Actualmente, continúa desarrollando su particular línea de investigación “Robot cerebroides” –dedicada por completo a la definición de una teoría del cerebro–, reproduciendo algunas capacidades cognoscitivas humanas en máquinas reales.