Julio-Septiembre 2006, Nueva época Núm.99 Xalapa • Veracruz • México
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Junio Musical 2006, la fiesta cultural con dedicatoria a Brasil

Edith Escalón, Alma Espinosa, Gina Sotelo y Jorge Vázquez Pacheco

En 30 años, una de cada tres personas en el mundo habitará en asentamientos clandestinos sin servicios, a menos de que los gobiernos implementen políticas

El advenimiento de la undécima edición del Festival Internacional Junio Musical, dedicado este año a Brasil, supuso la planeación de una intensa actividad sinfónica y un amplio programa de acontecimientos paralelos, todo encabezado por el máximo organismo musical en Veracruz: la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX).

En la inauguración de este encuentro con la música, que tuvo que iniciar a finales de mayo, la OSX preparó un listado de obras procedentes de la inspiración de compositores brasileños: Obertura Fosca de Carlos Gomes, Sinfonía en sol menor de Alberto Nepomuceno, Episodio sinfónico de Francisco Braga y la suite Villa-rica de Motzart Camargo Guarnieri. Estas piezas fueron interpretadas por la orquesta bajo la batuta de un director carioca, Lanfranco Marcelletti, maestro originario de Recife, Brasil, quien tiene amplia experiencia en escenarios europeos.

Fosca de Antonio Carlos Gomes (1836-1896) se estrenó el 16 de febrero de 1873 en Milán. Se trata de una obra integrada en cuatro actos, con libreto de Antonio Ghislanzoni, basada en romance La festa della Maria de Luigi Capranica. La partitura contiene dedicatoria para su hermano José Pedro de Sant’Anna Gomes.

Considerada por Gomes como su «ópera prima», la revisó en dos ocasiones. La obertura no se aparta de las formas propias de la tradición italiana, con la exposición de temas propios del drama mismo.

Alberto Nepomuceno (1864-1920) nació en Fortaleza, Brasil. Hoy se le considera como el precursor más importante de la escuela nacionalista brasileña, y fue uno de los primeros en reconocer el gran talento del entonces joven Heitor Villa-Lobos.

Fue también un influyente pedagogo, sobre todo por su trabajo como director del Instituto Nacional de Música. Como director de orquesta fue uno de los primeros en abordar obras de la vanguardia europea y presentarlas al público brasileño.

Antonio Francisco Braga (1868-1945) fue originario de Río de Janeiro. Gracias a una beca viajó a París e ingresó al Conservatorio de Música, donde estudió Composición con Jules Massenet. En 1895, presentó en la sala D’ Harcourt un concierto con obras suyas y de otros compositores brasileños. Su estancia en Europa fue de enorme provecho. En 1896, pasó algunas semanas en Dresde y visitó el teatro de Bayreuth, atraído por el arte de Richard Wagner. De esa época datan su poema sinfónico Marabá, que Braga escuchó en concierto dirigido por Richard Strauss, y el Episodio sinfónico, inspirado en un texto del poeta Gonçalves Dias (1823-1864).

Sobre la suite Villa-rica escrita por Camargo Guarnieri (1907-1993), quien nació en Tietê, São Paulo, hay que señalar que fue música originalmente ideada para una realización cinematográfica, en 1957, en la que a través de diez pequeñas piezas el compositor nos muestra su notable vena creativa. Además, se ha dicho que el Andantino y el vals final en nada envidian los trazos propios de Shostakovich en su creación de música orquestal para consumo popular.

En la inauguración de Junio Musical, la OSX interpretó una serie de obras brasileñas bajo la dirección de Lanfranco Marcelletti, originario de Recife, Brasil.
Ney Rosauro, presente en el festival
La segunda participación de la OSX dentro del Festival Junio Musical se distinguió por la presencia de uno de los maestros contemporáneos más importantes en el ámbito de la ejecución de la marimba, Ney Rosauro. Para enmarcar la presentación de tan distinguido maestro, la Sinfónica de Xalapa presentó, bajo la dirección de Carlos Miguel Prieto, Ventanas de Silvestre Revueltas, el Segundo concierto para marimba y orquesta de Rosauro y A Floresta do Amazonas de Villa-Lobos. Los solistas fueron Rosaura en la marimba, la soprano norteamericana Jonita Lattimore y el Coro de la Universidad Veracruzana (UV) que dirige David Arontes.

Ventanas es una de las obras menos documentas de Revueltas (1899-1940). Escrita en 1931, uno de los años más fructíferos en la corta vida creativa del compositor, la pieza fue terminada un año antes que Cuauhnáhuac y Colorines, y casi al mismo tiempo que el Dúo para pato y canario. Lo mejor de su producción estaba por venir y muy pronto su arrolladora personalidad habría de cubrir un espacio importante en el panorama de la música nacionalista mexicana.

Respectos al Segundo concierto para marimba y orquesta de Ney Rosauro (1952) hay poca información. Se sabe que ésta fue la primera vez que se escuchó en Xalapa en su versión para marimba, porque ya ha sido presentado en esta ciudad en su versión para teclado, según informó el importante percusionista Jesús Reyes López, quien forma parte de la nueva escuela veracruzana de percusiones.

También se puede asegurar que las críticas en torno a esta pieza de Rosauro nos hablan de sus habilidades como compositor y como ejecutante, lo cual explica el porqué de la celebridad internacional de sus obras.

A Floresta do Amazonas (La selva del Amazonas) es la última gran obra de Heitor Villa-Lobos (1887-1959) y fue inspirada en la novela Green mansions, del escritor argentino William Henry Hudson. El impulso inicial para crear esta pieza procedió de un encargo para escribir la música de la realización cinematográfica producida en Hollywood, en 1958. Seguramente, Villa-Lobos leyó o conocía la obra de Hudson, porque los analistas aseguran que existe una mejor conexión de la música con las imágenes del libro que con las secuencias fílmicas. Todavía el compositor brasileño se dio tiempo para emplear parte del material de su Floresta do Amazonas en cuatro canciones escritas también el último año de su vida. Cada una de las partes de esta obra está ligada a las demás y todas se relacionan con el ámbito salvaje propio de la gigantesca selva del Brasil.

La segunda participación de la OSX dentro del festival se distinguió por la presencia de Ney Rosauro.
Gutiérrez Heras, Camargo Guarnieri y Villa-Lobos
En su tercera participación, la OSX presentó la Fantasía concertante para violonchelo y orquesta de Joaquín Gutiérrez Heras, Chôro para violonchelo de Motzart Camargo Guarnieri, así como Bachiana brasileira número 2 y Chôro número 10 de Heitor Villa-Lobos. Los solistas fueron Carlos Prieto al violonchelo y, de nueva cuenta, el Coro de la UV.

La Fantasía concertante del mexicano Joaquín Gutiérrez Heras (1927) es resultado de un encargo procedente del violonchelista Carlos Prieto. El compositor supuso que este compromiso quedaría bien resuelto no con un concierto con movimientos independientes, sino con una obra compacta, de un solo fragmento, aunque con varias secciones claramente definidas y los correspondientes cambios de tempo.

Así, en 2005, entregó la partitura, que fue estrenada por el mismo Prieto en un concierto de la Sinfónica de Huntsville y la dirección de su hijo Carlos Miguel.

Después de ello, la obra ha sido interpretada por el violonchelista mexicano en Guadalajara, Morelia y Monterrey. Ésta fue su primera audición en Xalapa.

El Chôro para violonchelo y orquesta de Camargo Guarnieri surgió en 1961, producto de una encomienda del célebre chelista brasileño Aldo Parisot, quien radicaba en los Estados Unidos. Por aquella época, el compositor se dejaba embargar por un espíritu fuertemente nacionalista, lo cual le hizo redactar apenas un año antes, en 1960, su famosa Carta aberta aos críticos e músicos do Brasil, a través de la cual lanzaba un llamado a los artistas cariocas para defender la producción nacional de los embates técnicos y estilísticos extranjeros. Una vez que Parisot tuvo la partitura, sugirió algunas modificaciones que permitiesen librar de mejor forma los pasajes comprometedores y varios fragmentos de gran dificultad.

Esto no agradó al compositor y terminó por interrumpir la correspondencia con Parisot y dar otro derrotero al estreno de su obra. De esta áspera relación artística, debemos reconocer, surgió una de las obras más importantes de la música brasileña para el instrumento.
La formidable inventiva de Villa-Lobos le permitió generar grupos de obras muy variadas.

Un ejemplo de ello son las Bachianas brasileiras, conjunto de nueve piezas que presentan grandes diferencias entre sí, tanto en instrumentación como en estructura, y que fueron escritas entre 1930 y 1945. El título indica que se trata de una serie cuyos motivos parten del estilo contrapuntístico del maestro alemán Johann Sebastian Bach, a quien Villa-Lobos admiraba sin reservas y al que consideraba un inagotable venero inspirador. La instrumentación en las Bachianas es muy heterogénea y va desde el concepto camerístico –como la 1, la 5 o la 6– hasta la orquesta, que es el caso de la número 2. Esta obra contiene un fragmento final que ha cobrado enorme popularidad en las salas de concierto como pieza independiente: la evocadora y bella tocata O trenzinho do caipira (El trencito del campesino). Este pasaje es la ejemplificación del singular estilo del compositor en el manejo del colorido orquestal, presente en muchas de sus partituras, y en el que se evidencia la fuerte influencia de la música popular de su país.

La cantante brasileña Gal Costa también estuvo presente en el encuentro organizado por la Dirección de Difusión Cultural de la UV.


Por lo que respecta a Chôros número 10 del mismo autor, cabe decir que es parte de una serie de 14 piezas inscritas en un género de su propia invención que llamó Chôros. Esta palabra significa literalmente “llanto” y se aplica también a un conjunto instrumental popular, así como a la música tocada por ese conjunto. Los Chôros de Villa-Lobos varían mucho: el primero es para guitarra sola; el último, para coro, banda y orquesta sinfónica. El número 10, subtitulado Rasga o coraçáo (Rasga el corazón), fue estrenado en 1926 en Río de Janeiro, y más tarde fue presentado en París como un ballet llamado Jurupary. Según el autor, esta pieza expresa la reacción del hombre civilizado ante la naturaleza en estado salvaje. El texto en portugués y en una lengua indígena de Brasil es un poema de Catullo Cearense. La obra se divide en dos secciones: la primera es puramente orquestal, con una textura mayormente colorística y muchos solos de los instrumentos de viento; la segunda es esencialmente rítmica con una parte coral que está elaborada con base en la repetición hipnótica de una figura de cuatro notas descendentes.

La ópera El guaraní
Uno de los eventos más importantes de Junio Musical 2006 fue, sin duda, la primera representación en México de la ópera Il Guarany de Antonio Carlos Gomes. Al ser estreno en México no existía producción alguna, de modo que fue tarea de la Universidad Veracruzana la realización escénica y la conformación del elenco, que estuvo integrado por varios cantantes formados en la Facultad de Música de la UV. La dirección escénica así como el rol protagónico fue del tenor y barítono Armando Mora, mientras que la dirección musical fue responsabilidad de Antonio Tornero al frente de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz. Los resultados fueron del todo satisfactorios, avalados por la presencia de aficionados que arribaron desde distintas latitudes, atraídos por un estreno nacional de significativa trascendencia.

Il Guarany fue la cuarta ópera en el catálogo de Gomes y se estrenó en 1870 en Milán. El idioma del libreto es el italiano, aunque muy pronto se tradujo al portugués. La historia es bastante convencional, aunque desarrollada en un ámbito que resultaba fascinante para los europeos del siglo XIX, la selva amazónica. A grandes rasgos, la obra da cuenta de una lucha entre colonizadores portugueses y la tribu de los aimorés, batalla que se desarrolla en 1560, aproximadamente, en algún lugar de la Amazonia, y que culmina con la explosión y destrucción del castillo del viejo hidalgo portugués Don Antonio de Mariz.

Fusión de música y danza
Junio Musical 2006 fue un formidable escaparate que nos permitió conocer mucho del gigante sudamericano: Brasil, país al que la Universidad Veracruzana, a través de la Dirección de Difusión Cultural, le dedicó la undécima edición de este festival. De esta manera, los habitantes de Xalapa y sus visitantes tuvieron la oportunidad de presenciar diversas actividades representativas de esa “mítica tierra sin fronteras”.

Artistas como Ney Rosauro, Gal Costa, Mart’nália, Tadeu Coelho, Tonana, Mónica Freire y Denisse de Kalafe presentaron su arte sonoro en las diversos foros habilitados para albergarles, como las salas grande y chica del Teatro del Estado, el auditorio de la Facultad de Música, el auditorio del Jardín Botánico del Instituto de Ecología, el Ágora de la Ciudad, el Café Teatro Tierra Luna, el Casino Xalapeño, el Centro Recreativo Xalapeño, el auditorio de la Galería de Arte Contemporáneo, el auditorio del Instituto Superior de Música, el Jardín de las Esculturas, el auditorio del Museo de Antropología, la Plaza Quinto Centenario y la iglesia de San José, entre otros.

Desde luego, también participaron músicos locales, varios de ellos pertenecientes a la larga lista de artistas y grupos de la UV, quienes se sumaron a las actividades y al homenaje que esta institución hizo al país Sudamericano a través de la música.

Entre ellos es necesario destacar las actuaciones de la Orquesta Universitaria de Música Popular, el Ensamble de Percusiones Xoc, la Orquesta de Cámara de Xalapa, Orbis Tertius, Jazz entre Tres, Tlen Huicani, el Ballet Folklórico de la UV, la Camerata Coral de la Facultad de Música, la Compañía Titular de Teatro de la UV y los grupos del Tablado, Polonia, Renacimiento, Siquisirí, Son Luna, así como la Banda Sinfónica del Gobierno del Estado, el Ensamble Clásico de Guitarras, el Ensamble de Percusiones de la SEC, la Orquesta Sinfónica Juvenil, la Pequeña Cantoría, el Trío Clásico y el Trío Xallitic.

La ciencia en Junio Musical
La ciencia también estuvo presente en el festival Junio Musical, gracias al apoyo del Área Biológico-Agropecuaria de la UV y de otras dependencias universitarias, las cuales organizaron conferencias y mesas redondas en las que se discutió en torno a diferentes temas. En estas actividades participaron especialistas como Ernesto Rodríguez Luna, director del Área Biológico Agropecuaria; Claudia Leonor López Garcés, del Museu Paraense Emilio Goeldi, quien presentó la conferencia «Reinventando el trópico»; Wilson Lopes, de la Comissao Ejecutiva do Plano de Lavoura Cacaueira, el cual analizó, junto con Nisao Ogata, del Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) de la UV, la historia y desarrollo del uso y cultivo del cacao tanto en Brasil como en México; José Aguinaldo de Lima, del Conselho das Associações dos Cafeicultores do Cerrado, y Mario Fernández Sánchez, del CITRO.

A ellos hay que sumar a José Pablo Estupiello, presidente de la Sociedad de Técnicos Azucareros de Brasil, quien presentó la ponencia “Caña de azúcar en Brasil”; a Milton Thiago de Mello, del Instituto Milton Thiago de Mello, Brasil, el cual ofreció la conferencia “Salud humana y animal: prevención de enfermedades emergentes y reemergentes, con vacunas y otros métodos”, así como a Aguinaldo José de Lima, director del Centro de Inteligencia del Café en Brasil, y a Mario Fernández Sánchez, del CITRO, quienes hablaron sobre el café de México y de Brasil.


Una de las actividades más destacables fue la conferencia de la escritora Nélida Piñon, quien durante su participación estuvo acompañada por el narrador Sergio Pitol.
 

A través de la plástica y del cine recuerdan a Brasil
No sólo la samba y la capoeira se pudieron disfrutar en el evento organizado por la Dirección de Difusión Cultural, sino también las artes plásticas. Y es que varias galerías de Xalapa albergaron diferentes exposiciones como Ejercicios del alma para emprender el vuelo, obra gráfica de Celso Arrieta; Brasil en cartel, colectiva del archivo de la Bienal Internacional del Cartel en México (ambas se exhibieron en el Museo de Antropología); Manglar de Sontecomapan, colección de Manuel González que fue presentada en la Galería de Arte Contemporáneo; Viaje pintoresco e histórico de Brasil, una serie de reeimpresiones de placas originales de J.B Debret, la cual se inauguró en el Jardín de las Esculturas, y Ritmos de la artista rumano-brasileña Myra Landau, exhibida en la Galería Fernando Vilchis del Instituto de Artes Plásticas de la UV.

Durante Junio Musical también se presentó, en la Galería del Jardín Botánico, Ingenios azucareros, muestra de carteles que coordinó Eugenia Olguín; en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de Xalapa, Uso y cultivo del cacao, obra gráfica; en el Centro Recreativo Xalapeño, la exposición Disfraces de carnaval y trajes regionales del estado de Veracruz, colección de la Escuela de Samba de Mangueira Brasil y colección particular del maestro Miguel Vélez Arceo, y en la Galería del Jardín Botánico, Artesanías de Bambú, coordinada por Teresa Mejía Saúles.

A la par de las más de 150 actividades artísticas, culturales y académicas que conformaron el programa del festival de la música, se proyectaron dos ciclos de cine que fueron coordinados por el Departamento de Cinematografía de la UV y presentados en el Ágora de la Ciudad. El primero estuvo integrado por una serie de películas clásicas, entre ellas Aguanta malandro de Hugo Carvana (1977), La gran ausencia de Merco Altberg (1986), Leila Diniz de Luiz Carlos Lacerda (1987), Arma de doble filo de Murilo Salles (1989) y Estelita de Miguel Faria Jr. (1990). En el segundo ciclo se presentaron los filmes contemporáneos: O outro lado da rua de Marcos Bernstein (2004), Jogo subterraneo con Daniela Escobar y Felipe Camargo (2005), A ostra e o vento de Walter Lima Jr. (2002), Bicho de sete cabezas de Lais Bodanzky (2000); Bufo & Spallanzani de Flavio Tambellini (2000), 2 filhos de Francisco de Breno Silveira (2005), O homem que compiava de Jorge Frutado (2003) y Contra todos de Roberto Moreira (2005).

Nélida Piñón, intelectual y camaleónica
Muchas fueron las actividades importantes de Junio Musical, pero, sin duda, una de las más destacables fue la conferencia de la escritora brasileña Nélida Piñon, ganadora del premio Príncipe de Asturias 2005, quien durante su participación estuvo acompañada por el Premio Cervantes 2005, Sergio Pitol,
Ante estudiosos e investigadores de la literatura hispanoamericana, Nélida dijo que los narradores necesitaron apropiarse de la preciosa materia guardada en el corazón femenino, “un corazón que es cómplice de todas las alegrías universales, dolores, emociones y cuanto integra la galería de sentimientos humanos. Ellos sabían que las huellas de la vida, sin las cuales no se escribe una obra de arte, con certeza se hallaban alojadas en la mujer”.

La primera mujer en dirigir la Academia Brasileña de las Letras no dudó en asegurar que la memoria femenina ayudó, sin duda, a escribir a Homero, Dante, Shakespeare y Cervantes, lo que autoriza a la mujer a reclamar ante la comunidad la coautoría de sus obras: “A proclamar, en nombre del legado que dio a la humanidad, que ella es la otra cara de los autores”.

No obstante, la memoria contemporánea rehabilita a la mujer, la obliga a conjurar el silencio de la fatalidad histórica y, frente al texto, ella se apoya en la propia psique engendrada por su trayectoria particular. Se obliga a armonizar su biografía con la geografía de su cuerpo, explicó la escritora Nélida Piñón se proclama hija del lenguaje. Ella habla, piensa, escribe, calla y describe. Comentó que “a lo largo de los años me enfrenté al desafío siempre renovado de crear un lenguaje autónomo esencial que debía brotar de mi visión ficcional. Me vi obligada a ajustarme a otro lenguaje común a todos, rescatado del universo masculino para así conferirle, tras un silencio milenario, una versión armónica con la intimidad de mi corazón y de mi pensamiento múltiple de mujer. Un lenguaje al que debía agregar una semántica privada y mi propia representación teatral sin dispensar, por ello, la arqueología de la memoria”.

Para finalizar, la escritora brasileña, quien para escribir adopta todas las formas posibles como camaleón, así se trate de una piedra o de un animal, recordó que constantemente tuvo la conciencia de haber heredado los trazos de aquellas civilizaciones distantes que aspira a entender. Ella es dueña de un cuerpo y de una memoria, siempre entrelazados.