Julio-Septiembre 2006, Nueva época Núm.99 Xalapa • Veracruz • México
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La Facultad de Teatro:
30 años de permanencia y transformación


Domingo Adame 1

En 30 años, una de cada tres personas en el mundo habitará en asentamientos clandestinos sin servicios, a menos de que los gobiernos implementen políticas

Los orígenes Cuando en 1973 Roberto Bravo Garzón asumió la Rectoría de la Universidad Veracruzana, tuvo la intención de hacer de las artes un medio para la transformación de la sociedad veracruzana. En el llamado “Magno proyecto”, se consideraron las siguientes acciones: revivir las tradiciones, ofrecer productos de arte en todo el estado, trascender en los ámbitos nacional e internacional generando productos de indiscutible valor y asegurar la educación artística formal y no formal.2 Y en el marco de esta última acción se inscribe el proyecto que cumple 30 años este 2006: la Facultad de Teatro.

Pero ¿qué significa en el contexto social la existencia de una Facultad de Teatro? Para muchos, en ese entonces –y aun hoy día–, se trata de un lujo innecesario en un país como el nuestro con necesidad de profesionistas en áreas básicas como las de la salud o las técnicas. Sin embargo, en primer lugar, habría que señalar que no hay sociedad humana que pueda entenderse sin la existencia del teatro en alguna de sus formas, pues a través de su representación el ser humano adquiere identidad. Podría decirse, sin temor a exagerar, que el teatro es a la sociedad lo que el agua es al individuo. Ambos son vitales, por lo tanto, imprescindibles, aunque el teatro es un recurso cultural renovable y el agua, un recurso natural no renovable. Los dos han estado siempre a disposición del ser humano, pero sólo tomamos verdadera conciencia de su existencia cuando encarecen, cuando –como en los tiempos que corren– se convierten en productos suntuarios o, bien, cuando amenazan con extinguirse por el uso irracional que de ellos hacemos. Ambos necesitan, en suma, de un gran cuidado, y el mejor lugar donde se puede proteger al teatro de las amenazas de su peor enemigo, la explotación mercantil, es el espacio educativo.

El cerco de Numancia ha sido una de las numerosas obras producidas por la Facultad de Teatro.
Una Facultad de Teatro es, pues, donde el teatro se preserva y se transforma, es el sitio donde una sociedad mantiene viva la esperanza del auténtico cambio, el que nos hacer ser mejores personas. Esto es posible debido a la permanente confrontación que el estudiante de Teatro tiene con diversas maneras de pensar, de sentir y de actuar. La suya, por lo tanto, llega a ser la de quien reconoce todas las posibilidades de vivir lo humano y de expresarlo crítica y sensiblemente.

La Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana (UV) ha estado, desde su fundación, consciente de su importante misión. No surgió como una academia para adiestrar a los bufones que el poder necesita para entretener al pueblo, sino como un laboratorio creativo y de reflexión donde se experimenta para alcanzar la plena dimensión humana. Su relevancia es mayor cuando, al revisar la historia, aparece como la primera licenciatura en Actuación de Iberoamérica.

La Facultad ha transitado en estos 30 años por muy diversas etapas: las de esplendor y reconocimiento, así como las de crisis y debilitamiento.

En todas, sin embargo, mantuvo los principios éticos universitarios y de la disciplina, por lo que ha subsistido con dignidad y ha sido capaz de transformarse acorde a las circunstancias del mundo contemporáneo. Esto último se manifestó plenamente en el momento en que la propia casa de estudios transitaba hacia su autonomía y hacia un nuevo modelo educativo basado en el aprendizaje y no en la enseñanza.

El Plan de Estudios 2000
El Plan de Estudios 2000 que en la actualidad ofrece la Facultad es, sin duda, una valiosa aportación de la Universidad Veracruzana a la formación teatral. Elka Fediuk, actriz, directora, pedagoga, investigadora teatral y maestra de la Facultad desde su fundación hasta la fecha, fue la responsable de la investigación que sirvió de fundamento a dicho plan y, como directora de la misma (2000-2005), la encargada de su instrumentación.

El programa de estudios vigente ya no tiene el objetivo de formar actores al servicio del director escénico, propone, en cambio, la preparación de un teatrista integral, por lo que el estudiante es considerado un sujeto complejo que tiene interés de aprehender el saber teatral para ponerlo al servicio de la sociedad. Se reconoce de antemano la complejidad social que rechaza la uniformidad y hace de la diferencia el principio rector que orienta el proyecto académico de la Facultad.

Los saberes teatrales son múltiples y tienen gran variedad de aplicaciones.

En la Facultad de Teatro, el conocimiento teatral está organizado por competencias, de este modo el estudiante, además de construir su propia base general de conocimiento, elige un ámbito donde considera que puede desarrollarse mejor: Actuación, Creación escénica (dirección, dramaturgia, diseño escénico), Gestión y producción, Pedagogía y Teatrología.

Esto hace que el Plan de Estudios satisfaga las expectativas de los jóvenes del nuevo siglo, quienes, además de entrar casi inmediatamente en contacto con actividades profesionalizantes, tienen la oportunidad de trazar su propia ruta de aprendizaje. Además, se fomenta el libre ejercicio individual y un compromiso genuino con su comunidad.

Estado actual de la Facultad
El Plan de Estudios 2000 es una guía sujeta a las modificaciones que su propia aplicación va indicando. No podría ser de otra manera, dado que se trata de un instrumento basado en la flexibilidad. Para esto es importante el constante trabajo colegiado, y ésta es otra de las ventajas del Plan: su capacidad de motivar a los académicos para no caer en la inmovilidad y el conformismo, sino por el contrario, invitarlos a actualizarse permanentemente y a buscar el diálogo entre pares para crecer al ritmo de las transformaciones sociales, artísticas y académicas.


Los maestros que actualmente constituyen la planta docente de la Facultad son profesionistas que han destacado en sus respectivos ámbitos de conocimiento y de creación en las artes escénicas.

Bajo la dirección de Fernando Yralda, fue presentada la puesta en escena El burgués gentil hombre.
Además, nuestra dependencia universitaria tiene el único programa educativo del Área de Artes que cuenta con dos miembros del Sistema Nacional de Investigadores y con dos del Sistema Nacional de Creadores.

En sus 29 años de existencia, han dejado su impronta formativa creadores como Raúl Zermeño, Dagoberto Guillaumín, Abraham Oceransky y Luis de Tavira, todos ellos ex directores de la Facultad, así como actores, escenógrafos, dramaturgos y directores de escena como Fernando Torre-Lapham, Manuel Montoro, Guillermo Barclay, Angelina Peláez, Elka Fediuk, Martha Verduzco, Francisco Beverido, Carlos Converso, Ana Luisa González, Pedro Miguel Velásquez, Lilia del Carmen Palacios, Fernando Payán, Eduardo Mier, Joel Pérez Arciniega, Jesús Ruiz Cruz, Daniel Acevedo, Alejandro Sánchez, Paloma Ávalos, Sabino Cruz, María Antonieta Pellicer, Luis Casasco y María de los Ángeles Díaz. A ellos hay que sumar a Ángel Luján, Alejandro Schwartz, Ivonne Ramos, Manuel Lobato, Mercedes de la Cruz, Felipe Galván, Laura Moss, Martín Zapata, Ramiro Sotelo, Alejandro Morán, Damián Alcázar, Gema Muñoz, Roberto Benítez, Fernando Yralda, Nerio González, Alicia Pacheco, Claudia Gidi, Adriana Duch y Gabriela Núñez, los ocho últimos egresados de la institución.

Entre los logros más significativos del Plan 2000 está el número de titulados, pues la experiencia recepcional forma parte del currículo; se elevó notablemente el índice de retención, rendimiento académico y eficiencia terminal de los alumnos. Por si fuera poco, el cuerpo académico Teatro –que edita la revista Investigación Teatral, así como las series Creación y Cuerpo Académico– es el único del Área de Artes que tiene el nivel de cuerpo académico en consolidación, tiene registradas dos líneas de investigación y organizó dos encuentros internacionales de la Asociación Mexicana de Investigación Teatral en 2002 y 2005.

Las actividades académicas se han visto enriquecidas con la realización de encuentros, coloquios, seminarios, talleres, cursos y conferencias, en los que han participado destacados teóricos, investigadores y creadores de México y Latinoamérica como los maestros Emilio Carballido; Manuel Montoso; Guillermo Barclay; Rodolfo Valencia; Jorge Dubatti, de la Universidad de Buenos Aires; María Tahis Lima Santos, de la Universidad de Sao Paulo; Raúl Domingo Motta, director de la Cátedra itinerante de la UNESCO Edgar Morin; Lucina Jiménez, ex directora general del Centro Nacional de las Artes, y Rodolfo Obregón, director del Centro Nacional de Investigación Teatral Rodolfo Usigli, entre otros.

A iniciativa de los estudiantes, se celebró el Día Mundial del Teatro en 2004 y 2005 con espectáculos, conferencias y talleres. Asimismo, en el marco de los festejos que la comunidad teatral del país realizó durante 2005 para conmemorar el centenario del natalicio de Rodolfo Usigli, la Facultad organizó el homenaje Usigli: teatro contra la simulación”. Fueron dos meses de intensas y variadas actividades, con el propósito de reconocer el valor creativo y social de tan notable creador, considerado, con justa razón, uno de los fundadores del teatro moderno en México.

Y es que, como institución formadora de teatristas, creemos que es un deber la difusión y el análisis de su pensamiento y obra, no sólo entre los estudiantes y la comunidad teatral, sino entre la población en general, pues el proyecto de Usigli estuvo dirigido a toda la sociedad para lograr que, a través del teatro, en México imperara la verdad en su sentido ético más profundo.

En el aspecto artístico es importante mencionar que en los últimos tiempos se han producido en la Facultad cinco obras anuales, entre las cuales están: El Insólito Caso del Sr. Morton dirigida por Martín Zapata; Hamlet, De como el Sr.Mokinpot se pudo librar de sus padecimientos y Atracciones S. A. bajo la dirección de Carlos Converso; Las tremendas Aventuras de la Capitana Gazpacho, Suerte Ilegal e Intimidad a cargo de Roberto Benítez; El cerco de Numancia, Truffaldino, El Asesinato de Desdémona y El burgués Gentilhombre con la dirección de Fernando Yralda, así como Lágrimas crueles, obra dirigida por Brian Richmond y el primer producto artístico que resulta del convenio entre la Universidad de Victoria, Canadá, y la UV.

También la Facultad ha participado en el Festival Internacional de Teatro del Siglo de Oro de El Paso, Texas; en el Aula Iberoamericana de Teatro de la AIEST; en la Muestra Nacional de Teatro y en el Festival Mundial de Escuelas de Teatro de la UNESCO-Chair en Tampico, Tamaulipas, y en Manila, Filipinas, respectivamente. A ello hay que sumar una producción de carácter profesional: Final de Partida de Samuel Beckett, dirigida por Manuel Montoro.

El primer resultado del convenio entre la UV y la Universidad de Victoria, Canadá, fue Lágrimas crueles.

La Facultad de Teatro vinculada con el mundo
La Facultad ha realizado intercambios con la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA y con la Escuela de Arte Dramático de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. También ha establecido sólidas relaciones en el ámbito internacional con las universidades de Victoria, Canadá; de Buenos Aires; de Lille, Francia, y de Sao Paulo, Brasil; así como con la Asociación Iberoamericana de Escuelas Superiores de Teatro, la Cátedra UNESCO “Teatro para la civilización y las culturas”, y la Asociación Internacional de Teatro Universitario AITU-IATU también de la UNESCO.

Pero, sin lugar a dudas, la mayor proyección de nuestra entidad universitaria en el ámbito mundial se dio recientemente en el Festival Mundial de Escuelas de Teatro y en la Conferencia Mundial de Directores de Escuelas de Teatro, ambas celebradas del 16 al 28 de mayo del presente año en Manila, Filipinas, en el marco del XXXI Congreso Mundial del Instituto Internacional del Teatro.

Al clausurar la Fiesta Mundial del Teatro, el presidente del Instituto Internacional del Teatro, el alemán Manfred Beilharz, señaló que las escuelas superiores de Teatro representan lo mejor del teatro del mundo. Tal afirmación fue hecha luego de concluir la presentación de El encuentro, espectáculo multicultural dirigido por Yuri Kordonskiy, director ruso que integró creativamente el trabajo de las escuelas provenientes de Irán, Ucrania, India, Burkina Fasso, Perú, Shangai, Singapur, Sudáfrica, Rumania, Filipinas, así como de México, cuya representación estuvo a cargo de la Facultad de Teatro de la UV, la cual recibió comentarios favorables por parte de los directores, maestros y asistentes a la Conferencia Mundial, entre ellos Maria Horne de Estados Unidos, Jerzy Sthur de Polonia, Yu Weijie de Singapur, Aleš Valiè de Slovenia, Yuriy Vysotskyy de Ucrania, y el director de la UNESCO-Chair, el rumano Cornelius Dumitriu.

Los desafíos
A 30 años de la fundación de la Facultad de Teatro es impostergable hacer una evaluación de su contribución social. Por ello, empiezo recordando la palabras del ex rector Roberto Bravo Garzón, quien comentó, al iniciar los festejos del 30 Aniversario, que si el arte escénico no tenía en el estado un fuerte arraigo ni una abundante y significativa producción, era porque no se le había ofrecido a la gente las herramientas para su práctica, y que lo que hacía falta era “ponerle la pelota” a las personas y dejarlas disfrutar el juego.

Considero que tiene mucha razón. No se puede pensar que sólo con ofrecer muy buenos espectáculos para públicos selectos se justifica un proyecto teatral. En estos tiempos, la Facultad y la Universidad pueden hacer que esta carencia se satisfaga: la primera, continuando con la apertura a distintas formas de teatralidad y fortaleciendo sus competencias, especialmente las de gestión y pedagogía, de manera que sus egresados se distribuyan por los diferentes puntos del estado y del país; la segunda, estableciendo programas de carácter curricular y extracurricular que garanticen un acercamiento de la población con la creación artística.

En este sentido, vale decir que el acceso al disfrute y a la práctica del teatro como una experiencia de conocimiento y desarrollo humano es algo que tiene que atenderse. A pesar de esta importancia, la presencia del teatro y de las otras artes en las regiones de la Universidad es prácticamente nula, pero es necesario considerar que, en la perspectiva de la “formación para la vida”, el teatro puede jugar un papel fundamental en la formación de los ciudadanos.

Por otra parte, la relación entre la formación y la producción artística profesional no ha estado del todo articulada en la Universidad, y esto no quiere decir que los egresados de las licenciaturas se tengan que incorporar a los grupos artísticos existentes, lo cual en cierta medida ha ocurrido. Se trata más bien de contar con una política integral de docencia, investigación y difusión que abarque a las facultades y a las compañías profesionales. El Modelo Integral y Flexible no sólo debe funcionar en el ámbito de la docencia, sino en todas las actividades de la Universidad. Es necesario, en suma, plantear nuevas formas de organización y de producción para hacer que las artes cumplan con la misión de “generar conocimiento para su distribución social”.


Una de las escenas de la obra Atracciones S.A., dirigida por Carlos Converso.
 

Comentario final
Si el teatro del siglo XXI se orienta, por un lado, hacia la ruptura de las fronteras entre las artes de la representación y, por otro, hacia la espectacularidad tecno-cibernética, a las escuelas de Teatro y, en particular, a la Facultad les toca jugar un papel transformador con respecto a la manera de comprender y representar a la persona, a la sociedad y al mundo.

El teatro no tiene el camino fácil en una época en la que una parte del mundo se entretiene frente a los aparatos electrónicos, otra busca desesperadamente cómo sobrevivir y otra más –la más pequeña– se sigue hinchando los bolsillos de dinero, al tiempo que contempla plácidamente el espectáculo de la destrucción planetaria.

En la medida que los problemas de la humanidad se tornan más complejos, el teatro necesariamente se hace más complejo; en la medida que la humanidad va aniquilando las fronteras geográficas que la han mantenido sujeta a condiciones políticas y económicas ya insostenibles, el teatro se ve obligado a trascender sus propios límites; en la medida que el conocimiento se presenta como un horizonte de posibilidades y no como datos y fórmulas para almacenar y repetir hasta el cansancio, el teatro tiene que replantear sus estrategias para convertirse en un espacio participativo de construcción/comprensión de múltiples realidades; en la medida que los individuos nos damos cuenta de que vivimos “a la intemperie”, el teatro necesita volver a ser el templo que alguna vez fue, sólo que ahora sin templo, es decir, sin la edificación material que permitía sentirse resguardado, pero sí con la estructura de manos entrelazadas de hombres y mujeres que comparten su aliento y su energía con un solo propósito: subsistir dignamente como humanidad.

Por todo lo anterior es importante que exista una Facultad de Teatro como la que la Universidad Veracruzana fundó en 1976, y por eso también el propósito que la anima en esta nueva etapa es crear comunidad, primero en el interior de nuestro espacio educativo y luego con otras comunidades en México y en el mundo, para mantener intercambios y hacer cada vez más amplia la red de formación teatral hasta alcanzar dimensión planetaria. Pero estamos conscientes que esto último sólo se logrará si tenemos fuertes vínculos con el ámbito más cercano, el local. Por ello, nuestro trabajo se centra, ante todo, en nuestra comunidad universitaria y en la población del estado y del país, pues por lo menos una tercera parte de la matrícula está integrada por estudiantes de diversos estados de la República.
A 30 años de su fundación, la Facultad está en condiciones de refrendar su compromiso con la sociedad para la transformación de la vida, haciendo que la unidad y el diálogo, sumados a la absoluta disponibilidad y disciplina en el trabajo, sean sus prácticas cotidianas.

Por todo ello, directivos, maestros, estudiantes y trabajadores de esta dependencia universitaria nos hemos propuesto hacer de este 2006 un año de conmemoración y reflexión sobre nuestro compromiso con la sociedad. De hecho, desde el 23 de febrero, estamos realizando diversas actividades que culminarán el 9 de diciembre y con las cuales se pretende analizar el camino recorrido e identificar los logros obtenidos.

Los significativos avances de la Facultad en los últimos años y la disposición que maestros y estudiantes han manifestado para seguir avanzando nos sitúan ante la gran oportunidad de hacer de la Facultad de Teatro el espacio donde la razón, el compromiso, la tolerancia, la voluntad y el trabajo creativo convivan en una celebración permanente de fraternidad y conocimiento.


NOTAS

1. Director de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana.
2 Elka Fediuk, “Desarrollo académico de la Facultad de Teatro”, en Memoria de la Facultad de Teatro 1976-2001, Universidad Veracruzana, Xalapa, 2001.