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Investigaciones
de la UV lo confirman
Olfato de primates, más sensible que
el de perros
Edith
Escalón |
En
las últimas cuatro décadas, se había hablado
de baja sensibilidad olfativa de los primates |
El
olfato de los monos les ayuda a localizar comida para sobrevivir,
percibir la cercanía de depredadores o percatarse de la presencia
de otros miembros de su especie. |
Contrario
a lo que se pensó en las últimas cuatro décadas,
el olfato de los primates no sólo es mucho más sensible
de lo que se creía, sino que es aún mayor que el de
perros, ratas y otros mamíferos, como demostraron investigaciones
realizadas por un equipo de primatólogos de la Universidad
Veracruzana (UV) con monos araña de la selva de Los Tuxtlas.
Su olfato les ayuda a localizar comida para sobrevivir, percibir la
cercanía de depredadores de los que deben protegerse o percatarse
de la presencia de otros miembros de su especie, lo cual está
directamente relacionado con su supervivencia en los peligrosos ecosistemas
selváticos. |
Laura Teresa Hernández Salazar, investigadora del Instituto
de Neuroetología de la UV y coordinadora de la investigación,
explicó que estos descubrimientos derrumban la teoría
que, en las últimas cuatro décadas, sostuvo la baja
sensibilidad olfativa de los primates. "Los planteamientos
anteriores decían que la sensibilidad del olfato dependía
de las medidas de ciertas estructuras anatómicas y clasificaba
a los animales como macrosmáticos (de alta sensibilidad)
y microsmáticos (de baja sensibilidad); sin embargo, nuestros
descubrimientos demuestran que esta correlación es incorrecta".
Dijo que las conclusiones de esta serie de experimentos conductuales
realizados con monos, ratas y otros mamíferos –que
están por publicarse en una revista científica de
carácter internacional– ponen en perspectiva esas teorías,
al tiempo que dan nuevos indicios para analizar las características
de los monos araña (Ateles geofrogii).
Experimentos
de conducta
Informó que para comprobar la sensibilidad olfativa de
esta especie, el equipo de investigación realizó
en Los Tuxtlas modelos de discriminación por olfación,
es decir, una serie de experimentos de conducta en la que los
animales, guiados por su olfato, debían elegir entre dos
opciones una recompensa.
Para ello, utilizaron sustancias que son típicas de olores
de frutales (como los ésteres alifáticos) o de olores
característicos del sudor de éstas y otras especies
(como los ácidos carboxílicos), mismos que los monos
reconocieron mucho más fácilmente que los otros
animales. "Esto nos indica que los monos tienen alta sensibilidad
a olores que les resultan importantes; discriminan, por decirlo
así, entre los olores que les importan y los que no",
aseguró la investigadora, especialista en química
biológica, recién aceptada en el Sistema Nacional
de Investigadores (SNI).
Para lograr claridad en el experimento, dijo, requirieron hacer
con los monos y los otros animales una serie de entrenamientos,
como los que se realizan con los perros que entrenan para reconocer
drogas y otras sustancias.
Por último, comentó que éste y otros descubrimientos
han sido posibles gracias a la colaboración científica
de especialistas de la UV con Mathías Laska, miembro de
la Escuela de Medicina de la Universidad de Munich, Alemania,
con quien han publicado en los últimos tres años
6 artículos en revistas indexadas como Chemical Senses,
Physiology and Behavior y Animal Behavior.
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