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No
produce plomo ni azufre
Crean en la UV combustible ecológico
con aceite comestible reciclado
Edith
Escalón |
Al
reciclar estos residuos se evita la contaminación que produce
el arrojarlos al drenaje: Augusto Hernández |
Con
aceite comestible reciclado, llevando a cabo una transesterificación
mediante el uso de otros compuestos químicos, universitarios
del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) de la Universidad
Veracruzana (UV) crearon un combustible para automotores que no produce
plomo, hollín ni azufre y, por lo tanto, no contamina el medio
ambiente ni provoca daños a la salud en la misma magnitud que
los contaminantes derivados de hidrocarburos.
Se trata de un producto derivado de la combinación de grasas
usadas –ya sean vegetales o animales– con hidróxidos
y alcohol, elementos que mezclados a determinada velocidad y a cierta
temperatura producen un compuesto que funciona para la combustión
y genera energía.
Con este reciclaje se evitan tres problemas principales: los daños
al ambiente que se producen cuando los aceites usados se arrojan al
drenaje e intoxican agua subterránea o superficial; la emisión
de gases contaminantes a la atmósfera, como sucede con los
derivados del petróleo, y los problemas respiratorios que genera
la exposición humana a esos compuestos.
Augusto Hernández Rivera, investigador del IIB, quien es responsable
y asesora en este proyecto de investigación a Laura Escamirosa
Gutiérrez, egresada de la Facultad de Ingeniería Ambiental
de la UV, explicó que el biocombustible, como le han denominado,
no sólo funciona en laboratorio, sino que además ya
fue probado con éxito en el automotor de un tractor, gracias
al apoyo de los técnicos en biodiesel José Luis Cabrera
García y Abel Rivera.
En el laboratorio de Microbiología del IIB, donde se llevaron
a cabo numerosos experimentos hasta lograr el resultado final, ambos
investigadores informaron que con cada litro de aceite se generan,
aproximadamente, 900 mililitros de biocombustible, en un proceso de
destilado que lleva de 30 a 40 minutos y que se completa con filtraciones
periódicas que aceleran la obtención del producto final
en una semana.
Asimismo, comentaron que para hacer esta serie de experimentos recolectaron
aceite comestible de desecho de restaurantes, fondas y puestos de
antojitos e, incluso, de una cadena de hamburguesas, la cual donó
para la investigación un galón de grasa de soya con
la que han trabajado en las últimas semanas.
Puesto que se trata de un producto altamente prometedor, que podría
ser una alternativa oficial para el desecho de grasas comestibles,
los universitarios aseguraron que la investigación continuará
en el IIB, donde realizarán verificaciones químicas
y analizarán el rendimiento en tiempo y kilometraje que tiene
el biocombustible.
Según las primeras pruebas de efectividad que los universitarios
realizaron con un tractor, la combustión de este producto no
arroja prácticamente partículas contaminantes a la atmósfera:
"Cuando ya estuvo en marcha, el motor del tractor que usó
el biocombustible no produjo ninguna emisión. Aunque tenemos
que hacer más pruebas, el resultado es alentador", aseguró
el investigador.
Una de las propuestas que a largo plazo podrían implementarse
y que han considerado como parte del proyecto es una campaña
para capturar las grasas de desecho en la UV, para empezar, y hacer
lo mismo en dependencias de gobierno para fomentar poco a poco la
cultura del reciclaje de contaminantes. |
El
responsable del proyecto comprobó que el biocombustible no
sólo funciona en laboratorio, sino que además ya fue
probado con éxito en el automotor de un tractor. |
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