Julio-Septiembre 2006, Nueva época Núm.99 Xalapa • Veracruz • México
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No produce plomo ni azufre
Crean en la UV combustible ecológico con aceite comestible reciclado


Edith Escalón

Al reciclar estos residuos se evita la contaminación que produce el arrojarlos al drenaje: Augusto Hernández
Con aceite comestible reciclado, llevando a cabo una transesterificación mediante el uso de otros compuestos químicos, universitarios del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) de la Universidad Veracruzana (UV) crearon un combustible para automotores que no produce plomo, hollín ni azufre y, por lo tanto, no contamina el medio ambiente ni provoca daños a la salud en la misma magnitud que los contaminantes derivados de hidrocarburos.

Se trata de un producto derivado de la combinación de grasas usadas –ya sean vegetales o animales– con hidróxidos y alcohol, elementos que mezclados a determinada velocidad y a cierta temperatura producen un compuesto que funciona para la combustión y genera energía.

Con este reciclaje se evitan tres problemas principales: los daños al ambiente que se producen cuando los aceites usados se arrojan al drenaje e intoxican agua subterránea o superficial; la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, como sucede con los derivados del petróleo, y los problemas respiratorios que genera la exposición humana a esos compuestos.

Augusto Hernández Rivera, investigador del IIB, quien es responsable y asesora en este proyecto de investigación a Laura Escamirosa Gutiérrez, egresada de la Facultad de Ingeniería Ambiental de la UV, explicó que el biocombustible, como le han denominado, no sólo funciona en laboratorio, sino que además ya fue probado con éxito en el automotor de un tractor, gracias al apoyo de los técnicos en biodiesel José Luis Cabrera García y Abel Rivera.

En el laboratorio de Microbiología del IIB, donde se llevaron a cabo numerosos experimentos hasta lograr el resultado final, ambos investigadores informaron que con cada litro de aceite se generan, aproximadamente, 900 mililitros de biocombustible, en un proceso de destilado que lleva de 30 a 40 minutos y que se completa con filtraciones periódicas que aceleran la obtención del producto final en una semana.

Asimismo, comentaron que para hacer esta serie de experimentos recolectaron aceite comestible de desecho de restaurantes, fondas y puestos de antojitos e, incluso, de una cadena de hamburguesas, la cual donó para la investigación un galón de grasa de soya con la que han trabajado en las últimas semanas.
Puesto que se trata de un producto altamente prometedor, que podría ser una alternativa oficial para el desecho de grasas comestibles, los universitarios aseguraron que la investigación continuará en el IIB, donde realizarán verificaciones químicas y analizarán el rendimiento en tiempo y kilometraje que tiene el biocombustible.

Según las primeras pruebas de efectividad que los universitarios realizaron con un tractor, la combustión de este producto no arroja prácticamente partículas contaminantes a la atmósfera: "Cuando ya estuvo en marcha, el motor del tractor que usó el biocombustible no produjo ninguna emisión. Aunque tenemos que hacer más pruebas, el resultado es alentador", aseguró el investigador.

Una de las propuestas que a largo plazo podrían implementarse y que han considerado como parte del proyecto es una campaña para capturar las grasas de desecho en la UV, para empezar, y hacer lo mismo en dependencias de gobierno para fomentar poco a poco la cultura del reciclaje de contaminantes.

El responsable del proyecto comprobó que el biocombustible no sólo funciona en laboratorio, sino que además ya fue probado con éxito en el automotor de un tractor.