Julio-Septiembre 2005, Nueva época No. 91-93 Xalapa • Veracruz • México
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En el Laboratorio de Alta Tecnología de Orizaba
Desarrollan investigación aplicada para mejorar productividad en el campo veracruzano

Juan Carlos Plata

Orizaba, Ver.- La Universidad Veracruzana está multiplicando sus esfuerzos para apuntalar el desarrollo del campo veracruzano, a través del Laboratorio de Alta Tecnología de Orizaba (LATO), que desarrolla investigación aplicada enfocada al desarrollo y la competitividad en el agro.
En este centro se busca mejorar la productividad y calidad de los cultivos de la región centro del estado, por lo que algunos de sus investigadores han emprendido estudios que permitan aprovechar tecnologías limpias para elevar la calidad de los suelos. Ejemplo de ello son los trabajos realizados por los investigadores Mariela Deiyta Sánchez, enfocado a la conservación de suelos y mejoramiento de cultivos mediante la utilización de biofertilizantes, y Humberto Barney Guillermo, quien trabaja en el mejoramiento integral de la producción de chayote y papa.

Los biofertilizantes elaborados en el LATO representan una opción ecológicamente sustentable y de bajo costo, para enriquecer suelos debilitados y contaminados por una larga tradición de aplicación de abonos químicos que degradan y erosionan las tierras de cultivo, con el agregado de que contribuyen a la producción de vegetales y frutos de mejor calidad y de alta competitividad en los mercados internacionales.
Humberto Barney Guillermo trabaja en el mejoramiento integral de la producción de chayote y papa.
 

Por su parte, los estudios biotecnológicos del chayote y la papa ofrecen alternativas de uso y mejora para optimizar la producción y mejorar los ingresos de los agricultores, históricamente el sector más golpeado por la fluctuación de los precios en el mercado.

La biofertilización, barata y limpia
Una alternativa para detener el desgaste de las tierras de cultivo y, con ello, mejorar la calidad y cantidad de la producción agropecuaria es la utilización de biofertilizantes producidos a base de microorganismos (bacterias) propios de la tierra, reproducidos in vitro. Estos biofertilizantes ofrecen la ventaja de ser más baratos que los fertilizantes químicos que, a la larga, deterioran los suelos.

Mariela Deyta Sánchez comentó que “se habla mucho de la fertilización orgánica, del consumo de productos inocuos y de la conservación del medio ambiente; por ello es importante no usar tantos fertilizantes químicos que van desgastando el suelo, lo erosionan y después de algún tiempo afectan los cultivos, porque conforme van pasando los años se va diluyendo el rendimiento del suelo”.

Todos los cultivos requieren de tres elementos principales: nitrógeno, potasio y fósforo, que siempre se encuentran ligados a otros elementos, regularmente el aluminio, el fierro o el calcio. Por ello, en el área de Microbiología del LATO trabajan en la biofertilización mixta, con la producción de fertilizantes naturales fijadores de nitrógeno y solubilizadores de fósforo, para que la planta pueda tener, con mucha más velocidad y eficiencia, los elementos necesarios para su desarrollo.

“Hemos trabajado en cultivos de papa, piña, caña y café, además de algunas hortalizas como lechuga y rábano; recolectamos muestras de suelo y aislamos sus elementos; sembramos en medios específicos y vemos qué microorganismos nos sirven, los ponemos en medios que tienen los nutrientes y condiciones que necesitan; cuando los microorganismos se han desarrollado, los separamos para purificarlos; después de este proceso, los podemos reproducir”.

Explicó que se utilizan dos medios de reproducción de microorganismos: líquido y sólido. En el líquido, la fuente de energía puede ser algo rica en carbohidratos o azúcares, regularmente se utiliza melaza, aprovechando los residuos de los ingenios azucareros de la región, pero también se usa el chayote que no se comercializa por estar golpeado o manchado. El chayote en esas condiciones se utiliza como extracto, pues sus propiedades ayudan al crecimiento de los microorganismos.

“Buscamos las mejores condiciones para la reproducción de los microorganismos, como temperatura adecuada y medición de oxigenación. El crecimiento de nuestros productos lo valoramos a través de un equipo de rayos ultravioleta para ver su fase estacionaria de crecimiento, y ahí es donde los tomamos en cuenta para trabajar, porque cuando empieza la fase decreciente, empiezan a disminuir los microorganismos, y nuestro producto, al aplicarlo en el campo, tendría un resultado menor al esperado”.

Para la reproducción en el medio sólido se usa como soporte hojarasca del campo o composta, y se cuida que el tamaño de la partícula sea el adecuado (porque también se aplica por aspersión, se disuelve en una agua y se aplica con bomba), y una vez que se incorporan los microorganismos es importante verificar la humedad para que puedan sobrevivir.

Los microorganismos que se reproducen, dijo, se aplican al suelo y se fijan alrededor de las raíces de las plantas; después comienzan a biodegradar todo lo que se encuentra a su alrededor, lo que aumenta los nutrientes del suelo que alimentarán las plantas. Por eso, cuando se dice que los suelos son pobres, es porque tienen muy pocos microorganismos y no hay descomposición de la materia orgánica.

El chayote, subutilizado
Ante problemas como alta fluctuación de precios, variabilidad en el producto y plagas que enfrentan los productores de chayote y papa de la zona centro de Veracruz, en el LATO se realizan estudios sobre estos vegetales para optimizar su rendimiento y diversificar sus usos, y así generar mayores ingresos para los agricultores y mejorar sus condiciones de vida.

Después de casi cinco años de estudios, los investigadores han descubierto que el chayote contiene una alta cantidad de almidones, lo que hace posible su uso como espesante en la industria de los cosméticos, concretamente en la elaboración de talcos y maquillajes.

Además, para contrarrestar los efectos de la fluctuación de precios, han desarrollado un puré en conserva que permitirá abastecer al mercado en las épocas de alta producción y precios muy bajos, y contar con reservas para las épocas en que el producto escasea y los costos son mejores, aseguró Humberto Barney Guillermo, encargado del proyecto.

Por otra parte, los investigadores del Laboratorio elaboran un proyecto para introducir el uso de bambú como poste para sostener las plantas de los sembradíos, que actualmente es uno de los principales conflictos que enfrentan los agricultores y está ocasionando problemas de deforestación en la zona. “Los problemas fundamentales de los agricultores son progresivos; para poder resolver el grado de nutrición de las plantas y mejorar la calidad de los productos, es necesario que la plantación esté bien establecida y para eso es necesario tener los postes que los productores requieren”, dijo Barney Guillermo.

Consideró de vital importancia para la investigación biotecnológica enfocada a la agricultura, tener una constante comunicación con los productores, ya que primero hay que solucionar los problemas fundamentales para poder pensar en la transferencia tecnológica, que también es necesaria. Por el momento, es difícil transferir nuevas tecnologías a la producción de chayote.

La papa que se produce está enferma
El caso de la papa es diferente, pues existen cientos de variedades reconocidas y catalogadas, por lo que el trabajo debe enfocarse a la propagación masiva de siembra de una variedad sana y con mayor proyección comercial.

Uno de los graves conflictos que enfrentan los productores se refiere a la comercialización de su producción. En la región, la compañía Sabritas cuenta con una planta de procesamiento, sin embargo, pese a que la empresa firmó un convenio con el Gobierno de Veracruz, en que se compromete a adquirir toda la producción de papa de la entidad, no lo hace porque tiene argumentos legales válidos: la papa que se produce en el estado es de baja calidad y no es de la variedad que ellos necesitan.

Por si esto fuera poco, buena parte de la papa que se cultiva en la entidad está enferma, tiene hongos, y cuando se fríe una papa que tiene este problema se pone negra, ya que los almidones que se convirtieron en azúcares se oxidan con el calor y adquieren esa tonalidad, lo que la hace prácticamente inservible para la principal industria consumidora de estos vegetales.

“La estrategia que se tiene que llevar a cabo es usar la biotecnología para hacer labores de saneamiento, lo cual es bastante fácil hoy en día. La biotecnología permite de una papa enferma cultivar una completamente sana, lo único que hay que hacer es extraer de las plantas los meristemos (tejido embrionario de la planta que no es hoja ni raíz ni tallo, sino una masa celular que no tiene forma ni canales de fluido de agua, por lo que no puede ser invadida por hongos o bacterias que utilizan estos conductos para transportarse dentro de la planta) y después sembrarlos, y así se puede obtener cultivos totalmente sanos”, afirmó Barney Guillermo.