En Danza, buscan vincular la creación con la investigación
Edgar Onofre Fernández

Por esto, los cuerpos académicos de la facultad “están intentando que la UV y programas federales como Promep reconozcan eso. Éste será el primer intento para hacer de la creación escénica proyectos de investigación reconocidos por los ámbitos institucionales”.

De esta manera, la Facultad de Danza de la UV se ha dado a la tarea, desde marzo pasado, de realizar el primer intento de América Latina –y quizá del ámbito inter-nacional, de acuerdo con la experiencia profesional tanto de Barrientos, otrora bailarina del Ballet Nacional de México, como de la coreógrafa costarricense Verónica Monestel– por hacer de la creación coreográfica un proceso de investigación riguroso y concienzudo.

Musas de Guerra
En marzo pasado, una de las jóvenes coreógrafas de Costa Rica montó en la Facultad de Danza Musas de Guerra, una coreografía que desarrolla el tema de la fuerza femenina, según definió su autora, Verónica Monestel.

El proceso de esta obra está siendo desarrollado bajo cánones característicos de la investigación. De acuerdo con Barrientos y Monestel, los pasos del proceso para montar y presentar esta pieza serán documentados de manera que el producto final, un documento por escrito, muestre “cómo queda plasmada y cualquiera pueda saber cómo trabajamos. Queremos que exista una referencia escrita del proceso desglosado de la coreografía, desde cero hasta que se presenta ante el público, que permita un análisis más profundo”.

Según Monestel, esta labor de documentación permitiría registrar con minuciosidad “el trabajo realizado con profesores de taller escénico, el sistema de trabajo que utilizamos, la manera en que se intercambia la información, el traslado de los movimientos, la forma en que los bailarines reaccionan conmigo.

”Un espectáculo de danza se ve muy bien, pero el análisis del trabajo queda en manos de los críticos, quienes normalmente se refieren al discurso de la obra y no a la manera en como se desarrolla un proceso de creación coreográfica. Buscamos, entonces, un análisis profundo en la dinámica que vivimos, el entrenamiento específico, las motivaciones, las reacciones de los estudiantes a determinados mo-vimientos, la aportación de los alumnos, es decir, analizar el proceso y dejarlo plasmado en un documento”.

Barrientos explicó que la investigación y la creación “son dos ámbitos que en México están divorciados; ni los investigadores conocen nuestra realidad ni nosotros sabemos lo que están haciendo sino hasta que vemos un libro publicado”; de ahí la necesidad de intentar “vincular áreas fundamentales para nosotros, una facultad que forma profesionales de la danza”.

El público es quien debe disfrutar estética y sensorialmente, “pero nosotros como universitarios somos más que intérpretes, con un apartado psicomotor muy diestro, por ello debemos incentivar a los alumnos a la reflexión del hecho escénico, y hacerlo durante el proceso (de montar una obra) representa una buena estrategia”.

Tanto Verónica Monestel como Barrientos coincidieron en que no hay antecedentes de un ejercicio como el que proponen. “Me da la impresión de que en México no existen precedentes de una tarea como ésta. Y es que tras la obra se analizan sus temas, sus variaciones a través del tiempo, sus planteamientos en lenguaje corporal, pero siempre después del hecho escénico, y la mayoría de las veces quien analiza es un crítico. Nosotros creemos, en cambio, que el mismo creador puede reflexionar sobre su obra, aunque resulte difícil; se debe intentar en un ámbito académico, directamente durante el proceso de creación y de montaje, y tomarlo como la sustancia que vamos a analizar. Ahí estamos uniendo realmente la creación con la investigación”.

Lazos de colaboración
Frente a las políticas educativas federales que exigen a las universi-dades que sean sus cuerpos académicos los que orienten la vida de cada facultad, la comunidad de Danza de la Universidad Veracruzana concursó por una beca del Programa de Mejoramiento del Profesorado (Promep) para establecer un intercambio con las dos instituciones de Costa Rica y con el Cenart, ya mencionados.

A través de esta colaboración busca no sólo la movilidad de sus académicos y estudiantes, sino también el intercambio de experiencias que permitan una mejor orientación para el nuevo plan de estudios que esta facultad desarrolla.

En noviembre, Promep destinó 260 000 pesos que han permitido la visita del coreógrafo Rogelio López, director de la Compañía de Danza de la UCR, quien trabajó por 15 días dando clases a maestros y estudiantes y ofreciendo charlas sobre la investigación en la danza, la formación de bailarines en el mundo actual, la disciplina y la ética.

Luego, la profesora local Ángeles Anaya partió a Costa Rica para dar clases, realizar entrevistas con bailarines y maestros para analizar la formación de los profesionales de la danza y tener referencias para orientar la licenciatura.
Actualmente, Verónica Monestel se ha incorporado a Danza UV para realizar tanto la investigación descrita líneas arriba como para montar con el grupo Prácticas Escénicas la obra Musas de Guerra, cuyo elenco ya ha sido seleccionado y se man-tiene trabajando técnicas de danza contemporánea.