Abril-Junio 2005, Nueva época No. 88-90 Xalapa • Veracruz • México
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La lluvia está “migrando” a Puebla
Podría ser 2005 el año
más seco para Veracruz por la deforestación
Edith Escalón

En esta temporada de estiaje se espera en Veracruz menos lluvia que nunca, pues su humedad está “migrando” hacia Puebla y otras zonas altas, debido a la deforestación y al reemplazo de bosques y selvas por pastizales y cultivos que generan cada vez más calor en la atmósfera, demuestran estudios bioclimáticos realizados por investigadores de la UV y la Universidad Nacional Autónoma de México.

Luis Barradas, especialista en bioclimatología vegetal de la UNAM, explicó que a diferencia de las zonas de pinos, abetos o bosque mesófilo de montaña –que absorben la energía solar y la transforman–, los pastizales y áreas agrícolas, al no tener tanta capacidad de captar la radiación y trasformarla, sólo calientan la capa inferior de la atmósfera y empujan las nubes –que implican humedad– cada vez más lejos de la superficie.

Al elevarse las nubes se incrementa también la posibilidad de que “migren” incluso más allá de las montañas, llevadas por ciertos fenómenos meteorológicos: “No sólo es posible, esto ya está sucediendo, pues la humedad que antes teníamos está disminuyendo y se está presentando ahora en otras zonas; quizá esto sea un ejemplo claro del cambio climático”.

Tan sólo en Xalapa han dejado de llover, desde 1923, más de 12 000 litros por hectárea cada año, lo que significa que hoy llueve casi un millón de litros menos que hace 80 años, cuando se empezaron a llevar registros pluviales, según el análisis de tendencias de precipitación que realizó Barradas junto con Juan Cervantes, investigador del Centro de Ciencias de la Tierra de la Universidad Veracruzana.

Lo mismo sucede en Las Vigas o El Coyol donde se presenta también un decremento importante de lluvia, a diferencia de zonas como Ciudad Cerdán, en el estado de Puebla, donde la humedad va en aumento: “Sin duda esta variación está conectada al cambio del uso de suelo, a la deforestación, al reemplazo de bosques por pastizales y a la sustitución de árboles por áreas de cultivo”. Esta variación sólo ha sido evidente en temporada de estío: “En época de lluvias, las variaciones no son determinantes, pero en época de sequías, las pocas lluvias que se presenten serán cada vez más escasas, es un hecho científico”.

Barradas informó que uno de los puntos centrales de la investigación que realizan conjuntamente UV-UNAM radica en determinar científicamente qué porcentaje del cambio climático se deriva de acciones regionales (como la deforestación) o de acciones globales (como la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera). “Si podemos determinar sus orígenes, tenemos la posibilidad de elegir mejores estrategias para revertirlo o cuando menos frenar su progresión”.

Para el investigador de la UNAM, la reforestación es una de las estrategias más completas para lograrlo, pues los árboles al captar y trasformar la energía solar revierten el efecto regional de calentamiento del aire y atraen la humedad, además son captadores naturales de carbono, ya que absorben un gas contaminante (dióxido de carbono) y lo fijan en su organismo, transformándolo en materia. Todo este proceso es una estrategia muy completa, reiteró Barradas.