El equipo científico –conformado
por investigadores, académicos y estudiantes de ambas instituciones–
supone que el estrés que sufre esta especie por la constante
reducción de su hábitat y la disminución
de sus recursos, ha provocado esas muertes indirectamente, comparando
los índices de mortalidad de los monos veracruzanos con
los que sufrieron poblaciones similares en Panamá, cuando
hubo en aquel país una epidemia de fiebre amarilla.
El estrés, que Joaquím Vea i Baró, primatólogo
de la Universidad de Barcelona, definió como “una
respuesta natural ante fenómenos peligrosos o sorprendentes”,
se presenta comúnmente en los animales, igual que sucede
en los seres humanos; sin embargo, cuando el estrés es
crónico la respuesta ante los fenómenos ya no resulta
efectiva.
Cuando hay estrés, el organismo suspende cualquier otro
tipo de funciones para movilizar todos sus recursos hacia una
actividad determinada, suspende las funciones relacionadas con
la reproducción o con la alimentación (la digestión
por ejemplo), pero sobre todo provoca que el sistema inmunológico
se debilite, que no actúe para defender al organismo ante
una eventual enfermedad.
Son estos cambios, que se reflejan en los niveles hormonales de
los monos, los que pueden estar mermando las defensas de los más
pequeños, de acuerdo con la hipótesis de los universitarios.
Para comprobarla, los científicos analizarán los
metabolitos de estas hormonas a partir de análisis bioquímicos
en las excretas de los primates, esto con el apoyo del Instituto
Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán”.
Vea i Baró, coordinador del proyecto por el lado español,
explicó que las poblaciones de mono araña siempre
disminuyen, pero con tasas de renovación equilibradas y
a una velocidad más lenta, lo que no sucede en el Volcán
de San Martín, donde a pesar de que nacen crías
constantemente parece que éstas no logran sobrevivir en
sus primeros años: “En cualquier población
hay individuos viejos y una base de población juvenil,
pero aquí es al revés, por eso queremos analizar
qué está pasando”.
Ernesto Rodríguez Luna, uno de los precursores de la primatología
en México, dijo que aunque hay estudios previos que apuntan
a buscar en el estrés una posible causa de la disminución
de poblaciones de primates, la propuesta UV-Barcelona es singular,
pues se realizará en un área natural protegida severamente
fragmentada, en donde se man-tienen poblaciones aisladas en relictos
de selva.
El actual director del área Biológico Agropecuaria
de la UV comentó también que la visión conservacionista
del proyecto fue fundamental para obtener dicho donativo: “Nuestro
trabajo implica analizar sistemáticamente diversos factores
de amenaza que están afectando a esas poblaciones de monos
para tener una visión integral”.
Conjuntar expertos de varias instituciones y especialidades para
los estudios con poblaciones de primates –biólogos,
antropólogos, médicos veterinarios, psicólogos,
etólogos y otros–, proporciona en conjunto una visión
holística que permite tomar decisiones conservacionistas
más efectivas que las que se pueden tomar con una visión
parcial. Recordó, entonces, cómo a lo largo de seis
años, con apoyos externos bajo competencia, ambas universidades
han logrado contribuciones novedosas para enfrentar problemas
que tienen que ver con la desaparición del hábitat
de especies amenazadas, conectando explicaciones en distintos
niveles para tener conocimientos más certeros.
El financiamiento de la Fundación BBVA es además
un reconocimiento a la trayectoria que ambas instituciones tienen
en cuanto a conservación de la biodiversidad, formación
de recursos humanos y generación de conocimiento cien-tífico,
y un ejemplo que demuestra el éxito de los convenios de
colaboración cuando el trabajo es verdaderamente colegiado,
comentó Rodríguez Luna, quien coordina el proyecto
por el lado mexicano.
Nuevos
primatólogos
Otra de las fortalezas de la colaboración UV-UB es la creación
de oportunidades para la formación de cuadros profesionales,
que han empezado a hacer contribuciones a la biología de
la conservación. Entre ellos se cuenta medio centenar de
estudiantes españoles, mexicanos y por-tugueses, además
de los brasileños, que año con año toman
cursos prácticos en medio de la selva veracruzana.
Debido a ello, la Estación Biológica de Los Tuxtlas
se ha convertido en un laboratorio, donde distintos grados de
fragmentación –desde monos que viven en dos hectáreas
hasta los que habitan en 200, y los niveles intermedios–
permiten estudiar cómo el hecho de vivir en un tramo pequeño
o más grande modifica tanto la forma de vida como la capacidad
de supervivencia de los grupos de primates.
Fundación
BBVA
La Fundación BBVA pertenece a un grupo financiero de corte
internacional decidido a apoyar económicamente iniciativas
sociales. En particular, la Fundación está especializada
en la promoción de la investigación científica
en áreas de las ciencias sociales, la biomedicina y el
medio ambiente, con un énfasis en los grandes desafíos
y las oportunidades del cambio de siglo.
Es importante destacar que este año, como parte de su programa
de Ayudas a la Investigación en Biología de la Conservación,
otorgaron 12 financiamientos diferentes a proyectos de investigación,
ocho de ellos a instituciones españolas, y el resto, a
diver-sos programas en América Latina.