Enero-Marzo 2005, Nueva época No. 85-87 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Trimestral


 

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Los disfraces del Diablo, reinterpretación del Mal en Mesoamérica
El libro Los disfraces del Diablo. Ensayo sobre la reinterpre-tación de la noción cristiana del Mal en Mesoamérica, de Félix Báez-Jorge, publicado por la editorial de la UV, es un texto en que el autor nos conduce por los laberintos infinitos del Mal y sus diversas personificaciones. Con rigor y erudición nos acerca al Demonio de los escritos bíblicos, rastreando su origen en el pensamiento dualista oriental; posteriormente, sigue la evolución de la imagen de Satán y su incorporación a la religión cristiana, así como sus contactos con otras tradiciones, ahora occidentales, como la grecorromana. Todo ello sin olvidar que el Diablo, más que un concepto, es un símbolo, una imagen y, así, un elemento del área de la estética; por eso, la escultura, la pintura y la literatura son campos que el autor recorre en su travesía tras los diferentes disfraces demoníacos. Al fin, todo esto es punto de referencia para analizar la manera en que estas concepciones se incorporaron sincréticamente en la América conquistada, donde la imagen del Diablo, aunque impuesta, se transforma y adquiere diversas manifestaciones: se asimila, por un lado, a divinidades mesoa-mericanas como el creador Tez-catlipoca, la limpiadora del mundo Tlazoltéotl y, en su análisis a detalle, al Hombre-Búho, Tlaca-tecolotl; pero, por otro, a los conquistadores blancos y sus ayudantes esclavos negros. No pudiendo ser el Mal absoluto, en los carnavales y ritos indígenas, termina siendo un pobre diablo.

Sobre el ring de la Arena Xalapa, La doble vida del señor Díaz
Para graduarse de la Facultad de Teatro, Mercedes Huerta montó la obra La doble vida del señor Díaz. Para ello, eligió un escenario poco convencional, la Arena Xalapa, cuyas gradas, cuerdas y ring le van como anillo al dedo a la puesta en escena. En una “voltereta” del destino, el personaje principal decide, tras hallar en su armario una maleta con una máscara, capa y botas plateadas de luchador, desarrollar una personalidad más arriesgada, sin miedo, retadora, que dista mucho de su modesta naturaleza. El hombre fino y de buenas costumbres, sin afán de ser un héroe ni campeón, se transforma frente al público en un enmascarado que, al más puro estilo del “Santo”, enfrenta desafiante al no menos temerario Zamuray –luchador invitado–, y ambos se enfrascan en una lucha encarnizada. La doble vida… se estrenó en el Festival de Teatro de la Alacena, donde destacó como una de las mejores propuestas y donde José de Jesús Benítez obtuvo una mención honorífica por los recursos histriónicos utilizados tanto en esta obra como en la lectura dramatizada No oyes ladrar los perros de Juan Rulfo. La idea original de la puesta en escena es de Alicia González, y en el montaje participaron José de Jesús Benítez, Fernando Flurens, el luchador profesional Zamuray y el niño Jonathan Alfonso Ávila Grajeda. Colaboraron también Jonathan Alfredo Barraeles León, Rosalía Carrillo, Vicky Olvera Hernández y Mariana Carvajal, todos bajo la dirección de Mercedes Huerta.

Presentaron Final de Partida, de Samuel Beckett
Bajo la dirección de Manuel Montoro, fue presentada la obra teatral Final de partida, de Samuel Beckett, en el foro Torre Lapham de la Facultad de Teatro. La trama se desarrolla en un cuarto despoblado –una especie de mundo vacío–, en el que un cuarteto de seres mutilados representa una comedia en la que flota siempre la ilusión del rescate, evanescente idea que parece no materializarse, sino perderse para siempre. Beckett creó, en este clásico de humor negro, personajes profundos, humanos, desgarrados, enigmáticos, sinceros, que empujan a quien los vea a cuestionarse seriamente sobre la condición humana y sobre los grandes temas que se han planteado no sólo los grandes filósofos sino también el hombre común. Francisco Beverido destacó por su papel de Hamm, Alejandro Ricaño representó muy dignamente a Clov y Lorenzo Portillo interpretó a Nagg; también participó Patricia Dorantes. Además de la acertada dirección, sobresalió la escenografía, el vestuario y la iluminación de Guillermo Barcklay, y como asistentes trabajaron Bryant Caballero y Raúl Barrientos.

Exhiben Autorretratos, de Moisés Franco
Con una veintena de autorretratos “no evidentes”, realizados al carbón, la exposición Autorretratos, de Moisés Franco, cubrió durante enero las paredes de la Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa. Sobre la obra que, mediante esgrafiado, superposición, manchas y borrones resultan una atractiva configuración “cuidadosamente descuidada”, el propio autor comenta: “Yo quería hacer autorretratos muy concretos pero que no fueran obvios. Agregué texturas, figuras y formas que no tienen relación con los rostros pero que completan la imagen”. La exposición le mereció la beca de Creadores con trayectoria del Ivec. Nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en 1965, antes de ingresar a la UV realizó estudios en la Escuela de Artes Plásticas en Chiapas. Su obra ha sido expuesta individualmente en Chiapas y Veracruz y de manera colectiva en México, Guatemala, Argentina y Estados Unidos. Entre los premios que ha obtenido destacan: mención honorífica en el III Salón Anual de la Miniestampa y premios de adquisición en las primeras bienales de Estampa del Sureste Máximo Prado y de Pintura y Escultura del Sureste.

Adriana Raggi expuso Subdivisiones
Con el uso de diversas técnicas para explotar los distintos valores de sus modelos, Adriana Raggi expuso la serie policromática Subdivisiones en la Galería Universitaria “Ramón Alva de la Canal” (RAC), en el mes de marzo. Los retratos de Raggi tienen voz propia, son óleos de gran formato que miran de frente con ojos retadores, perfiles duplicados con siluetas que apenas se insinúan, senos desnudos que sutilmente delatan a su dueña, piernas íntimas que quieren abrirse y mujeres en franca actitud reflexiva que no revelan más. Entre las exposiciones individuales con las que cuenta destacan las series Momento de inercia, Rasgos humanos, Antología y Similares cotidianos. Es académica de la UNAM y ha impartido cursos en la Escuela Nacional de Escultura, Pintura y Grabado La Esmeralda. Nacida en el Distrito Federal en 1970, Raggi se graduó en 1993 en la carrera en Artes Visuales por la UNAM, institución en la que cursa la maestría en Filosofía y Letras. Ha hecho residencias de trabajo en Canadá, Alemania y Estados Unidos, donde ha participado en exposiciones colectivas.