de educación superior de España y América Latina.
También el Tercer Coloquio Internacional en Comunicación
e Información en el siglo XXIrealizado del 29 de septiembre
al 1 de octubre, en Boca del Río significó la
presencia de destacados investigadores y académicos de España,
Brasil y Colombia (tan sólo en la mesa magistral), además
de que la propia Facultad de Ciencias de la Comunicación de
la uv se sumó al examen de la comunicación desde la
perspectiva de género.
Cabe resaltar que, gracias a los esfuerzos del gobierno del estado
de Veracruz, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones
de Educación Superior (ANUIES), el Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes y el Instituto Veracruzano de Cultura, conjuntados
y liderados por la Universidad Veracruzana, la FILU 2003 cuyo
programa incluyó, además de los eventos mencionados,
numerosas actividades artísticas y culturales resultó
todo un éxito.
Vital,
el papel de los medios para el ejercicio democrático: Woldenberg
El papel de los medios de información en México es
un tema vital para el ejercicio democrático, pues la apertura
hacia la pluralidad en ellos acompañó al proceso de
apertura que el país ha vivido en las últimas dos
décadas, afirmó José Woldenberg, en esas fechas
consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE).
La correspondencia establecida entre la apertura de los medios hacia
la pluralidad, con una mayor equidad en la información de
los actores políticos en nuestro país, y el fortalecimiento
de la democracia permitieron que en 1994 los partidos de oposición,
en conjunto, ocuparan mayor número de espacios en los noticieros
que el partido oficial, y que en 2000 los informativos ofrecieran
un tratamiento equitativo a las tres fuerzas políticas más
importantes del país, según datos proporcionados por
Woldenberg.
Derivado de ello, las contiendas electorales más disputadas
se han dado a partir de la apertura de los medios de información,
aunque para alcanzar este proceso las demandas y el reclamo de la
sociedad por democratizar el país, externados a partir de
1968, también fueron fundamentales. En este sentido, la transición
política del país ha sido paralela a las transiciones
cultural y económica, gestadas a partir del fortalecimiento
de la sociedad, fenómeno que llevó a los medios a
atender necesidades de apertura.
Woldenberg también destacó el papel que han jugado
los medios en la construcción del edificio electoral autónomo,
dado que han llevado las campañas electorales al centro de
la opinión pública, al tiempo que han permitido la
transición de la unanimidad de opiniones a la diversidad
de criterios.
Sin embargo, la responsabilidad que tienen dichos medios en el manejo
de la información es muy grande. Los datos y la opinión
que vierten los medios son condicionantes para el buen funcionamiento
de las instituciones y la formación de la población:
si los medios difunden gracejadas de los políticos
contribuyen a construir un espectáculo circense, mientras
que si elevan la calidad del debate ayudan a consolidar la democracia.
Woldenberg expresó que esta situación se torna aún
más grave cuando se toma en cuenta que el nivel de cultura
política en nuestro país corresponde al bajo rendimiento
escolar y al escaso interés por los temas públicos,
y que, aunado al escaso conocimiento de los derechos de los ciudadanos,
existen una baja estima por la política y la Cámara
y una percepción donde ambas son sinónimo de corrupción.
El cambio político no produce transformaciones en la
percepción de los temas públicos, por ello es necesario
un esfuerzo suplementario para fortalecer los valores de la democracia
y elevar el nivel de la cultura cívica para que los ciudadanos
participen en la democracia más informados.
La realidad profesional pervierte el trabajo periodístico:
Yehya
En un intento por definir el fenómeno propagandístico
y proponer una reflexión de su uso en la cobertura televisiva
de los más recientes conflictos bélicos estadounidenses,
Nahief Yehya, columnista de La Jornada y analista de los mecanismos
de control mediáticos, habló del lado oscuro de la
información y la comunicación. No se puede hablar
de distribución social del conocimiento si no se analiza
críticamente el poder de la información, ese lado
oscuro que está determinado en muchas ocasiones por la propaganda
y que exige fe sin cuestionamientos.
Aseguró que la propaganda no prepara a la sociedad para la
democracia, pero paradójicamente existe y es utilizada por
las democracias para provocar reacciones sin razonamientos, para
afectar las percepciones del espectador, de acuerdo con intereses
muy focalizados. En este sentido, dijo, los medios tienen la obligación
de no tragarse el discurso oficial de nadie; ellos tienen que ser
los que validen, los que impongan un sistema muy estricto de estándares
a aquella palabra oficial y a toda aquella reacción popular.
El autor de múltiples ensayos sobre cultura y medios de comunicación
se refirió entonces al papel de las universidades en este
conflicto. Por una parte, reconoció que la academia tiene
su propia visión, y que cada institución es honesta
cuando habla de la necesidad de la distribución del conocimiento.
Sin embargo, la formación académica no ha alcanzado
a nutrir al estudiante con otras cosas que no son estrictamente
del campo del periodismo y de la distribución del conocimiento,
elementos que más bien tienen que ver con la creación
de un marco conceptual más rico para los estudiantes, con
más posibilidades, con más elementos formativos, no
sólo informativos.
El peligro radica en que los estudiantes de comunicación
y periodismo en plena formación no se den cuenta de
lo masivo que es la propaganda y de lo poco estudiada que es en
el marco académico, que no analicen críticamente sus
alcances. La realidad profesional pervierte con la inminencia
de la inmediatez, con la necesidad de lo inmediato: en un
contexto como el periodístico, donde hay muy poco tiempo
para ponderar, para dar un respiro y analizar las cosas es complicado,
pero se puede, advirtió Yehya,
El
poder es fuente de información y no de inspiración:
Jorge Fernández
Jorge Fernández Menéndez, conductor del programa Séptimo
Día de Canal 40, comentó que el nuevo periodismo debe
entenderse como el trabajo que deja atrás el vicio de las
declaraciones, que realiza cualquier género a partir de la
investigación que no tiene que verse sólo para
determinados temas oscuros como el narcotráfico, la violencia,
el cruce de fronteras, etc., que reivindica la objetividad
entendida como la no intencionalidad y que se escribe de forma correcta
de tal manera que el receptor entienda perfectamente bien el mensaje.
Las notas plagadas de declaraciones, el periodismo sin investigación,
la subjetividad y el mal uso de la sintaxis son los cuatro temas
primordiales que el nuevo periodismo exige a los que trabajan en
los medios de comunicación.
A partir de la década de los sesenta dijo surgió
una novedosa forma de ver al periodismo, a través del trabajo
de norteamericanos como Tom Wolf y Truman Capote. Desde entonces,
las técnicas del periodismo se han ido modificando, al tomar
como punto principal la historia y la forma como es narrada, dejando
en segundo plano la simple transmisión de datos. Por ello,
la historia y la técnica son partes fundamentales para la
introducción al nuevo periodismo.
Para lograr la objetividad, deben agregarse a las preguntas clásicas
del periodismo, el por qué y el cómo, siempre manteniendo
cierta distancia con la fuente. Esta objetividad está emparentada
con la investigación, y es que para que un trabajo de investigación
sea confiable debe contener fuentes confiables y objetivas, sin
esta combinación un periodista no puede ser exitoso.
No
cumple la prensa mexicana con su función social: Riva Palacio
La prensa mexicana no está cumpliendo con su función
social, no se acerca a la sociedad ni explica lo que está
sucediendo en sus comunidades, aseguró el periodista
Raymundo Riva Palacio. El director editorial del periódico
El Independiente dijo que la sociedad está en lucha por resolver
sus problemas, pero las maneras que tienen para identificarlos no
son las óptimas, pues carecen de habilidades para construir
un sistema político y, además, se topan con una prensa
contagiada por el poder.
El periodismo debe ser una ventana donde la sociedad se vea reflejada;
el periodista no debe limitarse a informar, debe asumir la responsabilidad
que tiene como formador, cuya tarea da significado a los hechos
que se suceden en la comunidad, mientras define temas de importancia
común. El periodismo no tiene valor si no comprende que sus
lectores son agentes a quienes corresponde tomar decisiones.
Respecto de la historia reciente de la prensa mexicana, Riva Palacio
informó que el inicio de una nueva relación entre
la prensa y el poder ocurrió durante el sexenio de Carlos
Salinas quien desmanteló los mecanismos usuales que
existían entre medios y gobierno a pesar de ser uno de los
mandatos más autoritarios, aunque el paradigma de la
libertad de expresión en el país se suele situar a
partir de la alternancia del partido en el poder.
Destacó el periodo que comprende de 1995 a 1997 como el
más vergonzoso en la historia de la prensa mexicana,
durante el mandato de Ernesto Zedillo, cuando ésta se colocó
como una de las mejores en la escuela del escándalo, llevando
la nota roja a los titulares más importantes y publicando
constantemente información no corroborada.
Riva Palacio explicó que la contradicción que existe
en los criterios editoriales de los medios impresos nacionales radica
en que aún no saben si asocian su trabajo a la escuela inglesa
de periodismo donde el flujo de información surgió
de la aristocracia provinciana, a partir de la disputa entre la
nobleza rural y la urbana, y que se mantuvo a través de los
lectores y la publicidad o a la escuela francesa donde
la prensa surgió a partir de la necesidad del monarca de
crear un clima de opinión pública centrado en su figura.
Queremos ser prensa inglesa pero culturalmente somos franceses.
La prensa sigue coqueteando con el poder.
La
Internet, patrimonio de la humanidad: Trejo Delarbre
La Internet es el espejo fiel de nuestra inequitativa, versátil
y poliedra humanidad, según palabras del periodista Raúl
Trejo Delarbre. La red de redes es el espacio de expresión
de las personas que anteriormente no se animaban o no encontraban
en dónde manifestar sus ideas, y por su esencia podría
comparársele con el Aleph, del que hablaba Jorge Luis Borges.
El investigador de la UNAM comentó que la red mundial es
la columna vertebral de la llamada sociedad de la información.
Es por ello que se le debe reconocer como parte fundamental de expresión
de la sociedad y como patrimonio de la humanidad. Debido a que en
México sólo seis por ciento de la población
tiene acceso a Internet, es necesario implantar políticas
que incrementen su uso, impulsar la alfabetización tecnológica
en todos los niveles y nacionalizar el debate de la sociedad de
la información, afirmó el columnista del periódico
La Crónica de Hoy.
Explicó que la Internet carece de una información
centralizada, lo que le da libertad al tiempo que es permeable a
la censura: sus rasgos más característicos son la
omnipresencia, irradiación, velocidad, multilateralidad,
interactividad, desigualdad y esencia heterogénea. Contrario
a lo que todavía algunos sectores de la población
piensan, el uso de Internet no crea personas disociadas, sino que
contribuye a la comunicación. Sin embargo, en casos extremos,
su uso puede convertirse en un vicio al sustituir las relaciones
personales por los encuentros virtuales.
La
televisión favorece la imagen por encima de las ideas: Toussaint
El papel que la prensa escrita desempeñaba como puente entre
los actores y las acciones políticas y la sociedad está
por desaparecer y su lugar lo están tomando los publicistas,
quienes venden mercancía política a domicilio, señaló
Florence Toussaint.
Afirmó que el consumo de la oferta televisiva en México
es superior al promedio mundial, apenas por debajo del promedio
norteamericano, y destacó que casi 80 por ciento de los electores
en nuestro país obtiene información política
y temas públicos de la televisión, mientras que poco
menos del 20 por ciento lo hace a través de la radio y apenas
un cinco por ciento lo hace por medio de la prensa.
De esta manera, la comunicación política se ha adecuado
al espacio público en que se ha convertido la televisión,
y los actores políticos han transformado la arenga pública
en discursos mediáticos, lo que ha originado que busquen
fortalecer su presencia incluso en programas de entretenimiento
donde bailan, cantan y hacen monerías. El espacio
que los medios electrónicos de comunicación han abierto
para la vida política del país es uno donde la realidad
se ha convertido en un espectáculo, donde el voto acaso pierde
su carácter definitorio, pues el bombardeo de encuestas parece
definir la decisión del electorado y es responsable de que
surja el voto útil.
Dijo que, a pesar de que la TV afecta la percepción de los
votantes, no resulta determinante, sino que el área de influencia
en la decisión electoral está conformada por muchos
más elementos propios del entorno del elector, y añadió
que todavía no existe consenso para definir el comportamiento
de la relación entre comunicación y electores. Es
sabido que la televisión favorece la imagen por encima de
las ideas y esto ha derivado en que, cada vez más, los electores
definen su voto a partir de los espectaculares motivos de la televisión:
se van por el carisma, lo guapo que el candidato está
o no, si habla bonito y si es emocionalmente emotivo.
Con todo, Florence Toussaint responsabilizó a la sociedad
actual del fenómeno que ha llevado a los gigantes mediáticos
y culturales a ocupar el lugar de los colosos industriales de antaño,
y que ha dirigido a la política a incorporarse a este proceso
y, con ello, a convertir las ideas en mercancías.
El haz y envés de los medios de comunicación: opinión
de expertos
A las conferencias mencionadas anteriormente debemos sumar las participaciones
de Marco Levario, director de la revista Etcétera, y de René
Garduño, editor de la revista Atmósfera de la UNAM.
Levario dio cuenta de la visión empresarial de los medios
de comunicación que desplaza el impulso de contar bien la
realidad y altera de una manera profunda el oficio periodístico.
También criticó tanto la falta de interés que
tienen estos medios por ofrecer un servicio a la sociedad y su indisposición
ante una reforma de ley federal de radio y televisión, como
la ausencia de profesionalismo que impera en ellos y en el entramado
de un conjunto complejo de intereses.
En tanto, René Garduño destacó la importancia
del libro, cuya lectura implica establecer un diálogo, y
esto conlleva a la comunicación, que no a la información,
pues ésta es sólo una etapa primitiva del conocimiento.
A pesar del poder de la Internet, pronosticó la permanencia
del libro: la Internet es para consulta, es una especie de
diccionario de donde se extraen datos, referencias, estadísticas,
información; pero leer es también el placer de tener
el libro en las manos, de percibir su olor, su textura, su compañerismo,
su amistad, de leerlo, ya no digamos de escribirlo, de subrayarlo
eso sólo se siente a través del papel.
Habló sobre la confusión entre información
y comunicación, la cual surgió de la apabullante cantidad
de datos que de pronto se tuvo al alcance, que no garantiza la comunicación.
Y es que la información se puede medir por bytes,
por cantidades, por números, pero no hay un sabiduriómetro,
porque el conocimiento que lleva a la sabiduría es sutil
y tiene que ver más con el corazón, con el alma, con
el espíritu, y no en el sentido religioso, sino en el sentido
humano profundo.
Rafael Reséndiz, coordinador de Ciencias de la Comunicación
de la unam, reconoció que la sociedad mexicana no sabe vivir
en democracia, de ahí todos los problemas que se plantean
a futuro para enfrentar el poder absoluto de los medios de comunicación,
La democracia es una forma que no sólo implica derechos,
sino también obligaciones para el ciudadano: eso aún
no lo hemos comprendido, queremos dejar la responsabilidad a otro,
puntualizó, y estar informados, a partir de la lectura de
periódicos, es indispensable para asumir nuestro deber cívico,
porque la televisión y la radio informan de una manera superficial,
efímera y fragmentada. El problema es que en México
no crece el número de lectores y que en él las audiencias
no son críticas, están más indefensas, por
falta de Estado de derecho, por debilidad del sistema educativo
o por atraso en la cultura política.
|