formas de memorización orales, que son
musicales.
En el encuentro coordinado por Renato Prada Oropeza, del Instituto
de Investigaciones Lingüístico-Literarias, Carrillo Canán,
doctor en Filosofía por la Freie Universität de Berlin,
centró su propuesta filosófica en las teorías
del pensador Hans-Georg Gadamer, el último sobreviviente de
la fecunda generación de filósofos alemanes que maduró
durante el periodo de entre guerras y cuyo problema fue la relación
entre textualidad y oralidad.
El coordinador de la maestría en Estética y Arte de
la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma
de Puebla, afirmó que Gadamer, a pesar de centrar su hermenéutica
en los textos mismos, plantea un fenómeno de textualidad que
corresponde más a la oralidad. Carrillo basó su tesis
en la teoría de que la textualidad deviene de la creación
del alfabeto y, por tanto, del análisis. Entonces, Gadamer
toma como modelo de texto un fenómeno que no es el de la textuali-dad
sino un residuo de la oralidad en el ámbito de la textualidad.
Gadamer hace una referencia continua al habla y a la conversación;
maneja una serie de fenómenos de una manera que no resulta
clara; pasa de los textos a la conversación; usa fórmulas
como que el texto habla, nos interpela, tenemos
que escuchar al texto. Tales figuras dan la impresión
de cierta ambigüedad entre lo que sería un texto, por
un lado, y la comunicación, por otro, en sentido estricto:
diferencia esencial entre oralidad y escritura alfabética.
Para ejemplificar el problema planteado, Carrillo hizo referencia
a la capacidad que tienen las culturas orales de manejar las analogías,
los dichos y los refranes con el fin de almacenar su conocimiento:
Utilizan los recursos típicos de la poesía para
poder incorporar el estado de la mente. Además, los textos
que pasan oralmente de unos a otros no tienen un autor original, lo
que existe es el recurso continuo de fórmulas matemáticas
y lingüísticas.
Se trata de dos formas completamente diferentes de articulación
de la conciencia, de la experiencia y, por supuesto, del conocimiento:
¿hasta qué punto este tratamiento difuso que Gadamer
propone, bajo el pretexto de la universalidad del lenguaje, por un
lado de la conversación y por otro de los textos, no está
dejando de lado esta diferencia esencial?, cuestionó
Carrillo
Política
y hermenéutica barroca
A pesar de que sigue siendo un desafío tratar de aplicar
la hermenéutica para analizar cuestiones prácticas,
Samuel Arriarán, especialista en hermenéutica, educación,
ética y multiculturalidad, realizó y presentó
su interpretación de la situación que vivió
la clase popular boliviana en un momento específico, cuando
el 17 de octubre de 2003 el pueblo obligó a renunciar al
presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y, con ello, se registró
uno de los hechos más significativos de los últimos
años, ya que se trató del mandatario que durante dos
periodos de gobierno ejecutó con mayor profundidad las recomendaciones
del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
En la medida en que Sánchez de Lozada encarnaba de
cierta manera la presencia del imperialismo en Bolivia, su
derrota equivalió a la derrota del neoliberalismo en ese
país, señaló el autor de La fábula
de la identidad perdida, quien además destacó
el resurgimiento del poder del pueblo en Bolivia.
Dolores García Perea, miembro del Instituto Superior de Ciencias
de la Educación, dio cuenta de los críticos de América
Latina que han estudiado y se han ocupado de la interpretación
del barroco, así como de aquellos escritores que lo han plasmado
no sólo en sus textos sino también en sus vidas: Octavio
Paz, Alejo Carpentier, José Lezama Lima, Julio Cortázar,
Jorge Luis Borges y Bolívar Echeverría, entre otros.
Explicó que por medio de esa corriente que alcanza
su expresión a través de la arquitectura, las artes
plásticas, la música, la literatura y el pensamiento
filosófico se recuperan elementos simbólicos,
míticos, religiosos, mágicos, de ruptura del equilibrio,
de intersección del cosmos y de entidades divinas: todas
las obras barrocas adquieren el rasgo de clásicas; sus contenidos
se imponen como inolvidables, nunca terminan de decir lo que tienen
que decir, suscitan incesantes discursos críticos. No son
indiferentes ni a la realidad del lector ni a la del momento.
Por su parte, Arturo Álvarez Balandra, docente de la Universidad
Pedagógica Nacional (UPN), se ocupó, entre muchos
otros temas, de cómo el conocimiento se genera a partir de
la verificación de las teorías y de la importancia
de no aceptar como verdad absoluta cualquier idea, salvo cuando
no haya nada que la ponga en duda.
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