desarrollar el proyecto.
Rescatan
códices mexicanos de la Biblioteca Nacional de Francia
El rescate de códices mexicanos mediante el uso de tecnologías
de punta y la posibilidad de facilitar su consulta son dos de los
objetivos del proyecto Amoxcalli, un acercamiento infor-mático
a los códices mexicanos de la Biblioteca Nacional de Francia,
presentado por Luz María Mohar Be-tancourt, del Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social
(CIESAS), durante la mesa redonda Escrituras amerindias: iconografía,
lectura e interpretación.
Según Mohar Betancourt, este proyecto tiene como finalidad
la digitalización del fondo mexicano, un acervo muy importante
de documentación tanto de códices como de manuscritos
que se encuentran fuera de México y que por vez primera estarán
a disposición de los investigadores de nuestro país
y el extranjero en discos compactos que contendrán la imagen
de los originales y acceder a la investigación que cada uno
de los 48 miembros del proyecto está realizando. Hemos
avanzado mucho, tenemos comprados 315 manuscritos y hemos digitalizado
la totalidad de los mismos. Tenemos ya vaciada la información
de gran parte de éstos y estamos por iniciar su reproducción
para ponerla a disposición de los interesados, resumió
la investigadora.
Papel,
mensajero entre el hombre y los dioses
Marie Vander Meeren, investigadora del Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH), dio a conocer un análisis de la iconografía
del papel en Mesoamérica, apoyado por las más recientes
investigaciones que ha desarrollado el inah. La especialista aseguró
que en las civilizaciones mesoamericanas, el papel era como un tipo
de mensajero o intermediario que proporcionaba un medio de comunicación
entre el ser humano y el mundo de los dioses, y que la permanencia
de su uso a través de las diversas culturas nos sugiere una
tradición muy antigua relacionada con profundas creencias
y prácticas religiosas.
La periodicidad misma de los rituales, explicó, sigue dependiendo
de las fases de desarrollo de las plantas, pero en el mundo
vegetal no todas las plantas están dotadas de la misma propiedad,
existen elementos fuertes y débiles; esta variabilidad demuestra
el grado energético de las plantas.
Según sus investigaciones, la corteza cumple con la función
de transportar la savia, el líquido vital, a
todo el árbol, y actúa como una zona de concentración
máxima de energía dotada de propiedades casi mágicas.
Por consiguiente, el papel manufacturado con la corteza se convierte
en el soporte de esta fuerza vital.
Apoyó
mapa náhuatl legitimación territorial en Zongolica
Durante el congreso, también fue presentado el mapa de Tequila-Zongolica,
un manuscrito que contiene topónimos y glosas de un enorme
valor histórico y geográfico y cuyo origen se remonta
al siglo XVI. Rubén Morante, director del Museo de Antropología
de Xalapa (MAX), señaló que el manuscrito fue celosamente
guardado en la sierra durante casi dos siglos y que aún se
desconoce la manera en que llegó a las manos de su actual
poseedor, quien mantiene total hermetismo al respecto.
El mapa muestra dos temas, principalmente conectados con la historia
y la geografía de la región, que se relacionan a tal
grado que parece difícil separarlos; no obstante, Morante
habló sólo de la parte geográfica, aunque ambas
han sido estudiadas por él y su equipo de investigación.
Comentó que el mapa presenta elementos que nos ayudan
a suponer que el copista fue bastante fiel al documento original,
pues los materiales, las fechas en el calendario náhuatl
y cristiano, los nombres y vestimentas de los personajes ahí
representados, al igual que la técnica de registro de topónimos
y datos históricos ayudan a llegar a esta conclusión.
Sin embargo, entre copia y copia se ha ido transformando ligeramente
el estilo, tanto en la pintura como en la caligrafía, de
manera que los dibujos aparecen fuertemente mestizados.
El director del MAX dijo que el mapa probablemente fue pintado con
el fin de mantener la unidad que a lo largo de muchos siglos ha
permanecido en esta región, gracias al lenguaje, territorio
y tradición comunes, además del prestigio y el poder
que la caracterizan.
Escritura
indígena del altiplano central mexicano
Laura Elena Sotelo Santos, de la Universidad Autónoma del
Estado de Hidalgo, habló sobre escritura indígena
en códices de ese estado del país y puso ejemplos
de la manera en que los tlacuilos (encargados de hacer códices)
del siglo XVI adaptaron el tlacuilloli o los glifos a la nueva realidad.
Mostró cómo este sistema se empleó de manera
generalizada por nahuas y otomíes en diversas regiones del
altiplano central, específicamente en una zona que corresponde
con aquella conocida como la Teotlalpan, que comprende prácticamente
el actual estado de Hidalgo.
Los códices de Hidalgo, dijo Sotelo, evidencian una poderosa
tradición escrituraria, cuyas características y convenciones
eran bien conocidas por los escribas indígenas que, de una
manera admirable, adaptaron esto a la nueva realidad: así
crearon otros signos para referirse a diferentes manifestaciones.
El número de glifos empleados antes de la llegada de los
españoles no está cabalmente identificado, pero se
sabe que superan los mil signos que los nahuas llamaban tlacuilloli.
A partir del momento del contacto con la otra cultura, indicó,
hubo necesidad de trasladar la información de una lengua
a otra y de un sistema a otro, por lo que, en el altiplano central
mexicano, se hizo frecuente anotar en caracteres latinos la información
contenida en glifos. A partir de 1521 trabajaron de manera
conjunta el tlacuilo y el escriba, y es entonces cuando surgen los
manuscritos que hoy llamamos códices mixtos, en los que se
conjugan, no siempre de manera equilibrada, ambos sistemas.
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