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La
conservación del bosque de niebla debe sustentarse en investigación
científica
Edith
Escalón
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El 10 por ciento de las especies de orquídeas
que crecen en México está en el bosque mesófilo
de montaña, mejor conocido como bosque de niebla; de ahí
que conservar los pocos manchones de este ecosistema sea fundamental
para la sobrevivencia de muchas especies, aseguró Rebeca Menchaca,
investigadora de la UV, durante el foro Jade y Neblina, diálogos
en torno a nuestro patrimonio natural, organizado por egresadas de
la Facultad de Biología.
La académica, responsable del proyecto de propagación
de orquídeas en la Facultad de Ciencias Agrícolas, señaló
que un proyecto como el que propone el gobierno para llevar a cabo
un libramiento carretero que atraviese este ecosistema pondría
en grave peligro la sobrevivencia de muchas especies endémicas.
Toda actividad que impacte sobre el Bosque de Niebla, aunque
sea sólo una franja, es una barrera que incomunica el paso
de especies, sobre todo en esta zona donde los mantos acuícolas
que descienden del Cofre de Perote son tan importantes como vulnerables.
Menchaca se refirió a la importancia que poseen las orquídeas
no sólo como plantas ornamentales sino como elementos de enorme
valor biológico. Las orquídeas son parte de una cadena
importante de reproducción. Además de que sirven para
dar néctar, casa y aroma a insectos polinizadores, algunas
de ellas son comestibles, sirven para elaborar aglutinantes para guitarras,
tienen valor médico inestimable o actúan como narcotizantes.
Además de vivir en un ecosistema amenazado y vulnerable, las
orquídeas deben enfrentar el problema de la comercialización,
pues el tráfico ilegal ha provocado un verdadero saqueo que
representa la pérdida de millones de plantas al año:
tan sólo en México, cada año se venden
ilegalmente de nueve a 12 millones.
Por esa razón, se ha tratado de desarrollar Unidades de Manejo
Ambiental (UMA) que permitan certificar que las orquídeas que
se ponen a la venta se están reproduciendo. Sin embargo, los
largos y costosos trámites para establecer estas unidades han
frenado la legalización de esta actividad. Actualmente
sólo existe una UMA registrada en la zona, El patio de la orquídea
en Coatepec, y toda la venta que no sea de ahí es ilegal; hay
un decreto presidencial que prohíbe la comercialización
de las 200 especies que según la nom 059-ECOL-2001 están
en alguna categoría de riesgo y que comúnmente encontramos
en mercados sobre ruedas o expendios informales.
Hay muchos otros interesados en propagar orquídeas que no han
conseguido los permisos correspondientes, a pesar de ser ciudadanos
conscientes de la importancia de la conservación de estas especies.
Por ello, exhortó a las autoridades responsables a promover
una verdadera cultura de la propagación y venta legal de orquídeas,
porque a veces, con tantas trabas, parece más un freno,
y no un impulso a la legalidad.
Por su parte, Rafael Sánchez Velázquez, investigador
del Instituto de Genética Forestal de la UV, habló de
los incendios forestales y sus beneficios. Manifestó que si
bien es cierto que el fuego no controlado puede causar estragos en
el bosque, también es cierto que es un factor determinante
para su regeneración si se utiliza de manera controlada. Existen
ecosistemas que dependen del fuego y muestran cierta adaptación,
como las coníferas que existen en el mundo gracias a los incendios.
El problema no es en realidad el fuego y sus efectos, sino la
frecuencia con la que ocurren los incendios en la mayor parte de los
bosques, incluyendo el mesófilo de montaña.
En algunas zonas serranas, explicó, hemos realizado estudios
con bosques de pino donde los incendios, que ocurren cada 12 o 16
años, han resultado benéficos; sin embargo, en los bosques
veracruzanos los siniestros ocurren cada año, por lo que no
existe tiempo para la regeneración.
Rosa Amelia Pedraza Pérez, del mismo centro de investigación,
dijo que aunque México cuenta con un enorme potencial forestal
no existe investigación suficiente que nos ayude a aprovecharlo.
Aseguró que, pese a que en nuestro país crecen 69 especies
de pinos que significan el 39 por ciento de las que existen en el
mundo, sólo se conoce el ciclo biológico y las características
de manejo de siete, lo que afecta directamente la restauración
ecológica del bosque. La estrategia de conservación
de un ecosistema tan vulnerable como el bosque de niebla debe estar
sustentada en la investigación científica.
Señaló que la restauración implica buscar mecanismos
para acelerar el proceso de regeneración natural de un ecosistema,
que es indispensable en sitios tan vulnerables como éste, los
cuales no sólo son importantes por su potencial económico
y por los servicios que prestan, sino también para obtener
germoplasma para la investigación científica. Para comprender
la vulnerabilidad de este hábitat basta saber que cerca de
la región de Xalapa (que está en la zona de concentración
de bosque de niebla más abundante y continua del país)
existen sólo 10 remanentes, ninguno de los cuales mide más
de dos hectáreas. Esta será una labor titánica,
pues el potencial es enorme. De hecho, de las 2 500 especies de árboles
de importancia forestal de México, 450 están en el bosque
de niebla.
El foro Jade y Neblina, realizado a finales de octubre, fue organizado
por Alejandra Sepúlveda y Paola Rodríguez y contó
con la participación de especialistas de la UV, del Instituto
de Ecología y de pobladores de comunidades como Chiltoyac,
La Orduña y El Grande (municipio de Coatepec), Otilpan, Cañada
Larga, Potrero del Bordo, San Antonio Hidalgo y Mesa Chica (municipio
de San Andrés Tlalnehuayocan). |
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