Respecto a las afectaciones que sufren las ANP comentó que
existen diferentes problemas, como complicaciones por asentamientos
irregulares para desarrollos urbanos, tala clandestina y deforestación.
No obstante, señaló que la tasa de restauración
ha mejorado mucho. Según sus cifras, se reforestan 250 000
hectáreas por año mientras que la tasa real de pérdida
es de menos de 200 000 hectáreas.
Encabeza Gómez Pompa nueva propuesta de conservación
Con una larga trayectoria en labores de investigación y ejecución
de proyectos nacionales de conservación, Arturo Gómez
Pompa, investigador de la Universidad de California Riverside y
la UV, dijo que es necesario trabajar con los ejidatarios y con
los propietarios para desarrollar unidades experimentales (llamadas
mosaicos) de alto valor de diversidad biológica-ecológica,
que incluyen zonas maduras, huertos, acahuales, agroforestales y
agrícolas tradicionales, lo que requiere del trabajo de muchas
personas, universidades, centros de investigación, asociaciones
sociales y distintas instancias gubernamentales.
El científico mexicano dio a conocer un anteproyecto para
mejorar las actividades conservacionistas de la biodiversidad en
todos sus ámbitos, y en el que se consigna la necesidad de
realizar un monitoreo con el fin de conocer los procesos de conservación.
Llevar a cabo tal proyecto, dijo, requiere del esfuerzo de las universidades
Veracruzana, Autónoma de Yucatán y de California Riverside,
así como del Instituto de Ecología.
Hasta el momento ya se tiene lista la hipótesis del trabajo,
cuya metodología está en proceso: si integramos
áreas sometidas a un manejo agropecuario forestal tradicional,
a un plan regional de bioconservación, podremos aumentar
notablemente el número de especies protegidas, explicó
Gómez Pompa. Según el científico, quien confió
en que próximamente se puedan dar datos precisos de los avances
del proyecto, se tiene la idea de crear una nueva alternativa
para ver cómo le entramos a la conservación de la
biodiversidad en las zonas no protegidas.
Para comprobar la hipótesis planteada, se pretende desarrollar
una serie de procedimientos con la intención de monitorear
la biodi-versidad y evaluar la efectividad de este nuevo enfoque.
Para ello, es necesario retomar la idea de mosaicos ecológicos,
los cuales deben ser el objetivo de la conservación.
Conservación
que produzca y producción que conserve
Víctor Toledo Manzur, académico de la UNAM, presentó
la propuesta de crear un modelo mexicano de conservación,
que incorpore nuestra cultura, geografía, economía
y costumbres a la protección de la biodiversidad. En dicha
propuesta se destaca la urgencia de promover un cambio en la visión
y el concepto mismo de conservación, una nueva concepción
basada en la conjunción de aspectos como desarrollo, producción,
economía y sociedad.
Añadió que es primordial hacer una conservación
que produzca y una producción que conserve, lo cual
implica abrir la estrecha visión de la conservación.
Comentó que el proyecto presentado por Arturo Gómez
Pompa implica comenzar a valorar todos los esfuerzos que se hacen
por conservar la biodiversidad fuera de las anp y establecer una
forma de pago por servicios ambientales. Necesitamos que la
sociedad pague a quienes cuidan las pequeñas (o grandes)
áreas de bosques, las selvas, los cuerpos de agua, el aire
porque quienes vivimos en las ciudades, también usamos esos
recursos naturales.
Aunque reconoció que ya existen esfuerzos para promover el
pago por servicios ambientales, señaló que todo es
un proceso. Hay ya un avance importante en este sentido. Por ejemplo,
ya existen por lo menos 14 millones de hectáreas conservadas
bajo el modelo de ANP y se han creado organismos como la Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad y el Fondo
Mexicano para la Conservación de la Naturaleza.
Todos somos culpables de la devastación en ANP
Aunque tradicionalmente se ha culpado a los habitantes de las comunidades
que viven dentro o cerca de las ANP de la devastación que
ha sufrido la biodiversidad, no son ellos los únicos responsables,
puesto que la tala, la ganadería, la contaminación
y el deterioro de fuentes de agua son producto de la presión
que ejerce la población urbana para conseguir satisfactores,
señaló Miguel Ángel Vázquez, investigador
de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur)
La cadena de comercialización siempre termina en las grandes
ciudades y el beneficio siempre es para la sociedad consumista.
De hecho, nuestra sociedad (y sus formas de consumo) es la que impide
la sustentabilidad, la que disfruta los beneficios de la naturaleza,
pero al mismo tiempo condena las prácticas que se realizan
para proporcionárselos.
En México, hubo presencia humana durante siglos aun en esas
áreas naturales tan preciadas actualmente, la diferencia
es que esas civilizaciones (como la maya) sí podían
convivir pacíficamente con la naturaleza. También
hubo en otros lugares del mundo culturas que tuvieron una relación
con la naturaleza muy diferente a la que tenemos nosotros. Miguel
Ángel Vázquez propuso impulsar una educación
que permita modificar los patrones de consumo y aprender de aquellas
culturas y pueblos indígenas que cuestionan el modelo predominante
de desarrollo y respetan los recursos naturales.
Corredor
biológico, alternativa para mitigar la destrucción
Con la instauración del Corredor Biológico Meosoamericano
se pretende reducir la destrucción de los recursos de bosques
y selvas y mantener la conexión entre áreas protegidas,
dijo Gustavo Ramírez Santiago, de la Comisión Nacional
para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio),
y añadió que el corredor enfrenta retos muy difíciles
porque es visible que los corredores están más amenazados
que hace 20 años y que se están transformando a grandes
pasos, lo que pone en riesgo la conexión entre áreas
protegidas que están presentes en esos lugares.
Explicó que la labor principal es encontrar la manera de
involucrar a los actores locales sobre todo comunidades, ejidos
y organizaciones para que puedan encontrar buenas alternativas
encaminadas a usar y conservar sus recursos. Para ello, se requieren
iniciativas de conservación, considerando no sólo
los aspectos biológicos, sino también los económicos
y sociales.
La
conservación de las anp, tarea de todos
Mario Vázquez Torres, investigador de la UV, habló
acerca del papel que las universidades deben desempeñar para
revertir y apoyar en las tareas de preservación y estudio
de las Áreas Naturales Protegidas del estado de Veracruz.
Dijo que en la UV existe un gran potencial para llevar a cabo esta
labor. Con más de 100 carreras universitarias, 5 700 académicos
y una matrícula de más de 40 000 estudiantes en las
cinco regiones del estado, la uv es la mejor fuente de influencia
universitaria para el conservacionismo.
La UV está realizando estudios en 25 zonas naturales del
estado, donde participan distintas instancias universitarias que
tienen interacción directa y que representan laboratorios
vivientes para la profesionalización de los estudiantes y
académicos. En total, más de 500 000 hectáreas
de áreas naturales del estado están siendo estudiadas
por académicos y estudiantes, de ahí que la participación
de la UV represente un catalizador del patrimonio del estado.
Renee González Montagut, del Fondo Mexicano para la Conservación
de la Naturaleza (FMCN), explicó el proceso que se llevó
a cabo para diseñar y conformar el FMCN, cuyo origen se encuentra
en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992), reunión
durante la cual el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife
Fund) expuso la necesidad de establecer en México una organización
permanente y autónoma que garantizara el financiamiento para
proyectos de conservación.
Yetlaneci Aguilar Domínguez dio cuenta de la falta de esfuerzos
encaminados a conservar y restaurar el patrimonio natural, de la
necesidad de conjuntar la labor de los gobiernos, la sociedad civil,
las instituciones educativas y el sector privado para cuidar y recuperar
la biodiversidad, de los problemas que existen para crear y administrar
las ANP y de los agentes que provocan su deterioro.
Rodolfo Dirzo Minjarrez, investigador de la UNAM, resaltó
el panorama incierto en que están inmersas las ANP, los factores
que deterioran los ecosistemas como la deforestación,
la fragmentación, la contaminación, el calentamiento
de la tierra, etcétera, las consecuencias del desequilibrio
ecológico y las acciones que deberán emprenderse para
evitar que el problema se extienda.
Necesario,
el trabajo coordinado para desarrollar un nuevo conocimiento de
las áreas naturales
Luego de la reunión que congregó en Xalapa a instituciones
académicas, organizaciones no gubernamentales y representantes
de diferentes instancias de gobierno, Ernesto Rodríguez Luna,
director del Área Biológico-Agropecuaria de la UV
y organizador del encuentro, planteó la posibilidad de integrar
en el mediano plazo una red regional de protección al patrimonio
natural del sureste mexicano.
Dijo que un trabajo coordinado entre instituciones educativas, de
investigación, organizaciones civiles y gubernamentales permitirá
desarrollar un nuevo conocimiento de las ANP la biodiversidad y
el patrimonio natural del territorio, y destacó la coincidencia
que los estados del sur-sureste presentan en cuanto a los procesos
de desarrollo socioeconómico, pues tener contextos más
o menos similares posibilitará plantear estrategias que puedan
ser replicadas en cualquiera de los estados que integran la región.
En cuanto al objetivo de contribuir a la definición de una
estrategia nacional para la evaluación de las ANP, Rodríguez
Luna destacó el seguimiento que dieron al encuentro representantes
de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas
y del Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable, quienes
han asumido la responsabilidad de determinar el estado en que se
encuentran dichas áreas. Por eso este ejercicio de
análisis regional es pionero, es la avanzada para una revisión
de carácter nacional.
Aunque sigue en proceso la revisión de las propuestas de
análisis de las ANP que fueron presentadas durante la reunión,
el investigador aseguró que los resultados serán positivos,
pues el método que surja al final será una evaluación
participativa que se definirá a partir de la confrontación
de visiones particulares y de expectativas regionales alrededor
de las áreas protegidas.
De hecho, indicó, ya existe una propuesta que se ha venido
gestando en el seno de la Comisión Técnica de ANP,
corredores biológicos y biodiversidad, dentro del Consejo
Consultivo para el Desarrollo Sustentable, pero como ha sido sometida
a revisión se han encontrado otras propuestas que podrían
ser mucho más apropiadas. Conjuntar todas las experiencias,
visiones y capacidades individuales e institucio-nales nos permitirá
asumir una nueva responsabilidad frente a las áreas protegidas,
reconociéndolas como el medio más importante para
conservar nuestro patrimonio natural, concluyó.
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