Octubre-Diciembre 2003 , Nueva época No. 70-72 Xalapa • Veracruz • México
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Para los escritores Andrés Henestrosa y José Iturriaga, la Medalla al Mérito UV
Edgar Onofre Fernández

 
La práctica convencional de la medicina produjo una hiperespecialización cuyo objetivo es saber todo sobre nada; una hipertecnificación que provocó que el médico visitara menos al paciente, y una hiperburocratización donde las relaciones del médico son con los órganos del paciente y no con el paciente, lo que significó un detrimento del sentido humano, dijo el científico italiano.
La obra intelectual de Andrés Henestrosa y José Iturriaga transforma y revela, a través de una mirada crítica y certera, el conocimiento y la belleza que subyacen en la memoria histórica y en la tradición cultural de nuestros pueblos. Con estas palabras, el rector Víctor Arredondo se refirió a estos dos personajes indiscutibles de la vida cultural y política de México, a quienes se honró con la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana, por considerar que su contribución al
Andrés Henestrosa recibió de manos del gobernador Miguel Alemán y del rector Víctor A. Arredondo la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana. (Foto: Luis Fernando Fernández)
conocimiento es modelo para las generaciones presentes y venideras.

En presencia del gobernador Miguel Alemán Velazco, Arredondo señaló que el conocimiento compartido por ambos a través de su obra “nos brinda las claves para comprender la evolución de un país que emprendió cambios vertiginosos, guiado por su propia condición histórica y por la acción decidida de hombres como los que hoy reciben nuestro homenaje”.

Resaltó la coincidencia de ambos en su amor absoluto por sus respectivos lugares de origen, a los que buscan beneficiar con trabajo, propuestas y acciones de mejoramiento materializadas en hechos, y destacó diversas semejanzas y paralelismos, como los serios obstáculos que ambos enfrentaron en su infancia y juventud: Andrés Henestrosa habló exclusivamente lenguas indígenas hasta la edad de 15 años, y José Iturriaga se vio obligado a trabajar en diversos oficios para subsistir aun antes de cumplir los ocho.

“No es éste el único paralelismo entre ellos. En su formación encontramos, en uno y otro caso, la influencia de docentes tan ilustres como José Vasconcelos, Antonio Caso, Manuel Rodríguez Lozano, Mariano Alcocer, Manuel Herrera y Lazo, Jorge Gaxiola, Eduardo Nicol, Joaquín Xirau, José Gaos, Juan de la Encina y José Moreno Villa, entre otros”, agregó.

Andrés Henestrosa es miembro de una generación que cambió la visión de nuestro país. En su obra destacan sus aportaciones al indigenismo, que recuperó no sólo por su propio pasado indígena, sino como parte central de su obra, desde una reflexión sobre el espíritu liberal y el estudio y la valoración de las expresiones nacionales. “En pocos escritores mexicanos confluyen de manera tan afortunada las dos vertientes étnicas que conforman nuestra nacionalidad –la indígena y la española– como en Andrés Henestrosa”.

Arredondo destacó las facetas de profesor, funcionario público y periodista del galardonado, pero también su papel como escritor, labor de la que han surgido obras como Los hombres que dispersó la danza y Retrato de mi madre. “Aunque renuente a aceptarlo, a Andrés Henestrosa se deben algunas de las páginas más bellas de la literatura mexicana”.

De José Iturriaga dijo que ha labrado una trayectoria en la que el denominador común parece ser el haber puesto su persona, su talento y su capacidad al servicio de la causa pública. Además, ha dedicado especial atención a la visión histórica que los norteamericanos han tenido sobre nuestro país, a partir de los discursos que diputados y senadores de Estados Unidos han pronunciado en el seno del congreso, que conforma un monumental proyecto de investigación. También destacó la importancia que obras como El tirano en la América Latina y La estructura social y cultural de México tienen en su trayectoria.

Henestrosa concilia en su pecho a sus abuelos y pacifica su sangre: Iturriaga
Andrés Henestrosa integró en sí mismo el mestizaje cultural de México y logró reconciliar en su pecho a sus abuelos y pacificar la sangre que lleva dentro: no es un escritor descastado y posee una honda emoción popular y humanista, dijo José Iturriaga al presentar al escritor oaxaqueño galardonado por la UV.

“En una minucia de Andrés cabe el genio, el ingenio y la belleza toda”, aseguró Iturriaga al contrastar comentarios negativos a la producción cautelosa del oaxaqueño frente a un estilo que prefiere, explicó, exprimir su pensamiento, por eso se acerca al aforismo: “Andrés prefiere pensar la palabra antes que escribirla y esto no lo hace ágrafo, sino prudente y cortés con sus lectores”.

Al contrario de otros escritores que han enarbolado lo popular y después se han pasado a la acera de enfrente, Andrés se mantiene en su gusto por la cultura popular y rechaza cualquier postura exquisita, afirmó Iturriaga, quien destacó la incorporación de Henestrosa a la cultura occidental a los 12 años de edad, cuando aprendió, en una jugarreta del destino, la lengua española a través de un árabe que vendía ropa en abonos. De ahí nació la urgencia de Henestrosa por dominar el español que lo llevó, con los años, a ocupar de manera digna una poltrona en la Academia Mexicana de la Lengua.

El también arquitecto e historiador comentó algunas ideas que grandes nombres de la literatura en lengua española expusieron acerca de la obra de Henestrosa: “Pablo Neruda dijo que Retrato de mi madre era una obra maestra de las letras hispanoamericanas; Miguel Ángel Asturias aseguró que Henestrosa se había anticipado a todos al incorporar leyendas y mitos de las culturas indígenas; José Martínez Ruiz Azorín lo propuso como un filósofo esclarecedor del mestizaje, mientras que Octavio Paz se mostró siempre seducido por la vigencia de su obra, la emoción de su relectura 40 años después y la maestría de su pluma que se acercaba, desde sus inicios, a la perfección”.
Henestrosa, uno de los escritores indispensables en la incorporación de la cultura indígena a la literatura mexicana, ha recibido las medallas Elías Sourasky, Ciudad de México, Poncia-no Arriaga, Ignacio Manuel Altamirano, Benito Juárez, René Cassin y Belisario Domínguez, así como el premio internacional Alfonso Reyes. Su libro Retrato de mi madre es, junto a Visión de Anáhuac de Alfonso Reyes y Canek de Emilio Abreu Gómez, la obra mexicana más editada en el extranjero.

Todo cuanto escribe José Iturriaga apunta a servir a México: Henestrosa
Al destacar el perfil de su amigo José Iturriaga, Henestrosa dijo que es un intelectual cabal que ha armonizado los sueños de su juventud y se ha traducido a sí mismo a través de la historia: ha cultivado con igual éxito la filología, la historia, la geografía, la estadística, el folklore; todo cuanto escribe apunta a servir a México.

Afirmó que el amor a México y el deseo de que nuestro país “se llegue a realizar en la manera en que lo soñaron Vicente Guerrero y José María Morelos” lo hermanan con Iturriaga; añadió que con éste siempre hay una obra que espera, y citó al poeta Rubén Darío, “cuando una musa da a luz, las demás quedan encinta”, para mostrar que Iturriaga ha sido un inventor de sueños que ha vuelto realidad poco a poco.

El escritor oaxaqueño habló sobre la labor que Iturriaga realizó en diferentes ámbitos: representó en distintas ocasiones a nuestro país en foros nacionales e internacionales, fue embajador de México en la Unión Soviética y Portugal, y es uno de los más importantes divulgadores de la ciencia en México. Ha publicado, entre otros, La estructura social y cultural de México –texto obligado para quienes buscan ahondar en la composición social mexicana–, y ha recibido diferentes reconocimientos como la medalla Belisario Domínguez, que otorga el Senado de la República, y la medalla Ciudad de México por su contribución en la recuperación del Centro Histórico de la capital.