Octubre-Diciembre 2007, Nueva época Núm.104
Xalapa • Veracruz • México
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Invitados por la UV, UNAM y Unicach
Destacados poetas intervinieron en el coloquio “Otoño y poesía”


Alma Espinosa, Gina Sotelo, David Sandoval y Dunia Salas

Estuvieron Regina Crespo de la UNAM, Aurelio González de El Colegio de México, Mercedes Zavala del Colegio de San Luis Potosí y Carlos Gutiérrez Alfonzo de la Unicach

Por segunda ocasión la Universidad Veracruzana –a través del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L)–, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) y la Biblioteca Carlos Fuentes reunió a destacados poetas y estudiosos del género en el coloquio nacional de investigadores en poesía mexicana “Otoño y poesía”.

El Coloquio inició con la breve charla y lectura de poesía en portugués y español de Regina Crespo, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de Poesía femenina, algunas notas del Brasil.

Su intervención fue un abierto intento de acercar mejor las culturas mexicana y brasileña a través de la literatura, así lo expresó Crespo: “Ésta es una invitación al viaje de una voz especial, que es la voz femenina. Leeré en portugués para que apreciemos la melodía particular del idioma y la especificidad de sus sonidos y palabras”.

Describió que por tradición, Brasil es un país conservador, machista y netamente masculino pero que desde hace unas cuatro décadas esta situación ha empezado a cambiar. En la poesía se han rescatado algunas voces marginadas que gozan de una sensibilidad y erotismo distinto y específico: “Estas voces han hablado lejos de los cánones dictados por la nación. Son voces que aparecen, crecen y buscan su lugar”.

Mientras que en la mesa Utilidad de las Antologías poéticas, o como leer su canon participaron Malva Flores, Jorge Fernández Granados y Rodolfo Mata. La maestra en letras por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigadora del IIL-L, dijo que lo antológico suele ser un asunto problemático y que hablar del canon es un asunto espinoso, pues señalar un canon resulta falible al asumir pretensiones universales.

Rodolfo Mata, doctor en letras por la UNAM y autor de Las vanguardias literarias, habló de su exhaustivo trabajo al tratar de dibujar un panorama actual del género para un público poco familiarizado con el tema: “Los criterios para antologar siempre son polémicos y tenemos poesía culta, elitista y de iniciados contra poesía del hombre de la calle y popular. La polaridad se da también entre figuras poéticas, Efraín Huerta versus Octavio Paz, Jaime Sabines de nuevo versus Paz.”

Jorge Fernández Granados, poeta narrador y ensayista que entre sus libros publicados tiene La música de las esferas y quien ha sido traducido al inglés, francés y chino, dijo que el tema es árido, polémico pero apasionante: “Conocer es escoger y el canon literario es caprichoso, incompleto y evolutivo. Se cambia con el gusto personal, con lo nuevo leído. Las antologías están a caballo del placer de elegir y de adoctrinar, irrumpen cada tiempo con su actualización y su doctrina.”

Efrén Ortiz Domínguez, director del IIL-L, trajo a la memoria aquella Xalapa estridente
Por su parte, Esther Hernández Palacios, catedrática de la Facultad de Letras Españolas de la UV habló de la poesía de Enriqueta Ochoa, de quien dijo inaugura una nueva poesía y recupera los valores más profundos de la femineidad: “Si bien la poesía de Enriqueta Ochoa ocupa un sitio preponderante dentro de la tradición de la poesía escrita por mujeres en México y en el panorama de la literatura contemporánea mexicana en su conjunto por sus características formales y temáticas, su verdadera trascendencia y fuerza está en su valor profético”, aseguró.

Según la académica, Ochoa nos invita a recuperar un pasado mítico en el que los hombres y las mujeres vivían como iguales: “Al recobrar la imagen de la diosa concibe un mundo totalizador que se integra en el útero originario. Al restituir los símbolos femeninos a la configuración de la divinidad, Ochoa no sólo revalora a la mujer, su creación y procreación sino que rompe con la supremacía de más de seis mil años de los hombres sobre las mujeres, legitimada en la imagen de Dios Padre”, expresó.

Esther Hernández leyó un resumen del último capítulo de su tesis doctoral, en la que afirma que la poeta Enriqueta Ochoa regresa a las profundidades de lo sagrado a través de los símbolos de los elementos y la naturaleza para reinstaurar el lado femenino de lo divino y reconvertir el museo imaginario del arte en honor del hombre, en el templo en honor de la especie humana.

“La tradición oral: estudio y perspectivas” fue la ponencia de Aurelio González Pérez, investigador del Colegio de México (Colmex), en la que mencionó que hay textos populares y tradicionales, estos últimos son los que se reviven con variables; no obstante, no hay diferencias claras entre textos populares, tradicionales y vulgares, denominados así los relatos que se transmiten oralmente pero provienen de una estética culta dominante.

La diversidad temática de la literatura popular ha confirmado su tendencia por adoptar temas de actualidad, de las fiestas seculares y de regiones específicas del país, como lo hicieron patente las distintas ponencias presentadas en el coloquio, abordando desde el corrido hasta los sones específicos de una región en el estado de Michoacán.

Mercedes Zavala, investigadora del Colegio de San Luis Potosí, afirmó en su ponencia “Del duelo a la muerte: la traición en el corrido”, que el duelo es un tema en los corridos que goza de popularidad actual y donde ejemplificó la estructura y temática de este género con Valente Quintero, al que definió como “prototípico”.

En su ponencia: “Arrullar al niño, divinizada infancia en la lírica folclórica mexicana”, Rodrigo Bazán Bonfil, investigador de la Universidad Nacional del Estado de Morelos, resaltó que dentro de la lírica tradicional los arrullos pueden considerarse una fuente para los estudiosos de la tradición oral ya que poseen una variedad de estrategias poéticas.

Los arrullos se basan siempre en el movimiento corporal y la repetición de dos notas y se inscriben tanto en la tradición como en el ámbito de lo oral, ya que es la forma de transmisión preponderante del género, señaló Bazán Bonfil.

Por su parte, Raúl Eduardo González, académico de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, expresó que a raíz de un ordenamiento agrícola y urbano de una región en el estado de Michoacán surge un género musical denominado son “terracalenteño” o de “tierra caliente”, cuyo eje temático es la localidad de Apatzingán y sus alrededores.

Este ordenamiento ocurre durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, quien busca impulsar a la región durante los años cuarenta, expresó el investigador en su presentación “El cancionero tradicional de la tierra caliente”.

Durante su ponencia “Estridentópolis: ¿una utopía poética?”, Efrén Ortiz Domínguez expresó que Xalapa ha iniciado el siglo XXI y seguirá siendo como la vemos todos los días, un tranquilo villorrio de mitad de la provincia mexicana, con todo y su congestionado tráfico, el ruido, la polución, las zonas verdes arrasadas por nuevos desarrollos inmobiliarios y nuestros insufribles pasos a desnivel.

Ortiz Domínguez recordó y mostró con fotografías cómo en esta ciudad floreció el movimiento artístico estridentista e incluso Xalapa fue denominada Estridentópolis”, lo que se muestra en varias referencias bibliográficas.

Xalapa fue en algún momento Estridentópolis, como lo hace suponer todo acto vanguardista, al menos unos instantes. Si al final de cuentas para la vanguardia lo esencial es la reificación de lo fugaz y lo efímero y esto constituye uno de los postulados centrales, hay una imagen donde se plasma la estridencia de Xalapa en la que retrata uno de los descensos –también practicaba los ascensos de un varón en las escalinatas de la catedral a bordo de su Ford 1920.

Comentó que la fotografía, epítome del arte moderno, es la consagración de ese instante de estridencias y valores. La trasgresión de la norma y la irrupción de la tranquila cotidianidad de nuestros abuelos han quedado plasmadas para hacer de nuestra ciudad, al menos momentáneamente, una urbe vanguardista, un espacio invadido por las estridencias de la modernidad.

Esther Hernández aseguró que Enriqueta Ochoa regresa a las profundidades de lo sagrado, a través de los símbolos de los elementos y la naturaleza