Enero-Marzo 2007, Nueva época Núm.101
Xalapa • Veracruz • México
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UV mejorará cultivos de frutales no tradicionales en el norte de Veracruz

Juan Carlos Plata

Analizan cultivos de zapote domingo, uva de playa, jobo, caimito y guaya en los municipios de Tihuatlán, Tamiahua y Tuxpan
Mediante un trabajo de censo, análisis de suelos y foliar, la formulación de fertilizante adecuado y una campaña de muestra de sus usos alternativos, la Universidad Veracruzana (UV), a través de la Facultad de Ciencias Agrícolas, campus Tuxpan, mejorará cultivos de frutales no tradicionales en la zona norte de Veracruz.

María de la Luz Hernández Sánchez, titular del proyecto “Rescate y conservación de frutales tropicales no tradicionales de la zona norte del estado de Veracruz”, explicó que la investigación consta de tres etapas principales: la aplicación de un cuestionario a productores para saber qué frutos se cultivan; un análisis de suelo y foliar para tener un diagnóstico del estado nutrimental de los productos y los árboles; y la elaboración de fertilizantes adecuados para mejorar la calidad y alargar la vida de los frutos una vez cosechados. “Estamos trabajando con ejidatarios de las municipios de Tihuatlán, Tamiahua y Tuxpan, donde hemos detectado, principalmente, cultivos de cinco frutos no tradicionales: zapote domingo, uva de playa, jobo, caimito y guaya”.

Los cinco productos, dijo, además de comerse como fruta, tienen usos medicinales importantes, y eso resulta otra buena opción para su comercialización. “Los objetivos del proyecto son rescatar y conservar estos frutales que se han estado perdiendo en la región; darle a los productores alternativas de manejo para que estos productos sean de mayor calidad y, después de cosecharlos, duren más tiempo en anaquel; y buscar otros usos y alternativas para hacerlos más atractivos (como procesarlos parar darles un valor agregado)”.

La investigación, que está proyectada para tres años y en la que trabajan cinco estudiantes del sexto semestre de la carrera de Ingeniero Agrónomo, beneficiará a pequeños productores, los que siembran en traspatio, no en grandes extensiones, añadió la coordinadora del proyecto. Esto conlleva algunas dificultades: por ejemplo, al hacer el muestreo hay que hacer un trabajo arduo para detectar estos cultivos, ya que no son tan comunes como la naranja o el limón. Y es que la mayoría de estos frutales se cultivan para consumo de los propios productores y para venta en mercados locales. “En un análisis preliminar, podemos asegurar que los cultivos ya muestreados presentan deficiencia de nutrición –esto se nota en la coloración de las hojas de los árboles y en la calidad de los frutos–, además de que los árboles son constantemente atacados por plagas”.

La académica aseguró que el principal beneficio que tendrían los productores con los resultados de la investigación es que podrán manejar y fertilizar mejor sus cultivos: “Muchos de ellos, por ejemplo, no saben con precisión las épocas de floración o producen frutos de diferentes tamaños. Al enseñarlos a tener un mejor control de su producción, obtendrán frutos de mayor calidad y podrán colocarlos mejor en el mercado no sólo local, sino también nacional y, por qué no, internacional”.

Señaló que se está trabajando directamente con los ejidatarios de tres municipios, se ha asistido a varias asambleas para hablarles sobre el proyecto, y los productores han sido muy receptivos. “Toda la gente a la que le hemos platicado nuestra idea se ha mostrado interesada en que se realice; y un punto muy importante es que todos han manifestado una gran confianza en los proyectos que propone la UV”, dijo la investigadora.

Para Hernández Sánchez es muy importante que la Universidad se involucre más en la resolución de los problemas que tienen los productores locales, dinámica que ya se ha establecido en la UV desde hace tiempo, pero si se incrementa, se logrará que los resultados sean cada vez mejores. “En los foros que se han hecho en la Facultad de Ciencias Agrícolas de Tuxpan, surgen los problemas reales que enfrentan los agricultores, y con información de primera mano, nosotros podemos tratar de atacarlos y presentar soluciones científicas que los ayuden a superarlos”.

Además, sostuvo la investigadora, es importante tener un contacto directo con los agricultores, informarles de los avances, de los pasos que se siguen para llegar a las soluciones, porque eso genera que la gente le tenga cada vez más confianza a su universidad y que la vean como parte de su comunidad, y no como una institución extraña.