Enero-Marzo 2007, Nueva época Núm.101
Xalapa • Veracruz • México
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Lograr vinculación con la docencia, meta de la investigación en la UV

Dr. Mario Caba 1

En 30 años, una de cada tres personas en el mundo habitará en asentamientos clandestinos sin servicios, a menos de que los gobiernos implementen políticas
La Universidad Veracruzana (UV) se encuentra, actualmente, ante uno de los retos más importantes: lograr vincular la labor de investigación que se realiza en su seno con la docencia, no sólo en el nivel de posgrado –que eso necesariamente tiene que ocurrir–, sino también en el nivel de licenciatura.

En este texto me voy a referir, inicialmente, al panorama general de la ciencia y la tecnología en nuestro país, apoyado en reportes del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) y de la Secretaría de Educación Pública (SEP), así como en un informe reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Posteriormente, trataré aspectos sobre la investigación y la docencia en las áreas de ciencias naturales y biomedicina de la UV. Finalmente, presentaré las acciones que estamos realizando para ayudar a disminuir la brecha entre la investigación y la docencia.
Hay un refrán que dice: “El camino del desastre está empedrado de buenas intenciones”. Y parece ser que ésta es la estrategia de las políticas en ciencia y tecnología en México. ¿Parece exagerado? Veamos la siguiente muestra. La Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados de la LIX Legislatura2 reconoció que es necesario lograr que estas dos áreas sean una prioridad nacional. Para reforzar esto, se estableció como meta un aumento del gasto en dicho rubro en relación con el producto interno bruto (PIB) del 0.4 por ciento en ese momento al uno por ciento al final del pasado sexenio. Una intención francamente loable, pero no se cumplió.

Lo anterior no es nada extraño; basta ver que en México la inversión en este renglón en términos del PIB ha aumentado en 15 años únicamente de 0.28 por ciento en 1990 a 0.36 en 2005. Y, aunque se hubiera cumplido la meta establecida, lo cual hubiera sido algo extraordinario, aún estaba por debajo del 1.5 por ciento que recomienda la OCDE. Con ello, constatamos que nuestro país no muestra un crecimiento en el apoyo a la ciencia y la tecnología. Esto es un grave error que nos está conduciendo –esperemos que no precisamente a lo que dice el refrán– a continuar de manera más acentuada en el subdesarrollo y a seguir dependiendo de la ciencia y la tecnología de otros países.

¿Qué se puede hacer? Es evidente que éste es un problema complejo en nuestro país que tiene que ver no únicamente con recursos financieros, sino también con toda una problemática social y económica que ha vivido nuestro país en las últimas décadas. Pero no es necesario ser un experto para aventurar una respuesta. La OCDE ya lo ha hecho: recomienda aumentar la inversión del PIB en ciencia y tecnología. La experiencia indica que tiene razón.

Entre más inversión en ciencia, mayor prosperidad
Los países que han aumentado su inversión en ciencia y tecnología han logrado un marcado crecimiento en el ingreso per cápita. Por ejemplo, en el 2004, un indicador del CONACyT3 señaló que en 1970 Corea, España, Brasil y México tenían una inversión similar, alrededor del 0.2 por ciento. Para el año 2000, México la incrementó dos veces; Brasil, 4.5 veces; España, cinco veces, y Corea, nueve veces. En dicho periodo, el ingreso per cápita en México aumentó 3.8 veces; en Brasil, 6.3; en España, 7.4 veces, y en Corea, 25.4 veces. El análisis concluyó, con base en una muestra amplia, que los países que decidieron aumentar significativamente la inversión en dicho rubro tienen ahora un mayor ingreso per cápita, mayor productividad y mejores índices de competitividad.4

¿Cuál es la tendencia futura en México? El panorama es desalentador, y las consecuencias están a la vista. En el 2007, la inversión es y será de 0.35%. Esta baja inversión se refleja en la cantidad de personas dedicadas a dichas actividades. De acuerdo con el Programa Especial de Ciencia y Tecnología 2001-2006 (PECT)5 del CONACyT, en México existen 0.7 individuos dedicados a la ciencia y la tecnología por cada mil personas de la población económicamente activa. En Brasil, este indicador es de uno (42.8 por ciento superior); en España, de cuatro (471.4 por ciento superior); en Corea, de seis (757.1% superior), y en Estados Unidos, de 14 (mil 900 por ciento superior).

En términos generales, nuestra carencia de investigadores es alarmante. En un reporte de la OCDE6 de 2006 sobre la educación terciaria (superior), en el que se incluyó al posgrado y a la investigación, se reconoció que el número de investigadores es diez veces menor que el promedio del área en que se ubica México.

Paralelamente, se observa un notable rezago en la formación de personal con posgrado, el cual es la base de la investigación. Así, mientras se forman alrededor de mil doctores mexicanos por año, en Brasil lo hacen seis mil; en España, cinco mil 900; en Corea, cuatro mil, y en Estados Unidos, alrededor de 45 mil cada año. Ante este panorama desfavorable, ¿hay alguna buena noticia? Sí, han aumentado las contribuciones científicas.

Esfuerzos notables en nuestro país
El reciente reporte de la OCDE agrega que la contribución científica de México al mundo creció más del doble entre 1996 y 2004, dado que se llegó al 0.76 por ciento. A pesar de ser un porcentaje reducido en comparación con otros países pertenecientes a dicho organismo, éste es un hecho notable si consideramos que la inversión en este rubro no aumentó en dicho periodo. ¿Cómo es posible que esto haya ocurrido? Aunque parezca contradictorio, el reporte concluye que se debe principalmente a dos factores: al Programa de Mejoramiento del Profesorado (Promep) y al Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

El Promep fue creado en 1996 con la idea de mejorar la preparación a nivel de posgrado del personal académico en las universidades públicas. Los resultados son evidentes. En 1998, sólo el ocho por ciento del personal académico tenía grado de doctorado y esta cifra se elevó a 22 por ciento en 2005. Por otro lado, el SNI también ha tenido un notable incremento en sus miembros, ya que pasó de, aproximadamente, mil en 1984 a cinco mil 879 en 1994 y a 12 mil 094 en 2005.

¿Qué podemos aprender de este panorama? Por un lado, la inversión de nuestro país en ciencia y tecnología no ha aumentado, pero en el mismo periodo se ha duplicado la producción científica. Con base en los indicadores expuestos, podemos concluir que la clave ha sido una mejor preparación a nivel de posgrado, específicamente doctorado, que se traduce en una mayor producción científica, lo que posibilita la pertenencia a un incentivo económico del SNI.

La investigación en la Universidad Veracruzana
La primera dependencia en la UV dedicada a las ciencias biológicas inicia sus labores oficialmente el primero de junio de 1980, con la contratación de tres investigadores que formaron la base del Centro de Investigaciones Biológicas.
Tengo el orgullo de haber formado parte de ese núcleo fundador y he visto de cerca el desarrollo de esta área. Basta decir que a partir de dicho centro, ahora instituto, se generaron otros grupos de investigación que forman ahora importantes dependencias como el Instituto de Neuroetología y el Centro de Investigaciones Tropicales. Su impacto en la formación de recursos humanos ha sido enorme, principalmente a nivel de posgrado. Sin embargo, en el nivel de licenciatura ha existido un verdadero divorcio entre la docencia y la investigación que se lleva a cabo en los institutos. Éste es un punto importante que merece nuestra atención.

Durante varios años, muchos investigadores no impartimos docencia de manera formal, sólo en cursos especiales y, ocasionalmente, en materias curriculares, a pesar de que estamos obligados a ello de acuerdo con nuestro tipo de contratación en la Universidad. Los motivos eran múltiples. No obstante, este panorama ha cambiado drásticamente en los últimos años. Considero que los dos elementos decisivos para ello han sido el premio a la productividad dentro de nuestra casa de estudios y el nuevo modelo educativo.

En relación con la productividad cabe decir que no se puede tener acceso a dicho estímulo económico si no se imparte docencia de manera regular en licenciatura. Respecto al nuevo modelo hay que destacar que el cambio ha sido enorme: podemos, por ejemplo, proponer la materia que diseñemos e, incluso, no es necesario adscribirla a una facultad determinada.

En el Instituto de Investigaciones Biológicas, fui el primer investigador en registrar e impartir un curso bajo dicho modelo, y el efecto sobre los estudiantes ha sido notable. Se está creando toda una nueva generación de alumnos que tiene acceso directo a los investigadores y a la investigación, ya que, en algunos casos –como es el mío–, los estudiantes acuden a los laboratorios a recibir la clase. De este modo, están en contacto directo con el quehacer cotidiano de la investigación; de otra manera, difícilmente se enterarían del desarrollo de la misma. Conocen el quién y el cómo se realiza dicha labor en nuestra institución. Además, la demanda de alumnos para integrarse a un posgrado va en aumento; de hecho, nuestras instalaciones resultan insuficientes para atender a quienes se acercan con la intención de realizar un posgrado. Afortunadamente, los resultados de dicho esfuerzo están siendo ya evidentes.

Vinculación entre investigación y docencia
Con base en el análisis presentado al inicio de este texto, se concluye que es necesario aumentar el número de estudiantes de posgrado y la cantidad de investigadores con doctorado, lo cual tiene el fin de aumentar la productividad científica que permita el ingreso al Sistema Nacional de Investigadores.
Evidentemente, éste es un proceso largo que requiere dos elementos: recursos económicos para infraestructura y equipo, así como una estrecha interacción de organización y planeación entre autoridades universitarias e investigadores.

En el Instituto de Investigaciones Biológicas ya hemos avanzado en ese aspecto. El punto de partida ha sido la propuesta del doctorado en Ciencias Biomédicas. El primer doctorado directo en Ciencias en la UV, mismo que comenzará en agosto de 2007. Éste es un programa muy ambicioso que está reuniendo los esfuerzos de 15 académicos en diversos campos que van desde el diagnóstico molecular de la enfermedad de Chagas y los desórdenes metabólicos en relación con los ritmos circadianos, hasta la determinación de serotipos de dengue por microarreglos. Asimismo, participan académicos de la Dirección de Investigaciones, dos facultades y cinco institutos de tres regiones: Xalapa, Orizaba y Veracruz.

Pretendemos formar investigadores que tengan una sólida formación en ciencia básica, para que se conviertan en académicos capaces de realizar estudios en el área de ciencias de la salud. Casi todos los investigadores que participamos impartimos docencia en licenciatura, de la cual han surgido los estudiantes interesados en este posgrado.

¿Qué sigue? Estamos haciendo un convenio de colaboración entre diversas facultades y el grupo de trabajo del doctorado, para que nuestro acercamiento con los estudiantes de licenciatura no termine con la docencia que actualmente impartimos. Queremos que los alumnos nos consideren parte importante en su formación, que entiendan que la investigación puede ser una opción en su futuro y que está aquí en nuestra universidad.

Visto en perspectiva, es evidente que se ha caminado un largo trecho desde 1980 y que ahora se dan las condiciones necesarias gracias al mejoramiento del nivel de preparación de los académicos, preferentemente con doctorado y de pertenencia al SIN, quienes han formado ya una masa crítica en la UV.

Se dice que nuestra casa de estudios está en un proceso de departamentalización, y una de sus metas es, precisamente, vincular la docencia con la investigación. Nuestro grupo inició ya acciones para estrechar lazos entre la docencia en licenciatura, la investigación y la docencia en posgrado. Con esto estaremos en posibilidades de unirnos al mencionado proceso cuando sea requerido, y los beneficios hacia la sociedad serán evidentes, pues el objetivo es formar investigadores que contribuyan a conocer y a resolver problemas a nivel básico y aplicado relacionados con la salud y sus bases biológicas.

En conclusión, estamos aportando esfuerzos para hacer realidad la propuesta del rector de la Universidad Veracruzana de ubicar a la investigación como el eje de la transformación y la organización de sus tareas. Esto sólo ha sido posible con base en un largo proceso de superación, organización, esfuerzo adicional y compromiso con las metas de nuestra universidad. Las generaciones futuras dirán si tuvimos éxito.

NOTAS
1. Doctor en Biología de la Reproducción por la Universidad Autónoma de Tlaxcala y profesor-investigador del Instituto de Investigaciones Biológicas de la Universidad Veracruzana.
2. http://www.diputados.gob.mx/omisiones59legis-latura/ciencia_tecnologia/web/somos.htm
3. http://www.conacyt.mx/dap/INDICADORES_2004
4. Plan Nacional de Desarrollo. Presidencia de la República, 2001-2006.
5. http://www.conacyt.mx/dap/pecyt/
6. http://www.sep.gob.mx/wb2/sep/sep_Analisis_ Tematico_Educacion_Terciaria